Capítulo 3

69 8 1
                                    

Capítulo 3

Es tarde en la mañana, así que corro por toda la casa mientras preparo el desayuno, mando a Jayhed a vestirse en silencio para que mamá no se despierte y nos regañe a los dos, pero más a mí porque verdaderamente está super tarde.

—Listo —finalizo por revolotear los huevos y mi hijo finaliza de colocarse el uniforme —. ¿Nos iremos caminando, papá? Creo que está un poco tarde, no llegaremos a tiempo.

—Nos iremos en un taxi —respondo.

—¿Mamá te ha dejado dinero? —frunce el ceño y se sienta en la mesa empezando a comer.

—Quien tiene que dejar dinero en casa soy yo, mamá tiene sus problemas y nosotros como hombres de la casa debemos de ayudarla, ¿okey? —él se queda en silencio mientras mastica su tostada —Y come rápido, que llegaremos tarde.

Yo también tomo asiento mientras como lo más rápido posible. En par de minutos ya estamos listos, así que salgo de la casa con mi hijo en manos y tomando un taxi para primero llevarlo al colegio.

El camino se hace eterno, pero como Piedad es la mejor profesora y orientadora que puede existir en el planeta, la vemos parada en la puerta del colegio mirando su reloj en la muñeca con una expresión que muestra lo desesperada que se encuentra.

—¡Hola! —saludo mientras bajo —¿Nos esperaban?

—Dios, Archie, hoy llegaste más tarde que nunca —me saluda dándome un abrazo y a mi niño también.

—Perdón, pero es que hoy se me hizo super tarde. Creíamos que ni llegaríamos.

Ella nos mira con pena para luego rodar los ojos. Es la mejor que puede haber, sin duda. No solo nosotros la amamos, sino todos los estudiantes y padres del colegio. Ella luchó mucho para que mi hijo gane la beca de tres años consecutivos que tiene y lo logró. Ahora él estudia en un colegio con muy buenos comentarios y uno de los mejores de la ciudad.

Ha sido mi ángel desde que toda mi vida dio un giro. Ella parece que fue enviada hacia mí para que la paz vaya conmigo.

—Saben bien que no puedo cerrar esta puerta sabiendo que no veré a mis niños —nos sonríe —, pero creo que debes de hablar con tu esposa para que te eche una mano. Ella también debe de ayudarte un poco.

—Es que ella trabaja mucho, y realmente es a la que mejor le pagan y hace mucho ya con trabajar turnos rotativos y enviar muchos reportes a cada momento. Trato de que me ayude lo menos posible.

Piedad me mira y me da una leve sonrisa.

—No es ayudarte, mi Archie, eso es responsabilidad, y es lo que hacen los esposos —le doy una media sonrisa, la abrazo y me vuelvo al taxi, a quien le dije que me esperara.

—Te cuidas —mi hijo se despide de mí y yo hago lo mismo con él, besándolo y apachurrándolo.

Lo amo con mi vida. Jamás creí que después de que ellos se hayan marchado para hacer sus vidas, a mí me llegaría alguien que hizo que rehaga la mía.

—Te amo —le lanzo un beso y él sonríe, yéndose junto con la maestra Piedad, de quien también me despido.

La llegada al restaurante es un poco tarde, aguanto un par de regaños por parte de la jefa solo que asiento para que así me deje en paz y empiece a trabajar.

Mi cabeza da vueltas por todo lo que ha pasado anoche, el miedo que tuve en el momento que Delia me vio entrando a la casa y me dejó paralizado. La suerte es que ella me creyó cuando le dije que no podía dormir y opté por salir a correr un poco.

The Strippers (El Regreso de los SexysSweetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora