El gran príncipe de los insectos me obligo a casarme con él (ZERG)

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Todo sucedió de forma tan repentina que lo que ocurrió en el banquete tomó por sorpresa a todos los insectos presentes.

Hace dos horas, Ji Hanxi estaba conversando con Hyriel cuando de repente sintió que algo no iba bien. Cuando se dirigió hacia la salida, todos los sistemas eléctricos del banquete fueron interrumpidos, y todos los insectos presentes quedaron sumidos en la oscuridad. Sin tiempo para pensar, Ji Hanxi desplegó sus alas y corrió hacia donde estaba Chu Anyan, pero fue detenido en su camino por hembras insecto que caían del cielo.

El banquete se convirtió instantáneamente en un campo de batalla. Incluso los amigos que luchaban a su lado un segundo antes podían volverse y apuntarle con armas al siguiente. No había forma de distinguir entre amigos y enemigos, lo que hizo que Ji Hanxi no pudiera liberarse de inmediato del cerco.

Cuando finalmente llegó a la zona donde se reunían los machos insecto, ya había sido saqueada, no quedaba ni una sola figura visible.

Este evento atrajo la atención inmediata de los altos mandos, quienes enviaron un gran número de hembras insecto para brindar apoyo. Sin embargo, esos depredadores llegaron y se fueron rápidamente. Era obvio que habían venido específicamente a cazar machos insecto, y su ruta de escape ya estaba planeada. Las hembras militares no pudieron encontrar a los depredadores en ese momento, lo que resultó en que perdieran la mejor oportunidad para actuar.

Las hembras militares se dividieron en varios grupos para realizar una búsqueda exhaustiva sobre el paradero de cada macho insecto. Sin embargo, los depredadores habían utilizado agujeros de gusano para escapar, lo que complicaba aún más el rescate.

Cada macho insecto tenía un sistema de localización inyectado en su cuerpo desde su nacimiento, además de que sus dispositivos habían sido confiscados. Sin embargo, lo que podían pensar, las hembras también podían anticiparlo. Afortunadamente, el nuevo sistema que Ji Hanxi había inyectado a Chu Anyan todavía tenía algo de utilidad; aunque la señal era débil y fluctuante, era mucho mejor que buscar sin rumbo.

Al final, Ji Hanxi solo pudo encontrar una dirección aproximada, y el momento en que recibió una señal fuerte fue cuando Chu Anyan rompió el cuerpo de la nave.

Ji Hanxi no podía describir la sensación que tuvo al llegar y ver a Chu Anyan expuesto bajo el fuego de los proyectiles. Su corazón parecía ser agarrado con fuerza por una mano enorme; esa sensación de asfixia era algo que definitivamente no quería experimentar de nuevo.

Afortunadamente había llegado a tiempo... afortunadamente...

Las tropas atacaron a las hembras depredadoras, sorprendiendo a estas últimas. Sin embargo, Ji Hanxi no participó en el combate; regresó al dirigible con el mecha dorado. Una vez fuera del mecha, Ji Hanxi no perdió tiempo y se lanzó hacia adelante, desmantelando la cabina del mecha con violencia.

Se podría decir que Chu Anyan había tenido algo de suerte; en comparación con la abrumadora fuerza opuesta, el mecha diseñado para machos insecto no era más que un juguete, con solo una función defensiva decente.

En ese momento, muchas hembras militares rodearon el mecha dorado. Varias hembras vestidas con batas blancas esperaban con cajas de primeros auxilios cerca. La seguridad de los machos era su prioridad; temían que algo le sucediera a su precioso noble macho insecto.

Todos los insectos miraban con preocupación y sin desviar la vista de la situación dentro del mecha. Era como si se estuviera desarrollando una escena dramática, y Chu Anyan, que aún mantenía un poco de claridad mental, deseaba poder hundirse en el suelo.

Con la última línea de defensa del cockpit desmantelada, la vista del interior del mecha se reveló.

Allí estaban tres nobles machos insecto en una situación comprometedora "abrazados" entre sí. Esa fue la impresión inicial, pero al mirar más de cerca, se reveló una intrincada historia: Chu Anyan estaba siendo abrazado firmemente por Jin Sang, quien intentaba sin vergüenza acercarse más para besarlo. Para evitar el fuerte beso de Jin Sang, Chu Anyan se había inclinado hacia atrás lo más que pudo; aunque no sirvió de mucho, las marcas rojas en su rostro eran testigos de su incómoda situación.