𝘋𝘰𝘥𝘪𝘤𝘪

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Las noches se habían vuelto más largas últimamente

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Las noches se habían vuelto más largas últimamente. Pasaba horas dando vueltas en la cama, mi mente girando alrededor de los mismos pensamientos una y otra vez, como si estuviera atrapada en un ciclo interminable de confusión. Y siempre, siempre terminaba en el mismo lugar: Sunghoon.

No podía dejar de pensar en él. Era una presencia constante en mi cabeza, incluso cuando no estaba cerca. Intentaba concentrarme en otras cosas, en las clases, en mis amigos, pero de alguna manera siempre volvía a ese mismo punto, a esa misma pregunta que me perseguía sin descanso.

¿Estoy enamorada de él?

Era una pregunta que me había estado haciendo durante días, tal vez semanas, sin atreverme a darle una respuesta clara. Porque, ¿cómo podía estar enamorada de alguien como Sunghoon? Aquel chico que solía ser solo una molestia, un fastidio en mi vida. Ese mismo chico que ahora se había convertido en el centro de todos mis pensamientos, de todas mis dudas.

Recordaba cada momento que habíamos pasado juntos, desde el primer día en que nos asignaron el proyecto. Al principio, no podía soportarlo. Me irritaba su forma de ser, la manera en que siempre encontraba una forma de provocarme, de sacarme de quicio. Pero, con el tiempo, algo había cambiado. Había empezado a notar otras cosas en él, detalles que antes me pasaban desapercibidos. Como la forma en que se mordía el labio cuando estaba concentrado o cómo sus ojos brillaban con una chispa burlona cuando conseguía hacerme enojar.

Habíamos pasado tanto tiempo juntos en esos días trabajando en el proyecto, discutiendo sobre cualquier cosa, riéndonos de tonterías y, de alguna manera, esos momentos se habían vuelto importantes para mí. Más importantes de lo que me gustaría admitir. Lo que antes me parecía molesto, había empezado a parecerme... interesante. A veces, cuando lo miraba, me encontraba preguntándome cómo sería acercarme más, cómo se sentiría estar más cerca de él, más allá de lo que las palabras o los silencios nos permitían.

Y entonces, esa pregunta que siempre trataba de evitar volvía a aparecer: ¿Cómo sería besarlo?

El simple pensamiento me aceleraba el corazón, y no podía evitar sentir una mezcla de curiosidad y culpa. ¿De verdad estaba pensando en besar a Sunghoon? Me mordí el labio, tratando de apartar la imagen de mi mente, pero una vez que esos pensamientos se colaban, era imposible detenerlos. Me imaginaba cómo sería sentir el roce de sus labios, el calor de su aliento, el sabor de un momento tan íntimo. ¿Sería tan sarcástico incluso en un beso? ¿O habría algo más, algo que no conocía de él todavía?

Pero junto con esos pensamientos venían otros, los que me hacían sentir mal, incómoda. Sabía que mis padres nunca aceptarían algo así. Habían sido claros toda mi vida respecto a lo que esperaban de mí. Los estudios primero, todo lo demás después. Y cuando se trataba de relaciones, eran aún más estrictos. Había reglas, expectativas, y yo nunca había sido una persona que se rebelara contra ellas. Siempre había sido la hija obediente, la que no causaba problemas.

Pensar en Sunghoon de esa manera... en romper esas expectativas, me hacía sentir como si estuviera traicionando algo. No solo a mis padres, sino también a mí misma, a la persona que siempre había sido. Pero, al mismo tiempo, no podía evitarlo. Era como si una parte de mí estuviera fuera de control, como si esos sentimientos hubieran crecido sin que yo me diera cuenta y ahora eran imposibles de ignorar.

Me pasaba las noches pensando en él, en cómo sería si las cosas fueran diferentes. ¿Y si no hubiera tanto entre nosotros? ¿Y si mis padres no fueran tan estrictos? ¿Y si yo no fuera tan... tan confusa? Tal vez podría permitir que esos sentimientos florecieran, que tomaran forma. Pero la realidad era otra, y eso me mantenía atrapada entre lo que sentía y lo que debía sentir.

ㅡ¿Estoy enamorada de él?ㅡ Me preguntaba por enésima vez, mientras el sueño se mantenía lejos.

Y la respuesta... era cada vez más clara. Por mucho que intentara negarlo, por mucho que quisiera alejarme de esa verdad, la realidad era que sí, estaba enamorada de Sunghoon. Cada vez que lo veía, mi corazón se aceleraba. Cada vez que nuestras miradas se cruzaban, sentía esa punzada en el pecho que me dejaba sin aire. Y cada vez que lo veía con otra chica, esa sensación de que me estaba quedando fuera de su vida me desgarraba por dentro.

¿Pero qué significaba todo esto para él? Esa era la pregunta que realmente me atormentaba. Porque yo podía estar enamorada, pero eso no significaba nada si para Sunghoon yo solo era una más, una chica más en su vida. Él nunca había dicho nada que indicara que sentía lo mismo. Todo lo contrario. Se había distanciado, me había ignorado, como si todo lo que habíamos compartido no hubiera significado nada.

ㅡSolo somos amigosㅡ Había dicho con esa risa sarcástica, como si la idea misma fuera una broma para él.

Y eso era lo que más me dolía. No saber qué era yo para él. Porque, aunque mis sentimientos se volvieran más fuertes cada día, no podía evitar preguntarme si para Sunghoon yo era solo alguien con quien había trabajado, alguien con quien había compartido unos cuantos momentos y nada más. Alguien insignificante.

Me mordí el labio con fuerza, intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir. Odiaba sentirme así, tan vulnerable, tan confundida. Odiaba no tener las respuestas que necesitaba. Y, sobre todo, odiaba la posibilidad de que todo lo que estaba sintiendo no fuera correspondido.

Porque, ¿qué pasaba si Sunghoon nunca me veía de la misma manera? ¿Qué pasaba si, para él, yo no era más que una sombra en su vida, alguien que había estado ahí, pero que ya no importaba? Esa idea me asustaba más que cualquier otra cosa.

Me giré en la cama, tapándome el rostro con las manos, intentando bloquear todos esos pensamientos, pero era inútil. Estaba enamorada de Sunghoon, y no podía evitarlo, no podía negarlo más. Pero lo que no sabía, lo que realmente me aterraba, era lo que yo significaba para él.

Y eso, más que cualquier otra cosa, era lo que no me dejaba dormir.

Y eso, más que cualquier otra cosa, era lo que no me dejaba dormir

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𝗠𝗶𝘀𝘀 𝗣𝗼𝗽𝘂𝗹𝗮𝗿 あ 𝗣𝗮𝗿𝗸 𝗦𝘂𝗻𝗴𝗵𝗼𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora