El gran príncipe de los insectos me obligo a casarme con él (ZERG)

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La familia Wei Luo no está cerca, pero con tres insectos en camino, es mejor que ir solo. Además, detrás de él hay dos compañeros que no paran de discutir, realmente no pueden estar tranquilos ni un momento. La boca de Jin Sang definitivamente es muy habladora; en un recorrido de unos diez minutos, logró contar un resumen de su vida, aunque se centró principalmente en la Academia Imperial, la más prestigiosa de la capital.

Camino delante de Jin Sang y Wan Rao Chu, Chu An Yan a veces interrumpe con un comentario o incita un poco a Jin Sang o Wan Rao Chu a que reaccionen, sonriendo, lo que demuestra que está de buen humor. Sin embargo, esa buena disposición se detiene en el momento en que llegan a la casa de Wei Luo.

En el amplio patio, se arrodillan de tres a cinco hembras insecto. En sus cuerpos hay marcas de latigazos más o menos visibles, y la única que parece menos desastrosa es la militar que está al frente. Su vestimenta es ordenada y su espalda está recta; si no fuera por el pequeño charco de sangre en la punta de sus dedos y su rostro pálido, podría parecer realmente bien en comparación con las otras hembras.

La curvatura en sus labios se reduce, pero solo por un momento, ya que Chu An Yan recupera su expresión habitual. La puerta principal de la casa de Wei Luo no estaba cerrada; cuando llegaron, Wei Luo dijo que podían entrar directamente. Parece que esta escena también fue preparada para ellos.

Con sus largas pestañas temblando, ocultando el oscuro color en sus ojos, Chu An Yan da un paso hacia adentro, seguido de cerca por Jin Sang y Wan Rao Chu. Efectivamente, antes de que Chu An Yan pudiera avanzar unos pasos, las hembras insecto arrodilladas cambiaron de dirección. Lideradas por la militar al frente, se arrodillaron con ambas rodillas en el suelo, apoyando las manos a los lados de su cuerpo, y golpearon sus cabezas contra el sólido camino de ladrillos.

"Mis disculpas, Su Excelencia Chu An Yan, Su Excelencia Jin Sang, Su Excelencia Wan Rao Chu. Soy la reina hembra Qiao Hedi del clan Wei Luo. Lamento lo que los machos de nuestra familia han hecho en su contra. No pudimos protegerlos adecuadamente y eso es nuestra falta. Por favor, castiguen nuestras transgresiones."

Una humillación tan profunda que parece haber tocado el polvo; eso es lo que representa esta escena.

Las hembras militares tienen un nombre que suena intimidante; desde su nacimiento han asumido la responsabilidad de proteger a la raza insecto. Ni siquiera en el campo de batalla han doblado su columna vertebral, pero aquí, en este mundo limitado, se arrastran ante los débiles machos insecto, soportando sus abusos y latigazos.

Tristeza y ridiculez.

Varias hembras arrodilladas en el suelo han manchado sus espaldas con rojo brillante debido al movimiento intenso, pareciendo siervas domesticadas.

"Los clanes Qiao Ao y Qiao Chen no parecen tener mucha relación con ustedes, ¿verdad?" Chu An Yan se agacha, con una voz sonriente. Nadie puede ver el frío en sus ojos: "Y aun si la tuvieran, ¿por qué no son ellos los que están arrodillados aquí pidiéndonos disculpas? ¿Realmente creen que ustedes tienen la culpa?"

El hecho de que no permitan que las hembras lo sigan es una exigencia de Wei Luo; el poner a Jin Sang en peligro es un instigador de Ke Ya. ¿Qué tiene que ver esto con este grupo de hembras? Chu An Yan realmente quiere saber si ellas también piensan que tienen la culpa.

No recibió preguntas sobre responsabilidad o golpes; solo una ligera duda: ¿realmente tienen culpa?

¿Podemos no tener culpa? Qiao Hedi levanta la vista y choca con unos ojos oscuros. Sin burla ni odio, con una actitud limpia que no parece apropiada para tratar a una hembra insecto, parece que realmente solo les está preguntando.

Qiao Hedi abre la boca, quiere decir que sí, que es su culpa y debería pedir disculpas nuevamente, pero aunque debería ser simple y lo ha dicho innumerables veces antes, esta vez se le atraganta en la garganta y no puede salir.