Inhala. Exhala.
Adentro. Afuera.
—Mgh...
—Eso es... Un poco más, mi niño. Deja que te desvirgue esa florecita...
—Ah...
Las falanges frías del alfa se deslizaron a lo largo de su abdomen pálido y sudoroso hasta llegar a la protuberancia del vientre, la cual se iba formando con cada embestida lenta que el omega iba recibiendo contra sus entrañas. Sus labios rosáceos, adornados por un piercing, se encontraban entreabiertos y húmedos, con tiras de saliva espesa deslizándose por sus comisuras mientras sus ojos se mantenía entrecerrados, delirando ante el roce de la verga experta que abría sus paredes, rompiendo su hueco con delicadeza pero también con morbo.
Su pene fue abarcado por una mano que lo cubrió por completo, jugando con su prepucio con apenas dos dedos, cubriendo y descubriendo su pequeño glande sonrosado que iba botando baba poco a poco, subiendo y bajando por las sábanas blancas cuan muñeco de trapo, arqueando la espalda mientras iba soltando gemidos agudos y delicados.
Entre cada embestida, el omega buscó soporte en el cuello del alfa, atrayéndolo hacia él mientras la punta de la verga daba un beso a su cuello uterino abriendo la boca para el escupitajo espeso que se coló sobre su lengua, mirando a través de sus párpados y sus lágrimas al hombre sobre él que tenía sus ojos fijos hacia abajo, hacia la unión de sus cuerpos mientras el omega sentía cómo su interior estaba comenzando a ser abarcado por completo ante la hinchazón contraria. Bebió de las gotas de sudor que cayeron sobre su boca, escuchando los bufidos del alfa hacerse cada vez más pesados.
— ¿Será que voy a criar en este vientre?¿Ya me pertenece tu cosita?¿Puedes criarme la leche ahí?
—Ah, hágalo, anúdeme... —soltó el omega con delirio—. Márquese en mí. Mgh... Termine de aflojarme. Mi primera polla, oh Dios...
El alfa no lo pensó y dio una última estocada para después dejarse venir, abotonándose en el omega hasta lo más profundo. El omega enterró sus uñas en los hombros ajenos, sintiendo la leche caliente abarcar sus entrañas hasta que su vientre se fue hinchando hasta la dureza, quedándose pegado al alfa mientras su pene brincaba en la mano ajena, soltando tiras de semen que poco a poco se volvió más líquido, más caliente, hasta convertirse en alivio que manchó las sábanas hasta chapotear.
El omega esbozó una sonrisa avergonzada, recibiendo la lengua del alfa cuando volvió a besarlo por unos instantes, robándole el aliento.
—Señor Kim...
—Jungkook...
~~~~~
Junio, 1999
Fue a las 23:00 cuando el alfa supremo de la manada Kim, Kim TaeYang, finalmente había fallecido.
La habitación del anciano se había consumido en un profundo silencio, uno completamente sepulcral donde la familia se encontraba alrededor de la cama, viendo el cuerpo que reposaba sobre los edredones de satén y algodón.
En su mano derecha, esquelética y helada, reposaba un anillo de oro con un tigre que fue removido suavemente por las manos aterciopeladas de la ahora viuda Irina Kim, tomándose unos segundos para acunar la joya mientras dejaba sus lágrimas fluir por sus mejilla, alzando lentamente la vista hasta sus cuatro hijos, pero enfocando su mirada llorosa en uno en específico.
—TaeHyung.
El hijo mayor había logrado escuchar la voz lamentosa de su madre incluso si tenía la mirada perdida en la nada, jugueteando con su anillo de bodas, completamente sumergido en sus pensamientos. Ascendió lentamente la mirada hacia la mujer, la cual seguía viéndose imponente y hermosa aún con el cabello ahora grisáceo por las canas y sus facciones polacas ahora fuese recubiertas por unas cuantas arrugas difíciles de ignorar.
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First Class ||TK||
Fanfiction"Déjame ponerte en primera clase" ------- En 1999, tras la muerte del patriarca de la familia Kim, su hijo mayor, Kim TaeHyung, de 43 años, asume el liderazgo de un legado familiar próspero. Sin embargo, lo que se espera que sería un mandato prósper...