El gran príncipe de los insectos me obligo a casarme con él (ZERG)

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Chu Anyan bajó la visera de su gorra al máximo y subió la cremallera de su abrigo hasta la parte más alta, cubriendo su mandíbula sensual. Sus ojos estaban escondidos en la sombra, espiando el mundo exterior. Había una sensación indescriptible, a pesar de que la multitud a su alrededor no era esencialmente diferente a él, el ambiente seguía siendo bullicioso, pero no lograba integrarse, sintiéndose excluido del mundo.

Después de caminar un poco, Chu Anyan se encontró de frente con un grupo de insectos. En el centro, un macho estaba rodeado por tres hembras, y sus comportamientos íntimos no eran escasos; su relación era clara e intuitiva. Chu Anyan observó el rostro de muñeca del macho en el centro, combinado con una expresión burlona, y no pudo evitar sentir que era extraña, como si estuviera viendo a un sobrino molestando a una tía.

¿Este macho ya ha alcanzado la adultez? pensó Chu Anyan por un momento.

En la esquina apareció otro macho, rodeado de admiradores como una estrella. Sin embargo, a diferencia del macho de rostro infantil anterior, este tenía un aspecto menos atractivo: cara gorda, orejas grandes, ojeras y pies débiles; claramente los efectos del exceso de indulgencia. Detrás de él seguían cuatro hembras, todas con expresiones nerviosas, temerosas de hacer algo que pudiera desagradar al macho.

Este era el segundo macho que Chu Anyan había encontrado después de tanto tiempo. Se detuvo y se apoyó contra la pared, en una posición no demasiado expuesta, observando con interés el alboroto que se producía entre los machos no muy lejos.

"Vaya, ¿no es Jinsang? Has traído a tus hembras para pasear," dijo el macho gordo con una expresión provocativa, empujando a una de las hembras hacia adelante. "Mira, esta es mi nueva mascota. Vamos a intercambiar; esa con el cabello morado que tienes me parece bastante buena. Si quieres, puedo añadirte una nueva poción y después te la devuelvo bien entrenada."

Al escuchar lo que decía el macho gordo, Chu Anyan levantó ligeramente una ceja y miró hacia las dos hembras que mencionaron. Tenían rasgos delicados y parecían más audaces que los machos, pero sus expresiones eran indiferentes, sin reaccionar a las palabras del macho. O quizás eso era lo que se esperaba; incluso en el círculo de machos era bastante común que estas hembras no pudieran resistir.

Ese gordo realmente sabe cómo aprovechar la vida.

"Mis cosas no son para que te diviertas cuando te aburras. ¿Qué te crees?" La cara del macho llamado Jinsang se sonrojó por la ira. "Aytis, todavía no he ajustado cuentas contigo por lo de la última vez, ¡y hoy te atreves a aparecer frente a mí!"

"Te refieres a tu hembra Heliriel, pero solo es un huevo de insecto que aún no ha madurado," Aytis sonrió con una expresión lasciva, haciendo que su ya abultada cara se contrajera aún más. "¿No disfrutaste? Es tu hembra quien no te dijo que había crías, ¿por qué debería ser culpa mía?"

"Y tampoco parece que Heliriel tenga problemas con ello; ¿no es cierto que incluso te preparó unas hembras?"

Aytis dio unos pasos hacia adelante y se acercó a Jinsang, intentando acariciar a la hembra de cabello morado, pero ella se apartó rápidamente. La expresión de Aytis se oscureció al instante; no podía desquitarse con la propiedad privada de Jinsang. Sacó un objeto parecido a un control remoto de su bolsillo y presionó un botón con sus dedos gruesos. La hembra que había empujado antes cayó instantáneamente al suelo.

La expresión de la hembra era retorcida por el dolor; se arrastró por el suelo con una mirada suplicante: "¡Señor macho, me equivoqué! Por favor, perdóname."

"Basura."

Las hembras que pasaban miraron de reojo pero no se detuvieron; se fueron rápidamente, como si estuvieran acostumbradas a ello. Incluso las hembras alrededor de los dos machos mantenían miradas indiferentes; parecía que este tipo de cosas ocurría con frecuencia.