Capítulo 7.

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Diego estacionaba el auto frente a la academia para Luther cargar el cuerpo de Allison que había caído en un sueño por Adeline, todos subían corriendo a la enfermería para ver a la joven comenzar a intentar ayudar, pero su hermana había perdido demasiada sangre dejándola sin opciones.

—Necesito que alguien de sangre—hablo lavándose las manos y colocándose su bata y guantes con la ayuda de Pogo. —Todos menos Klaus—dijo cuando vio al joven intentar ofrecerse. 

Luther no era compatible con ninguno por su nueva situación y Diego como única opción caía desmayado junto a Grace que lo sujetaba y extraían lo que fuera necesario, después de diez horas donde Adeline con la ayuda de Cinco, Klaus y Luther, salvaban todo lo que podían de la laringe de Allison, la chica estaba estable en la enfermería para todos dirigirse a hacer otras cosas mientras Luther se quedaba con ella. 

Adeline buscaba en sus cosas la caja sepultada en recuerdos que era de Ben, movió más cosas para encontrar una de las camisas del chico y ponérsela, Ben negaba mientras la observaba, escucharon ruidos en la habitación de junto para salir y ver a Klaus en busca de algo.

 —¿Qué haces? —pregunto Adeline esquivando un calcetín sucio. 

—Busco droga—hablo moviendo más cajas.

—No—hablo ella viéndolo—, sabes que eso no es lo que quería Dave, debes enfocarte en la nueva persona que estas intentando ser.

—Llevo días sobrio y ninguno de ellos me toma enserio—hablo rendido. —Solo quiero volver a sentirme adormecido, tu comprendes lo que quiero.

—Eso fue hace años y no necesito nada de eso—se acerco a él—, y tu tampoco porque me tienes a mi.

—Tienes razón—hablo Klaus abrazándola. —Puedes volver a lo que sea que hacías—vio la camisa de Ben—, yo me encargaré de mi.

—Te esta mintiendo—hablo Ben viéndolo meterse la pastilla a la boca. —Maldito—hablo golpeándolo.

Klaus por el golpe en su mejilla escupía la pastilla haciendo que cayera en otro lugar mientras Adeline se cubría el rostro sorprendida y Klaus veía a Ben de la misma forma, los tres intercambiaban miradas para Klaus verla con extrañeza.

—¿Lo ves? —pregunto señalando al asiático sin importarle el golpe de hace segundos. 

—Desde el día que llegue a la mansión—hablo Adeline explicándole con una mueca de vergüenza.

—¿Como? —pregunto confundido. —Creí que solo yo podía hacer eso.

—Mi poder con exactitud es además de tener magia, hacer hechizos y esas cosas—dio un paso al frente. —Involucra copiar los poderes de la persona que este cerca de mi. 

—¿Qué cosas sucias han hecho todos estos días cuando estaban solos? —pregunto Klaus asqueado al comprender toda la situación. 

—Nada—respondieron los dos al mismo tiempo. 

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