Capítulo 2: La Enigmática Hechicera

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El sol apenas despuntaba en el horizonte cuando Alaric se despertó en su nueva habitación real. Aún no se acostumbraba a la grandeza del castillo, pero sabía que sus responsabilidades no podían esperar. Su primera tarea como rey sería restaurar la paz y prosperidad en Eldoria. Decidido, se dirigió al salón del trono, donde ya lo esperaba su consejero, Sir Cedric.—Buenos días, Su Majestad —dijo Cedric, haciendo una reverencia.—Buenos días, Cedric. ¿Cuál es nuestra primera prioridad? —preguntó Alaric, tratando de sonar tan regio como podía.—Hemos recibido informes de disturbios en el bosque de Arendel. Los aldeanos hablan de una figura misteriosa que ha sido vista lanzando hechizos en la noche. La gente está asustada.Alaric frunció el ceño. El bosque de Arendel era conocido por sus historias de magia antigua, pero nunca había oído de problemas serios allí.—Preparad a un grupo. Iré a investigar personalmente.Cedric asintió, sorprendido pero complacido por la decisión del joven rey. En poco tiempo, Alaric y un pequeño destacamento de guardias partieron hacia el bosque.El viaje a Arendel fue tranquilo, pero el ambiente cambiaba a medida que se adentraban en el bosque. Los árboles, altos y viejos, parecían susurrar secretos oscuros. La luz del sol apenas penetraba el denso follaje, creando un ambiente sombrío.Después de varias horas de caminata, llegaron a un claro donde la figura de una mujer encapuchada se destacaba entre las sombras. Alaric levantó una mano, señalando a sus guardias que se detuvieran.—¿Quién eres y qué haces en estas tierras? —demandó Alaric con voz firme.La figura se volvió lentamente. Era una joven de cabello negro como la noche y ojos violetas que brillaban con una luz misteriosa.—Soy Lyra, una hechicera del antiguo linaje de Arendel. No busco causar daño, solo proteger lo que es sagrado —respondió con una voz melodiosa.Alaric sintió una extraña mezcla de desconfianza y fascinación hacia Lyra. Algo en sus palabras y en su porte le decía que había más en ella de lo que parecía a simple vista.—La gente está asustada. Dicen que has estado lanzando hechizos en la noche. Necesito saber por qué —dijo Alaric, manteniendo su postura firme.Lyra lo miró directamente a los ojos, como si evaluara su alma.—Las fuerzas oscuras se están moviendo, joven rey. He visto visiones de un gran peligro que se avecina. Mis hechizos son barreras, protecciones para mantener a raya a esas fuerzas. Pero sola no puedo hacer mucho. Necesito aliados, gente de corazón puro y valiente.Alaric, sorprendido por la sinceridad y la urgencia en su voz, sintió que podía confiar en ella. Además, sus habilidades mágicas podían ser de gran utilidad para Eldoria.—Entonces, Lyra, te pido que te unas a nosotros. Juntos, podemos enfrentar este peligro y proteger nuestro reino.Lyra asintió lentamente.—Aceptaré tu oferta, Alaric. Pero debes saber que este camino estará lleno de desafíos. Las fuerzas que enfrentamos son antiguas y poderosas.Con la hechicera Lyra a su lado, Alaric regresó al castillo, sintiendo que había dado el primer paso hacia un futuro incierto pero lleno de promesas. Con cada día que pasaba, más personajes se unirían a su causa, y cada uno traería consigo su propia historia, habilidades y secretos.

El rey de la luz eternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora