ELFICA / Freenbecky

Te amo, sálvame - parte 18

El motor del auto rugía mientras nos alejábamos de esa casa infernal, las luces del distrito suburbano desapareciendo lentamente en el retrovisor. La tensión en el interior del vehículo era palpable, cada uno de nosotros perdido en nuestros propios pensamientos. Sentía la mano de Becky fría entrelazada con la mía, pero no decía nada. El silencio se volvió insoportable, pero sabía que había dicho todo lo que podía decir. Ahora, la única cosa que importaba era sacarla de allí a salvo.

—Tenemos que alejarnos lo más rápido posible—dijo Nam desde el asiento trasero, su voz apenas un susurro. Miré por el espejo retrovisor, y vi su mirada alerta, analizando cada sombra, cada movimiento sospechoso.

Pero entonces, el cielo se iluminó de repente. Una explosión resonó a lo lejos, seguida por otra, y otra más. Sentí mi corazón detenerse por un segundo, mi instinto gritando que algo estaba mal.

—No... no puede ser—susurré, acelerando el auto, intentando procesar lo que estaba viendo. Las explosiones estaban a lo lejos, pero podía ver las llamas que se elevaban hacia el cielo. "Eso es... ¿la empresa de mi padre?

Becky se incorporó en su asiento, la preocupación reflejada en su rostro.—Freen, ¿qué está pasando?

—¡No lo sé!—grité, mi mente trabajando a toda velocidad. No podía ser una coincidencia. 

Giré el volante bruscamente, tomando un desvío hacia la carretera principal, dejando atrás el distrito suburbano y dirigiéndome hacia la empresa Hitmonl. Mis amigos en el auto estaban en silencio, pero podía sentir su preocupación. Nadie sabía qué estaba pasando, pero todos sentíamos el peligro inminente.

El auto derrapó ligeramente al girar en la curva final que nos llevaba a la empresa. A lo lejos, vi las luces de emergencia parpadeando, el sonido de las sirenas resonando en la noche. Mi corazón latía desbocado, cada segundo que pasaba aumentando mi ansiedad. Al llegar, vi la escena que más temía: la empresa de mi padre estaba parcialmente destruida, las llamas aún consumiendo una parte del edificio, y varias figuras moviéndose frenéticamente entre los escombros.

—Freen, no!—Becky gritó, tratando de detenerme cuando salí del auto apresuradamente. Pero yo no podía detenerme. La adrenalina me impulsaba, la necesidad de asegurarme de que mi familia estaba bien superando cualquier otra cosa.

Los bomberos y policías estaban por todas partes, intentando controlar el caos. Me abrí paso entre ellos, buscando a mi madre, a mi hermana. Mi mente giraba, incapaz de procesar la magnitud de lo que estaba sucediendo.

Entonces, vi a Alice, mi madre, de pie frente a los restos de la empresa, su rostro endurecido por la determinación, pero con un destello de desesperación en sus ojos.

¡Mamá!—grité, corriendo hacia ella. Me di cuenta de que Friend estaba a su lado, su cara sucia y con una expresión de incredulidad. Ambas me miraron, y pude ver el alivio en sus ojos al verme, pero también la gravedad de la situación.

—Freen, tienes que escucharme—dijo Alice, su voz cortante.—Esto no es un accidente. No quieren a Becky, te quieren a ti

"¿Qué... ?— logré preguntar, mi mente nublada por la confusión.

—El aquelarre, quieren completar el ritual— intervino Friend, mirando a su alrededor. —Tienes que salir de aquí.

Pero antes de que pudiera decir algo más, una sombra se movió entre las ruinas, rápida y letal. Jacson apareció, sus ojos brillando con una intensidad que me hizo retroceder instintivamente. Sentí la presión del peligro, la misma sensación que había experimentado antes.

—¡Freen, corre!— gritó Becky detrás de mí, su voz cargada de pánico.

Pero Jacson no me dio tiempo para reaccionar. Con un gesto rápido, lanzó una ráfaga de energía  hacia nosotros. Todo sucedió en un instante. Friend saltó frente a mí, formando un escudo de luz que nos protegió, pero la fuerza del impacto la lanzó hacia atrás.