El lado ciego del amor (Adaptación LingOrm)

Capítulo 9

Estaba lloviendo el día que Ling decidió visitar a su hermanastro, y estuvo a punto de aplazarlo para otro día. Se situó a la entrada de su apartamento con un paraguas sobre su cabeza, mirando como los baches en la carretera se llenaban de agua sucia. Había considerado dar vuelta atrás, ponerse su pijama y pasar el día asegurándose de que por las ventanas de su dormitorio no se fugase el agua. Entonces recordó la cara de Metawin el día en que se había confesado en el apartamento de sus padres, y sabía que no podía esperar otro día para hablar con él. Ya había esperado demasiado tiempo.

Durante el viaje a Khao San Road, había esbozado al hombre sin hogar durmiendo estirado en los asientos delante de ella. En su camino fuera del tren, escondió un paquete de galletas bajo el brazo. Se sintió triste de no haber tenido nada más para darle.

El viento fue aumentando en su camino al edificio de Metawin, haciendo obsoleto su paraguas. Tratando de distraerse a sí misma de la lluvia. Trató de pensar en qué decirle a Metawin una vez que llegara a donde iba. No podía pensar en una sola cosa que decir más allá de "Lo siento." La posibilidad de que podría incluso no estar en casa no pasó por su mente hasta que estaba a una cuadra de distancia.

Podría haber llamado, Ling lo sabía. Podría haber llamado y hecho todo esto por teléfono. Podría haberse salvado a sí
misma del viaje a Khao San, salvarse a sí misma de la vergüenza de hacer frente a su hermanastro casi dos semanas después de su anuncio, pero le debía más que una conversación telefónica. Le debía al menos un abrazo.

Una mujer con tres de sus hijos fueron saliendo de la construcción cuando Ling se acercó, y uno de los niños fue lo suficientemente bueno para mantener la puerta abierta a fin de que Ling pudiera escabullirse. Agradeció al muchacho con una sonrisa y expresó su agradecimiento a la madre, que parecía más irritada que satisfecha por la valentía de su hijo. Ling culpó al tiempo.

El paraguas iba dejando un rastro de gotas de lluvia en el piso mientras se dirigía hacia adentro. Se formó un charco frente a sus pies mientras esperaba frente al apartamento de Metawin, mirando nerviosamente a los torcidos negros números en la puerta pintada de color blanco. Podía escuchar la música proveniente del otro lado.

Después de un momento, Ling golpeó.

La música se hacía más fuerte a medida que la puerta se abría, y Ling miraba estúpidamente a los ojos divertidos que la observaban atrás de ella. "Sí." dijo un chico que Ling no reconoció.

"Hola, lo siento... estoy buscando a Huang Metawin" dijo preguntando por si había llegado de alguna manera a la
puerta equivocada, o si Metawin se había mudado sin decírselo a nadie.

"¿Y tú eres...?"

"Ling Kwong". dijo. "Yo".

"¡Oh, Dios mío!" dio un gritó, aumentando el tono de su voz y su comportamiento cambio a la de una agradable sorpresa. "¿Eres Ling?, ¿Esa Ling?" Él dejo la puerta abierta y pasó la vista a Ling de arriba a abajo. "Cariño, estás incluso más sexy que en tus fotos". Sonrió y extendió su mano. "Soy Bright".

Ling estaba segura de que faltaba algo, pero le estrecho la mano de todos modos.

"Sé que no tienes idea de quien soy". dijo. "Pero yo sé todo sobre ti. Entra, "Win no está aquí ahora mismo, pero te invito a esperarlo. Estás empapada. ¿Quieres una toalla o algo?" Desapareció en un cuarto, y la música se detuvo abruptamente.

"Ah, no... gracias. Estoy bien." dijo Ling cuando apareció Bright.

"¿Quieres café?, ¿Té?" Bright se trasladó hacia la cocina, que estaba inmediatamente a la izquierda de la entrada. Acercó un taburete junto al mostrador e invitó a Ling a tomar asiento. "Él va a estar tan feliz de verte. Ha estado todo deprimido desde la cena con tu familia, y he estado diciéndole "Cariño, tienes que darles tiempo. Ellos van a venir, y aquí estás para probarlo". Él arqueo una ceja con una mirada confusa. "¿Dijiste café?"