Flatline |Sungjake|

CAPÍTULO CUATRO

Sunghoon

¡Mi compañero! ¡No puedo creer que conocí a mi compañero!

Yo estaba en shock. En un minuto Yujin me gritaba y estaba teniendo el peor día de mi vida, y al siguiente, estaba conociendo al hombre más hermoso que había visto en mi vida. La última vez que había visto a Jake, no se había maquillado ni tenía el

pelo puntiagudo. Era impresionante; él era deslumbrante. ¿Por qué no me di cuenta antes de quién era él? Así es, era un desastre y estaba demasiado desconsolado para prestar atención a cualquier otra cosa.

—¿Quién era ese? —Soobin preguntó desde mi lado, su voz era profunda.

La imagen de Soobin jodiendo a Jakey como había hecho con Yujin fluyó por mi cerebro. La ira brotó, una rabia como nunca antes había experimentado. Mi lobo salió a la superficie.

Me volví y agarré el cuello de su abrigo, acercándolo a mi cara gruñona.

—No necesitas saber quién es. Mantente alejado de él. Vete y no vuelvas a rodearnos. Como te dije esta mañana, mantente alejado, —dije con los dientes apretados.

Solté el abrigo de Soobin, lo empujé a un lado y caminé hacia la entrada con la esperanza de volver a ver a Jakey. Quizás podría atraparlo. Afuera, miré hacia la calle. ¡Maldita sea! Lo perdí. Suspiré, inseguro de lo que iba a hacer.

Escuché la puerta del restaurante abrirse detrás de mí, y no tuve que mirar para ver quién era. Sabía que era Soobin. Olí su distintiva colonia; lo reconocería en cualquier lugar. Solía ponerme caliente, pero ahora me revolvía el estómago. Se paró detrás de mí y supe que quería decir algo. Podía sentirlo, como un peso presionándome contra mí.

Lo escuché suspirar y el aire cambió cuando se dio la vuelta y se alejó.

Volví a mirar calle abajo, sin ver a Jakey por ningún lado.

La puerta detrás de mí se abrió de nuevo.

—¿Vas a volver? —Preguntó Jisung.

Suspiré de nuevo.

—Sí, estaré en un minuto.

—Deberías contarle a mamá lo que pasó con Soobin. Ella cree que tú y Soobin están juntos ahora que te estás divorciando de Yujin.

Me volví para mirar a mi hermano pequeño.

—¿Ella dijo eso?

Jisung asintió.

—Bastante. Dijo que siempre supo que amabas a Soobin. Cree que estás atravesando un período de transición. No la corregí porque no es mi lugar.

Oh, Dios, más mierda.

—Hablaré con ella, —dije.

—Hablando de Soobin, ¿qué vas a hacer con él?

Negué con la cabeza.

—No sé.

—¿Aún lo amas? —Preguntó Jisung.

Me encogí de hombros.

—Supongo que una parte de mí siempre lo amará, pero no puedo estar con él.

—Quizás con el tiempo puedas. Soobin siempre fue un buen tipo. No conozco todos los detalles, y eso es entre tú y él, pero por lo que escuché esta mañana, estuvo a tu lado durante mucho tiempo, —dijo Jisung.

—Lo hizo, y como dije, una parte de mí siempre lo amará, pero eso ya no importa. No seríamos más que amigos, si eso fuera así, —respondí.

Jisung suspiró y puso una mano en mi hombro.