Lyara Solariss, la última sobreviviente de un mundo destruido, llega a la Tierra buscando refugio. Con habilidades cósmicas que la hacen temida y admirada, debe enfrentarse a un pasado doloroso y un futuro incierto, mientras se forja un inesperado v...
━━━ ¡Hola! Les doy la bienvenida formalmente, este primer capítulo solo se presenta a la protagonista y el mundo en el que vivía ya que si leyeron la descripción, se dieron cuenta que ella es una alienígena. ¡Espero disfruten el capítulo!
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Capítulo 1: El Legado de Elyssia Prime
El amanecer en Elyssia Prime era una sinfonía de colores, una pintura viva que transformaba el horizonte en un lienzo infinito. Las montañas flotantes se alzaban majestuosas, suspendidas en el aire por energías invisibles que solo los Elyssians podían comprender. Ríos de luz recorrían los valles, alimentando una flora luminosa que parecía latir al compás de un corazón cósmico.
Los Elyssians eran una especie venerada y admirada en todo el universo, conocidos por su capacidad única de manipular diferentes formas de energía. Este don, heredado a través de generaciones, les permitía interactuar con su entorno de maneras que otras especies solo podían soñar. Eran los guardianes de su mundo, los protectores de una paz que había perdurado durante milenios.
La cultura Elyssian, profundamente enraizada en las energías cósmicas, prosperaba desde hacía milenios. Utilizando la energía solar y oscura, los Elyssians habían alcanzado un nivel de avance tecnológico que otros mundos solo podían soñar. Sin embargo, este avance no los había alejado de sus tradiciones ancestrales; al contrario, lo habían utilizado para fortalecer su espiritualidad, creando un equilibrio casi divino.
Entre ellos estaba Lyara Solariss, hija de dos de los científicos más respetados de Elyssia Prime. Lyara, con su cabello plateado y ojos que brillaban con una luz interna siendo de color rosa intenso llegando a verse rojizos, había heredado no solo la belleza de su especie, sino también su habilidad para controlar la energía. Desde pequeña, había mostrado un dominio sobre las fuerzas cósmicas que rodeaban su planeta, algo que le auguraba un futuro lleno de promesas.
En uno de los vastos campos de entrenamiento de Elyssia Prime, Lyara Solariss entrenaba con su padre, Auron. Su cabello plateado, reflejo de las estrellas que la rodeaban, se movía al ritmo de sus movimientos precisos y poderosos. Cada golpe que lanzaba parecía resonar con la energía misma del planeta, una manifestación física de su conexión con Elyssia Prime. Auron la observaba con ojos serios, pero llenos de orgullo.
—Más fluidez, Lyara —dijo Auron, su voz profunda como un trueno lejano. —La energía no se fuerza, se canaliza.
Lyara asintió, concentrándose mientras dirigía su energía a través de su cuerpo, sintiendo cómo fluía en cada uno de sus músculos. A su lado, Selene, su madre, observaba con una sonrisa tranquila, su presencia irradiando una calma que contrarrestaba la intensidad del entrenamiento. La serenidad de Selene era un faro en medio de la tormenta, un recordatorio constante de la sabiduría que venía con los años.
