-- Barbara, cariño.... -- James calla al ver a su hija apretar con fuerza un peluche. Al notar su presencia rápidamente se sienta en la cama y oculta el objeto tras de sí.
-- No eres mucho de peluches. ¿Dónde lo conseguiste? -- como cuando tenía quince años vuelve a estar nerviosa ante un interrogatorio del mayor.
-- Ya sabes.... Por ahí. -- la escrudiña con la mirada, sin creerle una palabra.
-- ¿Acaso hay alguien a quien deba conocer? -- se lleva la mano a la cintura, lugar donde debería estar su arma si estuviera de servicio.
-- ¿Qué? Pffff...... Claro que no. -- ríe de manera nerviosa.
-- Dime que no tiene mi edad. -- aquello sale con suplica.
-- ¡¿De qué hablas?! ¡Claro que no! -- sin darse cuenta se delato ella sola. -- ¿De dónde sacas esas cosas? --
-- Hay una nueva psicóloga en la comisaría, hace poco comento que las mujeres con padres..... No tan presentes tienden a buscar un remplazo en hombres mayores. -- mira a todos lados nervioso, no esperaba que la conversación tomara este rumbo.
-- Solo..... -- por su salud mental decide obviar todo lo que dijo. -- ¿Qué necesitas? --
-- Solo vine porque un joven se acercó a la comisaría hace poco a preguntar si teníamos cosas que no usáramos para que se las donáramos y él dárselas a los huérfanos. Pensé que tal vez la biblioteca tiene libros que ya no usen. --
-- ¡Sí! -- responde muy emocionada, lo que nota y se recompone. -- Quiero decir sí tenemos, puedes decirle que pase por ellos mañana a la biblioteca. --
-- ¿Por qué no envío a un oficial para que pase por ellos? -- lanza una trampa, una de la que no se percata la joven.
-- No quiero molestarte, dile que vaya por ellas. -- asiente y se retira para dejarla en paz.
Gordon no llegó a ser capitán solo por ser justo e incorruptible, sino también por tener uno de los mejores porcentajes de casos resueltos. Por lo que conecta los puntos rápido, puede que sea improbable, pero no pierde nada con intentar.
El joven se sacude la nieve de su abrigo antes de entrar a la comisaría. No esperaba encontrar mucho acá, bueno no mucho que les sirviera a los niños para jugar. Cuando recibió la llamada de que había algo se emocionó.
Tal vez todo este ida y venida en búsqueda de regalo es una forma de arreglar la relación con su madre. A pesar de que dejo el mundo de las pandillas atrás, ella no ha parado de estar algo inquieta con respecto a él.
Por lo que se propuso a ayudarla en la recolección de juguetes. No fue idea de ella en realidad, solo que la iglesia le asigno la tarea. No es que vaya mucho, la última vez lo vetaron luego de que dijera que el diablo se fuera a la mierda.
Nunca entendió la conmoción cuando dijo eso. ¿No que todos estaban contra ese tipo? Nunca entenderá del todo a las religiones. Ahora está en una estación de policía, y para sorpresa de su madre, ni siquiera está esposado.
-- ¿____? -- un oficial sale de una de las puertas, asiente en respuesta. -- Acompáñame. --
Lo guía por varios pasillos, hay personas yendo de acá para allá. El lugar parece que está ajetreado por las festividades. -- Entra. -- en la puerta puede leerse: Cap. James Gordon.
-- Buenos días. -- el hombre levanta la vista de unos papeles.
-- Buenos días. -- responde y deja lo que estaba leyendo a un lado. -- Encontramos algunos juguetes y libros para usted. --
-- Muchas gracias, capitán. -- el hombre asiente.
-- Solo que tiene que buscar los libros en la biblioteca de Gotham. -- espera que no sean muchos, no tiene carro y el padre William no le ayudará a llevarlos. -- ¿Ha estado usted por ahí? --
-- Si, señor. Fui hace poco a comprarle un libro a una amiga. -- otra pista que encuentra, ha visto a Barbara con un nuevo libro.
-- ¿Se pasea mucho por ahí? -- el joven no entiende la razón de las preguntas, pero es mejor seguirle las corrientes.
-- Algunas veces, más cuando tengo exámenes. -- el hombre se pasa la mano por el bigote.
-- ¿Conoce a las personas que trabajan ahí? --
-- Si, he hablado con ellas. -- se siente en un interrogatorio.
-- Entonces conocerá a cierta joven que atiende allí. -- el joven se preocupa ante la mención de la pelirroja.
-- ¿Barbara? ¿Ella está bien? -- el capitán sonríe para sus adentros, otro que cae en su trampa.
-- Ella está bien, solo que estoy algo..... Consternado. -- se coloca de pie y camina hasta el otro lado del escritorio. -- En mucho tiempo la había visto tan..... Alegre, si se puede decir. --
-- Eso es bueno, ¿no es así? -- se pregunta si es idea suya o la funda del arma está sin correa.
-- Por supuesto que lo es, solo que me pregunto: ¿Qué es lo que la tiene de ese modo? -- se sienta sobre el escritorio. -- Más específicamente, ¿Quién la tiene de ese modo? --
-- Lo lamento, pero no sé a qué se..... -- calla al ver como toma la culata del arma.
-- Regalarle un libro fue osado, pero regalarle un peluche fue estúpido. -- la voz del hombre se vuelve más ronca.
-- Espere, ¿peluche? No sé de.... -- lo interrumpe.
-- No me mienta, la vi anoche con ese pingüino con un cuchillo bordado. -- ahí es cuando la pregunta del milenio recae sobre él: ¿Cuántas pelirrojas pueden tener un peluche de ese estilo? La respuesta es corta: Una porque era uno personalizado para él, que hizo la señora Berta a cambio de arreglar sus filtraciones.
-- Le aseguro que solo somos amigos. -- Gordon se acerca a él.
-- Te lo voy a decir una vez: si le haces daño, el lugar más bonito al que te enviaré tiene nombre y apellido: Asilo Arkham. -- le mira de manera severa, a lo que él solo atina a abrir y cerrar la boca.
-- Las cajas con los juguetes y libros están ahí. -- golpea varias veces la mesa con los nudillos, instantes después un oficial le abre la puerta. -- Jhonson lo dejará frente a la iglesia. Largo. --
No hizo falta mucho más, reunió toda la fuerza que tiene para alzar las cajas y salir corriendo de esa oficina. Al final pudo entregar las cosas a su madre y esta le permitió volver a casa. Le ahorró el sermón del padre por lo de la otra vez.
Corre al techo, es temprano para que ella llegue, pero es el único lugar que conoce que puede hablar sin que nadie lo escuche. Murmura para sí mismo, miles de preguntas y pocas respuestas. Solo de algo está seguro, no le dirá lo que sabe.
Se hará el loco hasta que ella decida contárselo, aun si no lo hace, mantendrá el secreto. Se lo debe, por todo lo que ha hecho por la ciudad y por los momentos juntos. Ahora se convierte en las pocas personas que conocen la identidad secreta de Batgirl.
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Conociéndote.
FanfictionNoche fría, luna llena y un vago robando a un idiota en la esquina. No hay mejor definición para el anochecer en Gotham. Todo lo ve desde la terraza del edificio en que vive. Solo que un día llega la inesperada visita de Batgirl, una charla, risas y...