Flatline |Sungjake|

CAPÍTULO UNO

Jake

Puse los ojos en blanco mentalmente y oré en silencio para que alguien viniera a rescatarme. Estaba atrapado en la peor cita del mundo, posiblemente la peor cita en la historia de las citas. El hombre no se callaba sobre su trabajo, era grosero con el

personal y apenas me daba la oportunidad de hablar. Lo único que tenía a su favor era su apariencia. Por lo general, eso sería suficiente. Pero últimamente, quería más. Quería una conexión real.

—Entonces, Jake, después de la cena, ¿qué dices si volvemos a mi casa? —Haseok - ¿o se llamaba Jungso? - preguntó, tocando mi mano suavemente.

Estaba tan absorto en mis pensamientos sobre posibles rutas de escape que no estaba preparado para la pregunta. Traté desesperadamente de pensar en una excusa, pero no se me ocurrió nada. Afortunadamente, no tuve que hacerlo. Los dioses de las citas me estaban cuidando.

—¿Cómo estuvo su comida? —preguntó el camarero, como un ángel salvador que desciende de los cielos.

—Fue grandioso. Gracias, —dije, volviéndome hacia él para romper el contacto visual con mi compañero.

—Sí, estuvo bien, —dijo mi cita rotundamente, aparentemente perturbado por la interrupción.

—Maravilloso. ¿Puedo ofrecerles algo más esta noche? —Preguntó el camarero.

Me volví hacia Seojun, Junil, no, su nombre era Chanil, eso era. Chanil. Internamente hice un puñetazo por recordar finalmente su nombre. No quería quedarme aquí más tiempo del necesario y recé para que Chanil no quisiera nada más. Pero el destino parecía haber cambiado y Chanil estaba mirando el menú de postres. No podía permitir que eso sucediera.

—No, gracias —exclamé, volviéndome rápidamente hacia el camarero.

El camarero me miró, un lado de su boca se inclinó en una pequeña sonrisa. Asintió levemente, luego se volvió hacia mi cita.

—Sí, no gracias, —refunfuñó Chanil, claramente molesto por haber respondido antes que él. No me importaba; necesitaba que esta cita terminara.

—Espero que tengan una gran noche, —dijo el camarero, dejando la cuenta y volviéndose para irse. Cuando se fue, me dio otra pequeña sonrisa y un guiño. Le devolví una mirada que esperaba que reflejara mi agradecimiento sin adulterar. Siempre estaría en deuda con él.

Volví mi atención a Chanil, cuya amarga apariencia cambió de inmediato. Él sonrió abiertamente, lo que pensé que se suponía que era una sonrisa sexy, pero me pareció una sonrisa maliciosa.

—Ansioso por salir de aquí, ¿eh? —Dijo, su voz se volvió ronca. ¡Oh, Dios! Pensé. Este hombre estaba lleno de sí mismo. Tenía una oportunidad de una bola de nieve en el infierno y, sin embargo, persistió. Necesitaba cortar esto de raíz y llegar a casa.

—Chan- —comencé. El timbre de mi teléfono me interrumpió. Rápidamente lo saqué de mi bolsillo, con la intención de silenciarlo para poder salir de este accidente de tren de la noche. Un número desconocido apareció en la pantalla. Mi dedo se cernió sobre el botón de rechazar, pero en el último momento, presioné aceptar.

—Hola, —le contesté, articulando lo siento a mi cita, que frunció el ceño mientras respondía a la llamada.

—Hola, ¿es el señor Jake Sim? —Preguntó una voz que sonaba formal.

—Sí, este es él, —respondí, enderezando mi postura. ¿Quién diablos llamaría oficialmente a las ocho y media de la noche? Pensé.

—Señor Sim, soy el Dr. Jinyoung Park, del Tyler General Hospital. Llamo por su abuela, Amber Sim. Ella...