𝘊𝘪𝘯𝘲𝘶𝘦

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El sol se había escondido hacía horas, dejando el cielo cubierto de una oscura manta estrellada

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El sol se había escondido hacía horas, dejando el cielo cubierto de una oscura manta estrellada. El colegio estaba casi vacío, con solo unas pocas luces encendidas en los pasillos y salones, creando un ambiente que me hacía sentir pequeña y vulnerable. Me quedé allí, de pie frente a la entrada principal, esperando que alguien viniera a recogerme. Pero los minutos pasaban, y no había señal del chico que mi padre había mandado a buscarme.

Llevaba más de media hora esperando, y el frío comenzaba a calar en mis huesos. Miré mi teléfono por enésima vez, esperando un mensaje, una llamada, algo que me indicara que no me habían olvidado. Pero la pantalla seguía en blanco, sin notificaciones.

Suspiré y me crucé de brazos, intentando mantener el calor mientras la impaciencia crecía en mi interior. No sabía cuánto tiempo más podría aguantar allí, sola en la oscuridad, antes de que la preocupación empezara a hacerme mella.

Justo cuando estaba considerando la posibilidad de caminar hasta alguna cafetería cercana para esperar, escuché unos pasos acercándose. Levanté la vista y vi a Sunghoon saliendo del edificio, su silueta recortada contra la tenue luz del pasillo.

Me sorprendió verlo allí a esas horas. Normalmente, él era uno de los primeros en salir de la escuela, siempre evitando quedarse más tiempo del necesario. Pero ahí estaba, caminando hacia mí con una expresión de sorpresa al verme todavía en la entrada.

ㅡ¿Qué haces aquí tan tarde?ㅡ Preguntó, deteniéndose frente a mí y examinándome con una mezcla de curiosidad y preocupación.

ㅡEstaba esperando que alguien viniera a recogermeㅡ Respondí, sintiendo una mezcla de alivio por no estar sola y una punzada de incomodidad al tener que explicarle mi situación

ㅡEl chico que me presentó mi papá se suponía que vendría, pero no ha llegado.

Una sonrisa sarcástica se formó en los labios de Sunghoon.

ㅡ¿Te plantó tu noviecito?ㅡ Bromeó, cruzando los brazos mientras me miraba con esa actitud burlona que había llegado a reconocer demasiado bien.

Rodé los ojos, frustrada por su falta de sensibilidad.

ㅡSi no me vas a ayudar, mejor veteㅡ Dije, intentando sonar más segura de lo que realmente me sentía. Lo último que quería era que él se quedara allí solo para burlarse de mí en un momento tan incómodo.

Para mi sorpresa, en lugar de reírse y marcharse, Sunghoon cambió su expresión a algo más serio. Sin decir nada, dio un paso hacia mí y, antes de que pudiera reaccionar, me tomó de la mano.

ㅡVen, te llevo a casaㅡ Dijo, su tono firme pero sin la habitual burla en su voz.

Me quedé quieta por un momento, sorprendida por su gesto. Su mano era cálida en comparación con la fría noche, y la sensación de su piel contra la mía me dejó un poco aturdida. Pero antes de que pudiera decir algo, él ya me estaba guiando hacia donde tenía estacionado su auto.

El camino hasta el auto fue corto, pero el silencio entre nosotros se sintió denso, cargado de palabras no dichas y emociones enredadas. Cuando finalmente llegamos, Sunghoon abrió la puerta del copiloto y me hizo un gesto para que entrara.

Me senté en el asiento, todavía algo desconcertada por el giro que había tomado la noche. Él dio la vuelta al auto y se acomodó en el asiento del conductor, arrancando el motor sin decir una palabra.

Mientras nos alejábamos del colegio, el silencio en el auto se volvió más palpable. Podía escuchar el suave ronroneo del motor, el crujido de la grava bajo las ruedas, y mi propia respiración un poco más acelerada de lo normal. No sabía cómo romper el hielo, y parecía que él tampoco estaba dispuesto a hacerlo.

Finalmente, decidí que tenía que decir algo. El comportamiento de Sunghoon había sido tan contradictorio últimamente que me estaba volviendo loca. Un día estaba distante, como si no le importara en absoluto, y al siguiente era cariñoso, casi como si estuviera buscando una conexión. No podía soportar la incertidumbre por más tiempo.

ㅡ¿Por qué a veces eres tan distante y otras veces tan... cercano conmigo?ㅡ Pregunté, manteniendo mi mirada fija en la carretera frente a nosotros, demasiado nerviosa para mirarlo directamente.

Sentí su mirada en mí por un breve instante antes de que él volviera a concentrarse en la carretera.

ㅡ¿Cercano?ㅡ Repitió, como si la palabra le resultara extraña.

ㅡSíㅡ Dije, asintiendo lentamente

ㅡA veces eres amable, casi cariñoso, y otras veces parece que no quieres ni hablarme. Es confuso, Sunghoon.

Él soltó una pequeña risa, más de diversión que de burla, y negó con la cabeza.

ㅡEs solo para molestarte, princesaㅡ Respondió, su tono ligero, como si no fuera un gran asunto.

Fruncí el ceño, sintiendo que había algo más detrás de sus palabras.

ㅡ¿Solo para molestarme?ㅡ Repetí, sintiendo una mezcla de incredulidad y resignación. Me resultaba difícil creer que todo fuera tan simple como eso.

Sunghoon no respondió de inmediato. En lugar de eso, se quedó en silencio por un momento, como si estuviera considerando sus palabras con cuidado. Finalmente, lo escuché murmurar, casi en un susurro.

ㅡTampoco es que entiendas las indirectas...

Sentí un leve escalofrío recorrer mi columna al escuchar esas palabras, como si ocultaran más de lo que él estaba dispuesto a admitir. Giré mi cabeza lentamente para mirarlo, pero él mantenía su mirada fija en la carretera, su expresión tranquila y seria.

¿Qué quería decir con eso? ¿Qué era lo que yo no estaba entendiendo? La pregunta quedó suspendida en el aire, sin una respuesta clara, y aunque quería presionarlo para que me lo explicara, algo en su actitud me hizo dudar.

El resto del viaje transcurrió en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Cuando finalmente llegamos a mi casa, él estacionó el auto frente a la entrada y apagó el motor. Por un momento, ambos nos quedamos allí, sin movernos, como si ninguno de los dos quisiera ser el primero en romper el silencio.

Finalmente, Sunghoon se giró hacia mí, su expresión más suave de lo que estaba acostumbrada a ver en él.

ㅡLlegamos, princesaㅡ Dijo, con una sonrisa leve en los labios.

Asentí, sintiendo una extraña mezcla de emociones mientras me desabrochaba el cinturón de seguridad y abría la puerta del auto.

ㅡGracias, Sunghoonㅡ Dije suavemente, sin saber qué más agregar.

Él solo me dio un pequeño asentimiento, observándome mientras salía del auto y me dirigía hacia la puerta de mi casa. Mientras caminaba, sentía su mirada en mi espalda, y aunque no me atreví a girarme para verlo, una parte de mí sabía que esa noche había marcado un cambio en nuestra relación.

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𝗠𝗶𝘀𝘀 𝗣𝗼𝗽𝘂𝗹𝗮𝗿 › 𝗣𝗮𝗿𝗸 𝗦𝘂𝗻𝗴𝗵𝗼𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora