𝗠𝗶𝘀𝘀 𝗣𝗼𝗽𝘂𝗹𝗮𝗿 › 𝗣𝗮𝗿𝗸 𝗦𝘂𝗻𝗴𝗵𝗼𝗼𝗻

𝘋𝘪𝘤𝘪𝘢𝘴𝘴𝘦𝘵𝘵𝘦

El sonido de mis zapatillas de baile resonaba suavemente sobre el piso de madera del estudio, el eco de la última canción aún vibrando en el aire. Sentía el sudor corriendo por mi piel mientras me detenía, tratando de controlar mi respiración. Mi entrenamiento de danza había sido intenso hoy, pero gratificante, como siempre. La libertad que sentía al moverme al compás de la música era algo indescriptible, un refugio en el que podía perderme por completo.

Me dirigí hacia la salida del estudio, tomando mi botella de agua y toalla mientras conversaba con uno de mis compañeros de baile, un chico que había estado practicando conmigo los últimos meses. Era agradable, amigable, aunque a veces podía ser un poco... pegajoso. No le daba demasiada importancia; después de todo, él siempre había sido muy extrovertido con todos.

ㅡLo hiciste genial hoy ㅡMe dijo, acercándose más de lo necesario para mirarme directamente a los ojos—. Siempre es un placer verte bailar.

ㅡGracias ㅡRespondí con una sonrisa, retrocediendo ligeramente para crear un poco más de espacio entre nosotros.

Justo en ese momento, vi cómo el auto de Sunghoon se detenía frente al estudio. Mis ojos se encontraron con los suyos a través del parabrisas, y pude notar su expresión endurecida. Algo en el ambiente cambió, y el aire se volvió tenso. Sabía que no le gustaba ver a nadie cerca de mí de esa manera, y aunque intentaba no darle importancia, no podía evitar sentir una punzada de preocupación.

ㅡBueno, ya me tengo que ir. Mi novio me está esperando ㅡLe dije al chico, esperando que esa fuera una señal clara para que se alejara.

Pero, en lugar de hacerlo, él sonrió de forma despreocupada y dio un paso más hacia mí.

ㅡ¿Tu novio, eh? Pues él es un chico afortunado ㅡDijo, con una risa suave y sin moverse ni un centímetro. No había malas intenciones en sus palabras, pero la cercanía era incómoda. Sentí que el ambiente se volvía más tenso cuando Sunghoon salió del auto y se dirigió hacia nosotros. Su expresión era seria, su mandíbula apretada, y no tuve que ser adivina para saber que estaba molesto. Muy molesto.

ㅡ¿Qué está pasando aquí? ㅡPreguntó Sunghoon, su voz fría mientras se colocaba a mi lado, interponiéndose entre el chico y yo, como si necesitara marcar territorio.

El chico lo miró con curiosidad, alzando una ceja.

ㅡNada en particular ㅡRespondió con una sonrisa un tanto burlonaㅡ. Solo estábamos hablando, no es para tanto.

Pero Sunghoon no parecía dispuesto a aceptar esa respuesta. Dio un paso más hacia él, su cuerpo tenso y sus manos cerradas en puños a los costados.

ㅡAléjate de ellaㅡLe dijo, su voz más baja y amenazanteㅡ. Ella no está buscando ningún pretendiente, así que será mejor que te vayas.

El chico lo miró por un segundo, sorprendido por la actitud de Sunghoon, pero luego levantó las manos en señal de rendición.

ㅡTranquilo, hombre. No sabía que tenías que marcar tanto el territorio ㅡDijo, dándose media vuelta y alejándose finalmente.

Suspiré aliviada, pero al mismo tiempo sabía que este no era el fin de la conversación. Sunghoon me miró de reojo antes de encaminarse hacia su auto, y aunque intenté hablar con él, simplemente abrió la puerta del coche, esperando que entrara sin decir una palabra.

El trayecto fue silencioso, casi incómodo. El aire entre nosotros estaba cargado, y no sabía cómo abordar la situación. Sentía la frustración y el enojo en Sunghoon, pero también sabía que él no era el único que estaba alterado. Finalmente, cuando llegamos a un parque cercano, uno de esos lugares semi-públicos donde la gente solía caminar, aparcó y se quedó en silencio, mirando hacia el frente.

No pude soportarlo más.

ㅡ¿Por qué te pusiste así? ㅡLe pregunté suavemente, girándome en mi asiento para mirarlo directamente. Sabía que debía abordarlo con calma, pero mi tono estaba lleno de preocupación.

Sunghoon apretó los labios por un momento antes de mirarme, sus ojos oscuros por la intensidad de sus emociones.

ㅡPorque quiero que todo el mundo sepa que eres mía ㅡDijo, su voz baja pero llena de convicción.

ㅡQuiero que todos sepan cómo te amo.ㅡ Sentí un nudo formarse en mi garganta ante la fuerza de sus palabras.

ㅡSunghoon...

ㅡSé que me he portado como un idiota antes ㅡContinuó, interrumpiéndome antes de que pudiera responderㅡ, pero no quiero perderte. Quiero que todo el mundo lo sepa, que eres mía. Que no hay nadie más.

No sabía qué decir. Sus palabras me desarmaron completamente. Durante tanto tiempo habíamos mantenido nuestra relación en secreto, escondiéndonos del mundo por miedo a lo que otros pudieran pensar, a lo que mis padres pudieran hacer. Pero sabía que, en el fondo, él tenía razón. No podíamos seguir escondiéndonos para siempre.

ㅡNo sé qué decir ㅡAdmití en voz baja, luchando por encontrar las palabras adecuadas.

Antes de que pudiera continuar, Sunghoon se inclinó hacia mí, sus labios encontrando los míos en un beso inesperado. Era un beso intenso, lleno de todo lo que no había podido decir, de toda la frustración y el amor que ambos habíamos reprimido durante tanto tiempo. Sentí que el mundo se desvanecía a nuestro alrededor, y, por un momento, me dejé llevar, sin importarme que hubiera algunas personas alrededor, mirándonos con curiosidad.

Cuando finalmente nos separamos, mis labios aún hormigueaban por el contacto, y mi corazón latía con fuerza en mi pecho.

ㅡTengo miedo ㅡSusurré, mirando hacia abajoㅡ. Pero... también quiero poder estar libremente contigo. No quiero ocultar esto para siempre.

Sunghoon tomó mi mano con suavidad, sus dedos entrelazándose con los míos. Había una calma en su mirada ahora, como si finalmente hubiera encontrado algo de paz.

ㅡLo sé, princesa ㅡDijo en voz baja, llevándose mi mano a sus labios y besándola suavementeㅡ. Vamos a hacer esto bien.

Lo miré, sintiendo una mezcla de nervios y determinación.

ㅡEntonces... quiero que conozcas a mis padres ㅡDije, mi voz apenas un susurro.

Él me miró por un segundo, sorprendido, pero luego una sonrisa suave se dibujó en sus labios.

ㅡClaro que sí ㅡRespondióㅡ. Estoy listo cuando tú lo estés.

Con un último apretón de manos, nos levantamos y volvimos al auto, sabiendo que habíamos dado un paso importante. Sabía que no iba a ser fácil, pero por primera vez en mucho tiempo, me sentía lista para enfrentar lo que viniera. Sunghoon tomó mi mano mientras conducía hacia mi casa, preparándonos mentalmente para el día en que él conocería a mis padres.

Sabía que no sería un encuentro fácil, pero con él a mi lado, estaba dispuesta a intentarlo.