El rey de la luz eterna

Capítulo 4: El Llamado del Guerrero

De vuelta en el castillo de Eldoria, las tensiones eran altas después de la emboscada en el bosque de Arendel. Alaric, decidido a fortalecer sus filas y encontrar aliados poderosos, recordó una historia que su padre le había contado cuando era niño. Hablaba de un guerrero legendario llamado Thoren, cuya fuerza y habilidades eran inigualables. Thoren había desaparecido hace años, pero se rumoreaba que aún vivía en las tierras del norte, llevando una vida de ermitaño.Alaric no podía permitirse ignorar una posible alianza con alguien tan formidable. Después de discutirlo con su consejo, decidió enviar un mensajero a las montañas del norte con una carta personal, pidiendo la ayuda de Thoren.Días después, mientras la calma de la noche envolvía el castillo, un guardia entró corriendo en el salón del trono donde Alaric y Lyra estaban discutiendo estrategias.—¡Su Majestad, un hombre ha llegado! Dice que ha venido en respuesta a su llamado.El corazón de Alaric se aceleró. Si Thoren había respondido, las cosas podrían estar mejorando para Eldoria.—Tráiganlo de inmediato —ordenó Alaric, intentando mantener la compostura.Momentos después, un hombre alto y musculoso, con cicatrices que hablaban de innumerables batallas, entró al salón. Sus ojos, de un azul penetrante, observaban todo con una mezcla de desconfianza y curiosidad. Su presencia era imponente, y los guardias parecían diminutos a su lado.—Soy Thoren —dijo el hombre con voz grave—. He venido porque tu carta me intrigó, joven rey. Habla de una amenaza que podría consumir todo lo que conocemos. Quiero saber más.Alaric se levantó de su trono y se acercó a Thoren, observándolo de cerca. La leyenda no había exagerado; este hombre exudaba poder.—Gracias por venir, Thoren. Eldoria enfrenta una oscuridad que nunca habíamos visto. Los soldados de Mordragon y las fuerzas oscuras están ganando terreno, y necesitamos aliados fuertes para enfrentarlos.Lyra, que había estado observando en silencio, dio un paso adelante.—Hemos enfrentado peligros crecientes en el bosque de Arendel. Las fuerzas oscuras están despertando, y necesitamos a alguien con tu fuerza y habilidades para ayudarnos a derrotarlas.Thoren escuchó en silencio, asimilando cada palabra. Finalmente, asintió.—He vivido en soledad mucho tiempo, pero no puedo ignorar una llamada tan urgente. Si lo que dices es cierto, mis habilidades serán puestas a prueba una vez más.Alaric sonrió, sintiendo un peso menos sobre sus hombros.—Tu ayuda es invaluable, Thoren. Bienvenido a Eldoria.A la mañana siguiente, Alaric, Lyra y Thoren comenzaron a planificar su próxima misión. Decidieron regresar al bosque de Arendel, esta vez mejor preparados para cualquier emboscada. Thoren lideraría el grupo, utilizando su vasta experiencia en combate para guiar a los demás.Mientras se adentraban en el bosque, la atmósfera se volvía cada vez más opresiva. Lyra pudo sentir la energía oscura palpitar a su alrededor.—Estamos cerca —susurró—. Puedo sentirlo.De repente, un grupo de criaturas grotescas surgió de entre los árboles, con ojos brillantes y garras afiladas. Eran sombras corpóreas, creadas por la magia oscura de Mordragon.—¡Prepárense! —gritó Thoren, levantando su enorme hacha.La batalla estalló con una furia descomunal. Thoren, con movimientos rápidos y precisos, derribaba a las criaturas una tras otra. Sus golpes eran poderosos, y sus movimientos, una danza mortal. Alaric, inspirado por la destreza del guerrero, luchaba a su lado, su espada moviéndose con una velocidad y precisión sorprendentes. Lyra, lanzando hechizos de protección y ataque, mantenía a raya a las criaturas que intentaban rodearlos.—¡No podemos dejar que nos superen! —gritó Alaric, esquivando una garra que se dirigía hacia su cabeza.—Mantengan la formación! —ordenó Thoren, su voz resonando por encima del caos.Con un último esfuerzo conjunto, lograron abatir a las criaturas restantes. La calma regresó al bosque, y el grupo, agotado pero victorioso, se reunió para evaluar la situación.—Eres un guerrero impresionante, Thoren —dijo Alaric, limpiando el sudor de su frente—. Con tu ayuda, estoy seguro de que podemos enfrentar cualquier desafío que venga.Thoren asintió, su expresión seria.—Esta batalla es solo el comienzo. Hay mucho más que debemos hacer para proteger este reino.Lyra, observando a sus compañeros, sonrió ligeramente.—Juntos, tenemos una oportunidad. Pero debemos seguir adelante, descubrir el origen de estas fuerzas oscuras y destruirlas de una vez por todas