Capítulo 8

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Capítulo 8

Nathan Mora

Corro por toda la casa mientras mi padre quiere hacerme daño por meterme en medio de mi madre.

Me escondo en detrás de los viejos sofás y allí me encuentra. Toma de mi mano fuertemente, lanzando mi pequeño cuerpo al suelo hasta sentir como el golpe duele malditamente terrible.

—Papá, por favor... —pido, ocultando mi cabeza de todas las patadas que me da.

—¿Quieres que me detenga? —sigue golpeándome y yo grito que pare, que ya no siga.

Entonces ahí, empezó mi método de defensa.

Ahí, destruí mi mundo para tratar de salvarme en los escombros.

—¿No quieres que papá te haga esto? —asiento, adolorido y temblando.

Nunca entendí lo peor que estaba a punto de aceptar. Hubiese preferido morir allí mismo.

—Entonces vamos a jugar como papá e hijo —propone.

Mi edad no importa en ese momento, pero siquiera estaba desarrollado corporalmente. Faltaba bastante tiempo.

Siempre quise jugar con mi padre a cualquier juego que nos guste; futbol, básquet, lo que sea, pero quería que me trate como un hijo es tratado por su papá.

Pero el juego que él empezó a jugar conmigo, allí se inauguró.

Quito las manitas de mi rostro, veo como baja el cierre de su pantalón y dice:

—Ven con papá.

Allí me levanto, pero caigo en otro lugar.

Los golpes de mi madre no paran, trato de meterme, pero es que ella ha sospechado los dolorosos juegos que he tenido con mi padre y sus amigos, lo que ella no sabe es que lo hago para que no le pase nada a ella.

Padre la deja tirada en el suelo y bañada en sangre. Me da miedo que cierre sus ojos para siempre y le pase algo que se llama morirse.

—Busca... la... felicidad —sus palabras crean en mí un dolor de cabeza.

No escucho bien, no sé si estoy formulando bien lo que me pide, pero no entiendo.

—Felicidad... —se repite en mi cabeza —Tienes que... estar... con... la felicidad. Busca la felicidad, no te quedes aquí. Sé feliz, por eso busca la felicidad.

La cabeza me duele, más sucesos llegan a mi cabeza y empiezo a gritar. Vuelvo a caer en otro sueno donde los hombres me tocan, mi padre se ríe, siento dedos, las manos de cada uno me está dando ansiedad, trato de moverme, pero estoy paralizado, no puedo respirar, todo es tan extraño que siento que me ahogaré.

Recibo un poco de frustración cuando puedo sentir tener a alguien cerca y real, su cuerpo brilla, pero al dejar de hacerlo me da miedo porque tiene muchos ojos. Luego vuelve a brillar y mi cabeza duele, mis ojos pesan y siento que no puedo despertar de esta pesadilla.

Es una pesadilla.

Esto no puede ser la vida real.

Es una pesadilla.

—Nathan, Nathan —tocan mi brazo hasta que me despiertan.

Inhalo y exhalo aire como si estuviese asfixiándome con una almohada, como si el aire se paralizó por horas.

—Hermano, ¿estás bien?

Mis ojos escanean el lugar que estoy. Hace frío, pero siento un calor incontrolable. Las luces están encendidas, pero tardo en saber quién es quién en este lugar.

The Strippers (El Regreso de los SexysSweetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora