Capitulo 2: Maquinas habladoras y violencia.

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LYRA

Despertar nunca es fácil, en un sentido general de la palabra, es casi extraño como cuando por fin cerramos los ojos y nos perdemos en la inconciencia es cuando mas paz se siente, incluso las pesadillas no son tan malas como las que existen el la vida real.

Y con esos pensamientos me levante de la cama, un día mas sin saber que esperar.

A diferencia de Nueva York el instituto aquí tenia uniforme, supongo eso es positivo si pensaba en que no tenia que idearme un conjunto nuevo todos los días. Me coloque mi uniforme, la pollera era algo corta, sin embargo la camisa blanca me quedaba como un guante, agradecía que fuera mangas largas pues el apretón de mi padre ayer había dejado sus marcas, nada nuevo.

Sentándome en mi tocador comencé a maquillarme, debía admitir que el rubor y el gloss eran mis artículos favoritos, me hacían sentir bonita.

Tocan la puerta y cuando la abro me encuentro con una señora que no debe tener menos de cincuenta años.

-Señorita Woodhouse, su madre me pidió que le avise que el chofer esta lista para llevarla al instituto- Dijo de forma dulce.

-Genial, disculpa- La detuve antes de que se fuera -¿Puedo saber tu nombre?- Le di mi mejor sonrisa, nunca me gusto tratar mal al personal.

-Martha- Me respondió y se fue tan rápido como vino.

Suspiro y agarro mi bolso. Uno creería que en una casa tan grande habría un ascensor, pues no, ya que me encontraba bajando miles de escaleras y sin aliento.

-Apúrate, apúrate, a nadie le gustan las niñas que llegan tarde- Otra vez mi madre aplaude dos veces seguidas.

Entro en la parte trasera del auto y me alegra ver a Daniel, el es nuestro chofer desde que tengo memoria, nunca habla y eso me agrada. Le doy un asentimiento con la cabeza y comenzamos el viaje.

Vuelvo a observar todas las casas del pueblo y pienso, como se me ocurrió que vendríamos a un lugar menos ostentoso, claramente es de alto nivel, de todas formas se que no todo el pueblo es millonario eso seria una locura.

Mi mente comienza a divagar nuevamente preguntándome qué vinimos a hacer aquí. No le podía preguntar a mi padre, hace tiempo comprendí que a Henry Woodhouse no se le van con curiosidades e indagaciones. Aun recuerdo la primera vez que se puso violento conmigo, habría tenido unos trece, quería pintar un dibujo animado con el que había estado fascinada por semanas, me metí en su oficina porque no encontraba mis lápices, mala idea, me encontró abriendo sus cajones, me agarro fuerte del brazo y empujo mi pequeño cuerpo sobre una mesa gritando

Luego de veinte minutos llegamos. El instituto Adler era todo menos escaso, tenia una estructura antigua y unos jardines preciosos. Daniel abre la puerta por mi, le agradezco pues se que aquí debo mantener un estatus. No me considero alguien superficial, pero vamos, fui criada por mis padres, se lo que mi vida social conlleva y significa para el negocio de la familia.

Con un suspiro comienzo a caminar por las escaleras del instituto, algunos giran sus cabezas mientras paso y medio sonrío, tal vez me cueste admitirlo pero siempre me gusto un poco la atención.

De pronto veo como una chica, mucho mas pequeña que yo, de piel morena y con lentes se acerca a mi.

-Hola, me llamo Maya ¿Eres Lyra, verdad?- Yo asiento con la cabeza y ella estira su mano para darme un leve apretón. -Me envía el director, seré la encargada de llevarte a tus clases para que no te pierdas. También podemos estar juntas en el descanso, hay tantas preguntas que quiero hacerte, no mucha gente nueva llega aquí. ¿No hablas mucho, cierto?- comienza a caminar mientras sigue hablando.

Quiero decirle que en realidad si hablo, solo que ella no ha parado de hacerlo, ni para respirar. Me contengo sin embargo, no quiero sonar brusca y la verdad no me interesa tanto como para quejarme.

-Me gusta tu bolso- Señala cuando estamos por entrar a la primera clase.

-Gracias, es una Birkin personalizada- sonrío. Un par de personas le debían un favor a mi madre y se los cobro en mi cumpleaños pasado cuando mando a hacerme este bolso, fue una de las pocas veces que ella no me irritó.

-Eso es tan genial- Dijo Maya con un tono algo agrio, que claro decidí ignorar.

Los bancos aquí eran de a pares por lo que no me quedo otra que sentarme al lado de la maquina de palabras. Comienzo a sacar mis cosas, por lo que me dijo Maya esta clase es historia política, aun no consigo mis libros por lo que saco una libreta para anotar.

- Oh te gusta el rosa- me observa, le devuelvo la mirada un tanto confundida. - Todos tus útiles son rosa, tu lápiz, libreta, bolso...- ella sigue hablando pero yo no la escucho.

Es verdad, amo el color rosa, tal vez es un tanto cliché, pero no me importa. Me gusta que la mayoría de mis cosas sean rosas. Parte de mi personalidad es lo que muchos llaman "obsesiva", no con todo, no, la mayoría de las cosas y personas suelen aburrirme, sin embargo cuando algo llama mi atención y me interesa, ocupa el cien porciento de mis pensamientos, me vuelvo total e incondicionalmente adicta.

Estaba tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta que mi compañera del día por fin había cerrado la boca, de hecho todos estaban callados y mirando hacia la puerta. Los ojos de Maya parecían a punto se salirse de su cara por lo que intrigada sigo donde esta su mirada.

Imaginaran mi sorpresa cuando veo un grupo de chicos entrar, cuatro chicos y dos chicas para ser exacta, todos emanaban un aura atrapante, excéntrica. ¿Pero mi sorpresa? Si, mi sorpresa viene cuando veo ese cabello oscuro con el mismo brazo lleno de tatuajes que vi ayer en el patio de la casa vecina. Un chico rubio a su lado perece decirle algo al oído y entonces me mira...

-Mierda-.

...

El proximo capitulo lo narra otro personaje, estoy emocionada de que los conozcan a todos.

Tiktok: Sweetamelie

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With love, A.

Secretos de Ébano © (#1 Saga Secretos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora