El lado ciego del amor (Adaptación LingOrm)

Capítulo 5

"Dios, como odio a Shakespeare."

"Eso salió de la nada". respondió Charlotte cuando el viejo ascensor se detuvo en el piso 12.

Cuando salieron al deteriorado pasillo que conducía al apartamento de la mamá de Ling, la estudiante de Artes dejó salir un gruñido frustrado. "Lo siento, es que el maldito informe. Estuve despierta toda la noche y todavía no termino. Soy un asco escribiendo."

"Mira el lado bueno, hoy vendí dos de tus fotografías y un boceto ".

Ling se iluminó con la noticia. "¿Sí?" Llamó a la puerta marcada con el número 122C. "¿Cuando pensabas decirme eso?"

Charlotte se encogió de hombros. "Iba a esperar hasta la próxima vez que te enfadaras conmigo... pero pensé que este era un buen momento".

Antes de que Ling haya tenido la oportunidad de responder, la puerta se abrió y Metawin retuvo a su hermanastra en sus brazos y la abrazó fuertemente. Besó su mejilla unas cuantas veces antes de permitirle zafarse. "¡Llegó la fea!" anunció.

Recibió una palmada en el brazo. "Oh, no deberías hablar, Sr. Feo". Ling contrarrestó en broma. Metawin no era nada feo, y ella estaba segura de que él lo sabía. Han pasado unos meses desde que lo había visto por última vez, y cuando se volteó a abrazar Charlotte, Ling tuvo la oportunidad de observar lo bien que se veía. Su pelo oscuro era ligeramente más largo que cuando lo había visto por última vez. Se veía mas alto y fornido de lo que recordaba "¿Has estado haciendo ejercicio?"

Metawin le guiñó un ojo y se incorporó de un salto, flexionando el brazo como prueba.

Ling miró rápidamente a Charlotte que estaba abanicándose. Ella se echó a reír.

Apasiri Nitibhon salió a mirarlos un segundo después. Se secó las manos sobre la falda mientras caminaba hacia ellos. "Mi niña." Ling la saludó con un beso en la mejilla, y luego se dirigió a saludar Charlotte. "Wei Long y Xiaomin fueron a la tienda por algunos comestibles. Ellos Vuelven enseguida." Se dirigieron a la sala de estar. "Vengan, siéntense. Les traigo algo de beber."

Ling se sentó como le dijeron y pasó su vista por el apartamento. Era pequeño según todos los cánones. En la sala apenas entraba el sofá en el que estaba sentada. Pero era su hogar. Pinturas y fotos enmarcadas de Hong Kong decoraban las paredes. Junto con máscaras coloridas del pueblo natal de Huang Xiaomin. Ling nunca había estado en la isla, pero Xiaomin y Metawin hablaban de ella todo el tiempo. Xiaomin y la madre de Ling se habían mudado a Tailandia al poco tiempo de casarse.

"¿Entonces, cómo está el mundo del arte en estos días?"

Ling miró a Metawin con sus curiosos ojos marrones y se encogió de hombros. No quería decir que había llegado al final de un camino creativo. "Bien". Dijo en su lugar y trató de convencerse a sí misma que no era mentira. Es casi demasiado fácil olvidar que no había hecho nada en semanas.

"He vendido algunas de sus cosas hoy en día mientras se encontraba en clase." Se jactaba con orgullo Charlotte. "Y mucha gente se detuvo a contemplar su arte."

"No hay dinero en el arte," anunció Apasiri que regresaba de la cocina con una bandeja de jugo de naranja. "Pero nadie escucha a su madre."

Ling sonrió, aceptando una copa. "Yo te escucho mamá."

"¿Tú me escuchas?" Y su madre entrecerró los ojos. Coloco la bandeja y se sentó en el sofá al lado de Metawin.
"¿Cuántas veces te he dicho que te pongas algo agradable? No sé cómo Natthanit sale contigo si te ves así todo el tiempo."