Bangchan sintió su corazón hundirse al ver a Seungmin huir después de presenciar el beso. Sabía que tenía que explicarse, pero primero tenía que librarse de Wonyoung.
—¿Qué quieres de mí? —demandó, su voz temblando entre la rabia y la desesperación.
Wonyoung sonrió, disfrutando del poder que tenía sobre él.
—Es simple, Chan. Quiero que vuelvas a ser mi novio. Siempre has sido mío, y no pienso dejar que un mocoso como Seungmin te robe de mí.
Bangchan apretó los puños, odiando la situación en la que estaba. No podía arriesgarse a que esa foto se difundiera, no solo por lo que significaría para él, sino también por lo que podría hacerle a Seungmin.
—Bien, Wonyoung —dijo finalmente, con la voz quebrada—. Haré lo que quieras, pero no lastimes a Seungmin.
Wonyoung le dio una palmadita en la mejilla, triunfante.
—Sabía que entenderías, Chris. Nos vemos mañana después de clases. Recuerda, tienes que parecer feliz de estar conmigo.
Con un guiño, se giró y se alejó, dejándolo solo con sus pensamientos. Bangchan se sentía atrapado, como si estuviera encadenado a una situación de la que no podía escapar.
Mientras tanto, Seungmin había corrido sin rumbo hasta que sus piernas no pudieron más. Se encontraba en un pequeño parque, tratando de controlar las lágrimas que amenazaban con desbordarse. Se sentía traicionado, herido y, sobre todo, enfadado. No entendía cómo había podido equivocarse tanto con Bangchan, ni por qué sentía ese nudo en el pecho que no se deshacía, al fin y al cabo era solo su niñero y el lo odiaba,no?
Después de un rato, se secó las lágrimas y decidió que no podía seguir así. No iba a permitir que Bangchan, ni nadie, lo hiciera sentir tan mal consigo mismo. Se levantó con determinación y comenzó a caminar de vuelta al colegio. Tenía que encontrar a Jeongin, contarle lo que había pasado, y tratar de olvidar a Bangchan.
Cuando llegó al colegio, ya estaba casi vacío. Solo quedaban unos cuantos estudiantes rezagados, y el sol comenzaba a ponerse. Vio a Jeongin en la entrada, esperando a alguien. Su corazón dio un vuelco, y caminó hacia él.
—Innie... —comenzó, pero algo en la expresión de Jeongin lo detuvo.
Jeongin parecía nervioso, mirando su teléfono constantemente.
—Seungmin-hyung, ¿pasa algo? —preguntó Jeongin, tratando de sonar casual, pero su voz temblaba un poco.
—Debería ser yo quien te pregunte eso —respondió Seungmin, frunciendo el ceño—. ¿Por qué estás aquí tan tarde?
Jeongin dudó un momento antes de responder.
—Tengo una cita... Pero no es lo que piensas. Es complicado, Hyung. Necesito que confíes en mí.
Seungmin lo miró, sorprendido. Jeongin no era el tipo de persona que mentía o que se metía en problemas. Algo estaba mal.
—Innie, si hay algo que no está bien, cuéntamelo. No quiero que te metas en líos.
Jeongin abrió la boca para responder, pero en ese momento, un auto negro se detuvo frente a ellos. Una figura delgada y alta salió del vehículo, caminando con pasos seguros hacia Jeongin.
—¿Es él? —preguntó Seungmin, entre sorprendido y alarmado.
Jeongin asintió, suponiendo que era el. Su rostro palideciendo un poco. Seungmin sintió una oleada de protección hacia su amigo más joven. No podía permitir que se metiera en algo peligroso.
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Mi pequeña pesadilla
Random•- Seungmin vive con sus dos hermanos, un día se entera de que se van a ir a las afueras del país dos años por estudios y que para que no se quede solo sus hermanos contrataron a un niñero, el problema empieza cuando Seungmin le comienza a hacer la...