El gran príncipe de los insectos me obligo a casarme con él (ZERG)

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¡Maldita sea, definitivamente fui descuidado!

Chu Anyan se movió rápidamente para esquivar el ataque de las garras, y justo después, un tentáculo que no sabía de dónde había surgido se lanzó rápidamente hacia su espalda, el viento a su alrededor cortante. Chu Anyan reaccionó de inmediato, sacando una pequeña bomba de su cintura y lanzándola.

Las llamas estallaron en el aire, y el monstruo frente a él se detuvo por un instante. Aprovechando la oportunidad, Chu Anyan abrió rápidamente la cabina del mecha y se metió dentro. Justo un segundo antes de que el monstruo atacara, la puerta de la cabina se cerró.

—¡Clang!

Un gran estruendo resonó, haciendo que la puerta de la cabina se hundiera.

Si eso hubiera impactado en él, probablemente Chu Anyan no habría visto el sol al día siguiente.

Conduciendo el mecha, cortó rápidamente los tentáculos que lo rodeaban. A través de la pantalla del panel de control, finalmente pudo ver la verdadera apariencia de este monstruo.

¿Cómo describirlo? Una mezcla de repulsión y terror, con una sensación visual tan intensa que Chu Anyan quedó momentáneamente aturdido, casi siendo atacado. Afortunadamente, reaccionó a tiempo y logró esquivarlo.

No es de extrañar que tantos soldados se hayan ido y no temieran que su nido fuera robado; ahora parecía claro que este monstruo podría igualar la fuerza de varios equipos de soldados.

El enorme monstruo estaba en medio del camino; su forma era una combinación de soldados insectoides y criaturas alienígenas. Sin embargo, su contorno distorsionado hacía difícil distinguir qué predominaba más. Sus dos garras podían rasgar fácilmente las paredes, y los tentáculos que emergían detrás de él eran aún más aterradores en número.

Cortabas uno y nacían dos más. Atacaban todo lo que se movía, algo que Chu Anyan descubrió después de esquivar durante un tiempo.

Cuando los tentáculos volvieron a atacarlo, Chu Anyan saltó rápidamente y se refugió en una viga sobre su cabeza, apagando las luces del mecha. Como era de esperar, el monstruo se detuvo en su lugar al no encontrar un objetivo.

Después de un recorrido lleno de peligros y sustos, Chu Anyan comenzó a relajarse un poco. En ese momento, siguiendo el mapa, llegó a un gran almacén con un fuerte olor a sangre.

Lo que había sucedido antes todavía lo tenía confundido sobre qué lugar era ese.

Respirando lentamente para calmar su acelerado pulso, y esperando que su corazón regresara a un ritmo normal, Chu Anyan finalmente se atrevió a moverse un poco. Pero incluso ese ligero movimiento hizo que el monstruo de abajo lo notara, aunque solo por un instante; el monstruo volvió a quedar inmóvil.

Chu Anyan observaba cuidadosamente las acciones del monstruo. Al asegurarse de que no lo había detectado, activó el escáner del mecha. La imagen borrosa y amarillenta fue cubierta instantáneamente por una luz verde, permitiéndole ver el entorno debajo sin restricciones.

En el perímetro del gran almacén había cinco filas de recipientes llenos de pequeños soldados insectoides sintéticos. En el centro, había un gran charco de sangre, rodeado por una tapa transparente. En la parte superior había una entrada de transporte; pronto, pequeñas criaturas que no habían sobrevivido a las modificaciones fueron envueltas y arrojadas.

En el charco de sangre, tres monstruos ya formados estaban sumergidos dentro. Antes de que los seres de arriba cayeran, los tentáculos levantados desgarraron a las criaturas, robándoles y metiéndolas en sus bocas.

(Comentario de la traductor: entonces esos monstruos son los experimentos fallidos?)

El proceso era tan sangriento que hacía que el estómago de Chu Anyan diera vueltas.