Perdida » Stark.

17 | Tempestad.

Amenaza, fenómeno o proceso natural o causado por el ser humano que puede poner en peligro a un grupo de personas, cosas y ambiente, cuando no son precavidos.

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CAPÍTULO DOCE (17)

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Tony sintió el peso de cada palabra mientras las imágenes de la pantalla seguían parpadeando ante sus ojos. El rostro distorsionado, apenas reconocible, le revolvía el estómago. Aquel hombre no podía estar vivo. Y, sin embargo, la evidencia estaba ahí, burlándose de su incredulidad. Sin perder un segundo, llamó a Rhodey.

—Tony, ¿Qué pasa?— Rhodey contestó al primer tono, su voz llena de preocupación.

—Necesito que vengas al laboratorio ahora,— dijo Tony con una urgencia inusual en su voz. —Es sobre Kathe.

Tras una breve pausa del otro lado del teléfono, Rhodey dijo —Voy para allá.

Mientras esperaba, Tony se sentó frente a la pantalla, su mente retrocediendo a los días en que todo había comenzado. Recordó a Kathe cuando era niña, cómo había mostrado un talento innato, un poder que ninguno de los dos entendía completamente.

El zumbido de la puerta automática lo sacó de sus pensamientos. Rhodey entró, su expresión seria al ver la agitación en el rostro de Tony.

—¿Qué está pasando, Tony?

—Necesito que escuches con atención—, dijo Tony, su voz tensa. —He encontrado algo en las imágenes. Es Killian. Aldrich Killian.

—¿Killian? Tony, ese tipo está muerto. Lo vimos caer—. Pero había una duda en la voz de Rhodey, una duda que Tony no podía ignorar.

—Eso pensé—, respondió Tony, su tono más sombrío. —Pero si mis ojos no me engañan, lo vi. Y si está de vuelta... Rhodey, no es por algo bueno.

Rhodey inhaló profundamente, preparándose para lo que vendría a continuación. —¿Qué crees que quiera?

—No lo sé, pero tengo un mal presentimiento—, dijo Tony, dejando que el peso de sus palabras flotara en el aire. Finalmente, decidió confesar algo que había guardado en su interior por demasiado tiempo. —Kathe... Kathe nació con poderes, Rhodey. Desde que era una niña.

—¿Qué?— Rhodey estaba atónito. —Tony, nunca me dijiste eso. Nadie lo sabía...

—Excepto Pepper y yo—, Tony continuó, su voz cargada de culpa. —En esa época, los superhéroes no eran conocidos. Era peligroso, y no podía arriesgarme a que algo le sucediera. Pensé que, si podía suprimir esos poderes, le daría una vida normal, segura. Así que intenté... modificar su ADN.

Rhodey no sabía qué decir. Había escuchado muchas cosas de Tony, pero esta revelación era diferente. —¿Funcionó?

—Durante mucho tiempo, creí que sí—, Tony admitió, sus palabras casi en un susurro. —Pero Killian... él tenía otros planes. Estábamos trabajando juntos en un proyecto, algo mucho más grande que simplemente suprimir poderes. Queríamos entenderlos, manipularlos. Pero cuando nuestras visiones chocaron, rompimos el trato. Lo último que supe fue que había muerto. Y ahora...

Rhodey tomó un profundo respiro, procesando la información que Tony acababa de compartir. —Entonces... Kathe... ¿Cómo encaja en todo esto?

Tony bajó la mirada, sus ojos cargados de dolor y culpa. —Kathe está muerta, Rhodey. Y si Killian es el responsable... significa que todo lo que intenté hacer para protegerla fue en vano. Sus poderes eran... diferentes. Nunca logramos entenderlos por completo. Fue por eso que decidí modificar su ADN. Quería controlarlo antes de que algo se nos escapara de las manos.