𝘘𝘶𝘪𝘯𝘥𝘪𝘤𝘪

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Las semanas habían pasado con una velocidad desconcertante, y aunque nuestra relación seguía siendo un secreto, el vínculo entre Sunghoon y yo se hacía cada vez más fuerte

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Las semanas habían pasado con una velocidad desconcertante, y aunque nuestra relación seguía siendo un secreto, el vínculo entre Sunghoon y yo se hacía cada vez más fuerte. Cada momento juntos estaba lleno de sonrisas, miradas robadas, y besos furtivos que apenas podíamos contener en los pasillos de la escuela o cuando lográbamos escaparnos por un rato. Sin embargo, siempre existía la sombra de mis padres, su juicio constante y la presión de cumplir con sus expectativas. Sunghoon lo sabía, pero eso no lo detenía. No, al contrario, parecía disfrutar del reto.

Era una noche tranquila, con la brisa acariciando suavemente las cortinas de mi ventana. Mis pensamientos daban vueltas mientras intentaba dormir, pero había algo en el aire que me mantenía alerta. Tal vez era la sensación de saber que cada día se volvía más difícil mantener nuestra relación oculta.

De repente, escuché un suave golpe en la ventana. Me giré en la cama, mi corazón acelerándose. No podía ser él, ¿o sí?

Caminé en silencio hacia la ventana, mis pies apenas rozando el suelo de madera, y ahí estaba Sunghoon, con una sonrisa traviesa en su rostro, trepando como si estuviera acostumbrado a hacerlo.

ㅡ¿Qué estás haciendo aquí?ㅡ Susurré en un suspiro nervioso mientras abría la ventana, dejándolo entrar.

ㅡVine a verte, ¿qué más? ㅡ Respondió con un tono despreocupado, sacudiéndose el polvo de los pantalones como si esto fuera lo más normal del mundo.

ㅡSunghoon, mis padres están en la casa. Si te descubren, te matan ㅡLe advertí, mirando hacia la puerta de mi habitación, paranoica de que alguien pudiera entrar en cualquier momento.

ㅡRelájate, princesa ㅡDijo con una sonrisa, usando ese apodo que hacía que mi corazón latiera un poco más rápido.

ㅡNadie va a descubrirnos. Solo vine a verte un rato, no a causar problemas.

Antes de que pudiera replicar, sentí sus labios sobre los míos, suaves pero urgentes, como si hubiera estado esperando todo el día para ese momento. Me besó con una pasión que hizo que olvidara, aunque fuera por un instante, el peligro de la situación. Su cuerpo se acercó más al mío, y aunque una parte de mí quería detenerlo, la otra parte no podía evitar responder a sus besos con la misma intensidad.

ㅡ¿Por qué estás tan meloso esta noche?ㅡ Pregunté cuando finalmente me soltó para tomar aire, mis palabras apenas un susurro.

Sunghoon sonrió, una sonrisa ladina que siempre me desarmaba.

ㅡ¿Y por qué no debería estarlo? ㅡPreguntó mientras me rodeaba con sus brazos

—Eres mi novia, ¿no?

Mis mejillas se sonrojaron al escuchar esas palabras. Aunque llevábamos semanas juntos, todavía me costaba acostumbrarme a escucharlo decirlo en voz alta, especialmente aquí, en mi propia casa, donde siempre sentía que alguien podía escuchar.

ㅡSí, pero... estamos en la casa de mis padres ㅡLe recordé, nerviosa

ㅡSi mi padre te ve aquí, no te lo pienses dos veces: te matará.

Sunghoon rió suavemente, acariciando mi rostro con sus manos mientras me miraba directamente a los ojos.

ㅡRelájate, princesa. No pasará nada. Estoy aquí contigo, solo eso importa.

Sus palabras, aunque imprudentes, tenían un efecto calmante en mí. Siempre había sido así. Sunghoon tenía esa manera de hacerme sentir que todo iba a estar bien, incluso cuando el mundo a nuestro alrededor parecía estar al borde del colapso.

