Capítulo 10
Azael Carrasco
El silencio que se hace en medio de la sala parece el de un mortuorio. No me avergüenza decir lo que hice, no me da pena confesar que estuve pendiente a todos y que su privacidad me vale mierda, que yo también sé lo que es follar, sé lo que es pajearme, sé lo que es conocer gente por aplicaciones, sé lo que es un oral, sé lo que es llorar, sé lo que es lavarse los dientes, sé lo que es discutir...
Yo sé toda esa mierda.
—¿Desde cuándo? —pregunta Deniel, con la cabeza gacha y mirada en la mesa.
—Desde que nos mudamos aquí —respondo con mi voz seca.
Rodeo la mirada en cada uno de los que están aquí. Sé que en el fondo no se sienten desilusionados por lo que hice, pero también puedo saber que ellos entienden que lo que hice es lo que haré en mi vida completa quieran o no; protegerlos.
—Oh, Dios —Jayson se lleva una mano a la cabeza y suspira ante mi confesión.
Volvemos al mismo silencio de antes, pero este no dura mucho debido a que Yajaira lo interrumpe.
—Yo lo sabía —confiesa ella, levantando la cabeza —. Me di cuenta hace dos años, más o menos. Recuerden que todas estas casas las he limpiado yo, y en cada lugar de estos he visto cosas.
No quedo sorprendido. Yo sabía que ella ya tenía idea de lo que hacía.
Lo único que ni yo hablaba de ese tema, ni ella tampoco.
—Mamá, ¿y por qué nunca dijiste nada? —pregunta Audrey.
—Azael ha estado haciendo lo mejor para ustedes —me defiende, entonando mejor su voz —. Yo lo supe y nunca lo dije porque, aunque se vea mal, en la situación que estamos no es en una de la cual podemos caminar en las calles de la zona colonial sin problemas.
—No, mamá, un momento, ese estamos se puede reducir, siempre lo he dicho y lo mantendré firme —habla Audrey, alternando la mirada en cada uno de nosotros y señalándonos de igual forma —. Mamá, chicos, ustedes pueden ser feliz si sienten que aquí no lo son, ustedes pueden salir a la calle y alejarse de todo esto. Tienen la posibilidad de ser como Archie, siempre se los he repetido. Pueden ser felices.
—Aquí lo somos, Audrey —interviene Jayson —. Mucho. No como deberíamos, pero lo somos.
—Es que a veces me siento culpable porque creo que los errores que he creado los ha traído aquí como si fueran prisioneros y no, no es así. Ustedes no son prisioneros.
—Tú no has creado nada, mi amor —farfulla Deniel, abrazando a Audrey a quien se le cristalizan los ojos —. Aquí cada quien es dueño de sus actos y la verdad que la culpa la tiene alguien que ya está bien muerta.
Volvemos a quedarnos en silencio. Me relamo los labios y suspiro.
—Si quieren que pida disculpas por cada cámara y micrófono que coloqué en sus casas, no lo voy a hacer, quiero que entiendan que trato de hacer lo mejor para nosotros —confieso después de un suspiro —, pero tengo miedo. Mucho miedo. Y muy pocas veces he dicho esa palabra, pero tengo miedo.
—¿Con quién más lo haces? —pregunta Audrey.
No siento mucha culpa, a decir verdad. Meter micrófonos y cámaras en cada rincón de las casas en la que vivimos fue algo que hice mucho antes de que viniéramos. Quería mantenerme al tanto de todo y que nadie llegue a cometer una locura.
Si esto lo hubiese hecho a tiempo, quizás Colehed estuviese aquí con nosotros. El pecho se me oprime con el solo hecho de pensar en él, la falta que me hace sigue en la mierda de corazón que llevo.
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The Strippers (El Regreso de los SexysSweet
Teen FictionLas decisiones de los demás crearon un caos de los que ellos creyeron escapar. Los una vez llamados SexysSweet vuelven a aplicar su lema: "HOTGUYS hoy, HOTGUYS siempre", creando otra vez esa unión cuando las consecuencias de sus actos empiezan a cob...