– Realmente nunca he sabido hablar bien del todo el alto Valyrio. Creo que mi pronunciación es un poco rudimentaria. – Mencionaba la joven, mirando las pálidas manos con desinterés.
– Es algo difícil, con tiempo puedes dominarlo, tuve que practicar demasiado para aprender correctamente. Luke por otro lado, es un diez, siempre lo ha sido. Lo habla como lengua materna. – Sonrió ante el recuerdo de su hermano manipulando el idioma, conociéndolo como la palma de su mano. – Todos los días me preguntaba "Udrizi Valyrio ȳdrā?" Solo porque sabía que me costaba pronunciar.
No llegaba a comprender del todo que era lo que le estaba molestando exactamente. Quizás tenía que ver con el hecho de encontrar al joven dragón en cada maldito lugar del castillo, como una singular sombra latente en cada esquina, acechando y correteando de aquí para allá, y siempre estaba preocupado por encontrarlo en algún lugar, consciente del peligro al que se sometía si le llegaba a topar a solas, sin compañía de su hermano, o de los guardias, o de su madre. Ya no podía caminar por el lugar que había llamado hogar tantos años con tranquilidad. La amenaza le perseguía sin cese.
Y ahora lo hacía al pozo del dragón.
Montado en Sunfire, y casi a punto de despegar, vio entrar al recinto esa mata de pelo marrón, junto con la rubia platinada de Helaena. Ambos conversaban animadamente, sin miramientos de quien estuviese o no observándoles. De alguna forma, les fastidiaba verles hablar de manera tan amena. Alicent había mostrado su desaprobación en la situación de Jace cerca de Helaena, reclamando en incontables ocasiones a Aegon, quien, según la reina, debía asumir su deber como futuro esposo, impidiendo que el bastardo Strong se acercara a la que sería su mujer en algunas lunas.
– Podrías enseñarme. Los maestres son duros, me regañan a cada pequeño error que cometo.
– Claro, soy buen maestro. Te aseguro que en unas lecciones aprenderás a hablar alto Valyrio con fluidez. – Sonaba seguro de sí mismo. La princesa le dedicó una sincera sonrisa, a la cual respondió con el usual encanto de su persona. El graznido de la dragona llamó la atención, por lo que volteó el rostro. – ¿Vas a salir a volar, Aegon?
"Es obvio, imbécil" pensó para sí mismo, desviando la mirada al lado contrario. Sunfire se removió inquieto, ya listo para salir al exterior, por lo que el joven Targaryen se acomodó mejor, sujetando las riendas con fuerza.
Jace desplegó la usual sonrisa retadora que dirigía a sus hermanos menores cuando le desafiaban a una carrera de dragones. Arrax era rápido, y solía superar a Vermax de vez en cuando, sobre todo en climas óptimos, pero jamás había ganado una carrera, tan solo porque Luke no entendía el concepto de desconfiar. Jacaerys lo alcanzaba en un dos por tres casi en todas las ocasiones, especializándose en las piruetas y caídas en picada.
Se movió con sorna hacía Vermax. El dragón ya le esperaba, impaciente por ser llevado a las afueras del pozo, ansiando la libertad en las alas. Graznó con alegría al ver a Jacaerys una vez más, poniéndose los guantes de cuero con tranquilidad. Y Aegon, por otro lado, solo deseaba que el joven príncipe se torciese un pie, y estuviera indispuesto a volar junto a su persona.
– ¿Vendrás, tía? – Indagó con gentileza, volteando el rostro por un segundo a la doncella, quien ya estaba a una distancia considerable.
– No, Jace. Ve tú, Aegon te hará compañía. – Respondió, sonriente y vivas. – Iré a bordar, esperaré mis lecciones con impaciencia.
– Así será, apenas vuelva comenzamos.
Con esas palabras, el príncipe de la corona se subió a horcajadas en el lomo del dragón, acomodándose pacientemente. Aseguró sus correas al instante, puesto que la enérgica bestia era conocida por no quedarse quieta tanto tiempo. Probablemente solo esperaba a sentir el peso de su jinete para echarse a correr y saltar al vacío. El príncipe meció las riendas, y la bestia alada se desplazó con prisa sobre sus dos patas, ubicándose junto al dorado dragón, Sunfire. Probablemente pensaba que era Syrax, la dragona de su madre.
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Calor [Jacegon]
FanfictionLuego de 5 largos años, Jacaerys Velaryon vuelve a desembarco del rey. Es un hombre adulto bien dicen, y se encargará de ser el copero de Viserys por petición de este mismo, así como antes de él lo había sido su madre. Pero hay un secreto, un secre...