Sus labios volvieron a encontrarse con los míos, esta vez más lentos, más profundos, y me dejé llevar por el momento, olvidando por completo el peligro que acechaba si alguien entraba en mi habitación. Sus manos bajaron por mi cintura, y sentí cómo mi cuerpo respondía a su toque, cada vez más consciente de su cercanía.

Después de un rato, cuando ambos respirábamos agitadamente, Sunghoon se apartó ligeramente y me miró a los ojos, como si estuviera debatiéndose internamente sobre algo.

ㅡTengo una pregunta ㅡDijo de repente, su tono más serio.

ㅡ¿Qué pasa? ㅡPregunté, intentando mantener la calma.

ㅡ¿Cuándo vamos a hacer esto oficial? ㅡPreguntó, sus palabras pesadas de significado.

—Ya sabes, delante de las personas.

Mi corazón dio un vuelco. Sabía que eventualmente tendría que enfrentar esta situación, pero no estaba lista para eso aún. Mis padres siempre habían sido estrictos, especialmente con el tema de las relaciones, y no podía ni imaginar cómo reaccionarían si supieran sobre Sunghoon.

Bajé la mirada, sintiendo la presión de sus palabras.

ㅡEs complicado ㅡAdmití, mi voz apenas un susurro

ㅡNo sé cómo reaccionarán mis padres. No quiero que me alejen de ti, Sunghoon. No quiero arruinar lo que tenemos.

Sunghoon suspiró, su mano acariciando mi mejilla mientras me miraba con comprensión.

ㅡLo entiendo, princesa. No te estoy presionando. Pero me gustaría que, cuando estés lista, podamos ser algo más que un secreto.

Sus palabras resonaron en mí, y aunque sabía que tenía razón, también entendía que no era tan simple. No quería perder a Sunghoon, pero tampoco podía arriesgarme a que mis padres descubrieran nuestra relación antes de estar preparada para enfrentarlos.

ㅡLo sé ㅡDije en voz bajaㅡ. Y lo haremos. Pero necesito más tiempo.

Sunghoon me miró en silencio por un momento, y luego, con una suave sonrisa, me dio un pequeño beso en la frente.

ㅡEstá bien ㅡRespondióㅡ. Cuando estés lista, estaré aquí.

Su comprensión me alivió, aunque la tensión seguía presente. No era justo para él, lo sabía. Pero por ahora, necesitaba mantener las cosas como estaban, al menos hasta que pudiera reunir el valor para enfrentar a mis padres.

ㅡAhora tengo que irme ㅡDijo de repente, mirando hacia la ventanaㅡ. Está amaneciendo, y no quiero que tus padres me encuentren aquí.

Miré hacia afuera y me di cuenta de que la luz del amanecer comenzaba a teñir el cielo de un suave tono anaranjado. Sentí una punzada de pánico al pensar que alguien pudiera encontrarnos.

ㅡSí, deberías irte ㅡDije rápidamente, aunque una parte de mí no quería que se fuera aún.

Sunghoon se acercó una vez más y me dio un último beso, uno suave y cargado de promesas.

ㅡNos vemos luego, princesaㅡ Susurró antes de trepar por la ventana y desaparecer en la penumbra.

Me quedé allí, mirando el espacio vacío donde él había estado, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Sabía que el momento de enfrentar la realidad se acercaba, pero por ahora, todo lo que podía hacer era disfrutar de los momentos que tenía con él, por muy breves o furtivos que fueran.

 Sabía que el momento de enfrentar la realidad se acercaba, pero por ahora, todo lo que podía hacer era disfrutar de los momentos que tenía con él, por muy breves o furtivos que fueran

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𝗠𝗶𝘀𝘀 𝗣𝗼𝗽𝘂𝗹𝗮𝗿 あ 𝗣𝗮𝗿𝗸 𝗦𝘂𝗻𝗴𝗵𝗼𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora