Lin Jie, un transmigrante, es el dueño de una librería en otro mundo.
Es amable y de buen corazón, y a menudo recomienda libros de sanación a los clientes que están pasando por un momento difícil. De vez en cuando, también promueve en secreto su pro...
Lin Jie abrió la vieja puerta de madera de la librería como de costumbre.
Se escuchó un sonido apagado de una campana de bronce. Desde arriba, el agua goteaba por el marco de la puerta y dejaba rastros en la ventana del travesaño cubierta de tierra.
El cielo estaba oscuro. Afuera llovía a cántaros y el repiqueteo de la lluvia y el vapor creaban una cortina de niebla.
Se habían acumulado charcos de agua fuera de la tienda.
—Qué diluvio tan fuerte—, comentó Lin Jie con el ceño fruncido.
Estaba un poco molesto porque su camisa y sus pantalones se habían mojado.
—Esta fuerte lluvia que comenzó anoche continuará durante aproximadamente una semana. El Centro Meteorológico ha emitido una alerta amarilla, que podría aumentar a...—.
El audio del televisor de la tienda vecina fue rápidamente ahogado por la lluvia.
Era poco probable que hubiera algún negocio para la librería con ese clima.
Lin Jie sacó un marco de soporte triangular y una tabla de madera de detrás de la puerta para dar un paso simple en la entrada antes de girar el cartel colgante para mostrar "Abierto".
Era poco probable que hubiera demasiados clientes con ese clima. Parecía que iba a ser un día tranquilo para la librería.
"En lugar de abrir con un negocio tan mediocre, ¿por qué no volver a dormir?" Probablemente esto era lo que la mayoría de la gente pensaría.
"Pero, ¿qué pasa si alguien queda atrapado bajo la lluvia sin paraguas y necesita un lugar para esperar?"
Lin Jie tomó un libro del estante de alquiler antes de dirigirse hacia el mostrador. Casualmente encendió una lámpara caliente en el camino antes de colocar una toalla a un lado. Después de eso, preparó dos tazas de té caliente antes de finalmente sentarse detrás del mostrador.
Dio vuelta el libro hasta donde se detuvo por última vez antes de empujar una taza de té caliente por el mostrador, como si se la estuviera pasando a un nuevo conocido.
Un libro y una taza de té caliente.
Las herramientas necesarias para calentar el cuerpo y el alma de una persona perdida.
Lin Jie tomó un sorbo de su propia taza y sonrió.
De hecho, él era ese tipo de romántico de buen corazón. A pesar de ser un hombre común, sus clientes lo conocían como un hombre honesto y un mentor de vida experto en repartir sopa de pollo.[1]
La vida siempre debería estar llena de anticipación, ¿no es así?
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¡Crack!
Con un giro de sus manos, Ji Zhixiu rompió el cuello de la persona atrapada en sus garras. Sin embargo, la batalla aún no había terminado. Rápidamente se dio la vuelta y sacó una espada larga para cortar el cuello de otro hombre.
