En un reino lejano, en un tiempo olvidado por la historia, había una vasta tierra conocida como Eldoria. Gobernada por un rey justo pero anciano, Eldoria estaba en constante amenaza por el reino vecino, Mordragon, cuyo capitán, Draven, buscaba expandir su dominio a cualquier costo.
En el corazón de Eldoria, en el tranquilo pueblo de Lithen, vivía un adolescente llamado Alaric. Era conocido por su valentía y habilidades con la espada, cualidades que había heredado de su padre, un antiguo caballero real. A sus diecisiete años, Alaric soñaba con aventuras y glorias, pero su destino iba a cambiar de una manera que nunca hubiera imaginado.
Una tarde nublada, los heraldos del reino trajeron noticias inquietantes: Mordragon había lanzado un ataque sorpresa, y las fuerzas de Eldoria estaban siendo superadas. El rey, en su desesperación, llamó a todos los caballeros disponibles para defender la capital.
Alaric, sintiendo el deber ardiente en su corazón, montó su caballo y se dirigió hacia la batalla. Los campos que alguna vez fueron verdes se habían transformado en un escenario de caos y destrucción. Las espadas chocaban, los gritos resonaban, y la sangre empapaba la tierra.
En medio de la contienda, Alaric se encontró frente a frente con Draven, el capitán enemigo. Draven, un hombre imponente con una armadura oscura y ojos que parecían brillar con malicia, era temido por todos. Sin embargo, Alaric, guiado por su coraje y la memoria de su padre, no vaciló.
La batalla entre Alaric y Draven fue feroz. Alaric esquivaba y paraba cada golpe con una agilidad sorprendente, sus movimientos fluidos y precisos como si estuviera danzando en el campo de batalla. Draven, confiado y arrogante, no esperaba que un simple adolescente pudiera igualar su fuerza. Pero Alaric, usando una combinación de velocidad y estrategia, logró desarmar al capitán enemigo y, con un golpe final, lo derrotó.
La noticia de la victoria de Alaric se propagó rápidamente. El rey, impresionado y agradecido, decidió nombrar a Alaric como su sucesor, pues no tenía hijos y veía en el joven una esperanza renovada para el reino. Así, Alaric fue coronado como el nuevo rey de Eldoria.
Con su ascenso al trono, Alaric enfrentaría desafíos aún mayores. Eldoria necesitaba ser reconstruida, y los enemigos acechaban desde las sombras. Sin embargo, con su espíritu indomable y el apoyo de nuevos aliados, Alaric estaba decidido a llevar a su reino hacia una era de paz y prosperidad.
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El rey de la luz eterna
FantasyEl Rey de la Luz Eterna" es una historia sobre la lucha entre la luz y la oscuridad, el poder y la corrupción, y el sacrificio necesario para proteger lo que más se ama.