VII

98 13 24
                                    

Narra Fang:

Ya estamos aquí, que ganas tenía de venir. Al final parece que el grupo de gente que nos ha presentado Maisie cuenta con la persona más agradable del mundo, el puto Edgar.
¿No me voy a librar de él nunca o que?

Como sea, entre todos (ahora somos 13 personas) elegimos un sitio adecuado para dejar nuestras cosas. Me quito la camisa y todos menos Edgar, Bull, Brock y Sandy vamos corriendo a bañarnos. Ellos dicen que van a ir a por bebidas y Sandy prefiere quedarse tumbado, para intentar dormir.

En cuanto llegamos al agua, algunos nos tiramos de una y otros entran poco a poco. Ah, que agusto se está. No tardamos mucho en empezar a hacernos ahogadillas y a hacer el gilipollas. A eso hemos venido al fin y al cabo, ¿no?

Una media hora más tarde, Colette y Chester vuelven a las toallas y Edgar y Brock se vienen con nosotros al agua. Parece que a Bull no le gusta mucho la piscina. Sandy ha conseguido su objetivo: dormir.

Mientras llegan, veo que Edgar se ha quitado la chaqueta que traía puesta. ¿Por qué traerías una chaqueta a una piscina? Menudo rarito. Tiene algunos tatuajes en el pecho, los hombros y los brazos, están muy guapos, la verdad. Tendrá alguno en la espalda? Luego miraré. No pensaba que a él le molaran.

Brock se tira a la piscina sin pensárselo, pero Edgar se queda sentado en el bordillo, hablando con Bibi y Colt. Está de brazos cruzados.

— Va, métete, que hace mucho calor y el agua está muy bien, cabezón. — le regaña Bibi. Parece que se tienen bastante confianza. El contrario pone en blanco los ojos.
— Serás gilipollas, ¿prefieres que te metamos al agua a la fuerza? — le amenaza el pelirrojo. Madre mía, qué miedo da esta gente.
— No tienes huevos. — responde el emo mirando desafiante a Colt.
— Yo no, pero seguro que Fang sí. —

Qué.
Me quedo pillado por un segundo antes de reaccionar. No voy a mentir, me atrae la idea de tocarle los cojones a Edgar.

Narra Edgar:

Venga ya, lo que me faltaba.
Fang le regala una sonrisa a Colt y empieza a salir del agua subiéndose al bordillo.

— No te puto atrevas. — le advierto. Él se acerca a mí sin prisa.
Bajo un poco la mirada y me encuentro con su trabajado torso. Encima mojado con agua.
Sé que es Fang, pero soy gay y tengo una escultura griega delante, ¿qué le hago?
Mi cara se calienta un poco, como me ha pasado estos días.

Cuando Fang llega a donde estoy yo, me rodea con los brazos y me levanta del suelo, dejándome de pie.

— Fang, te voy a matar, te lo juro. Suéltame. — me quejo mientras intento escapar de su agarre.
Joder, que fuerza tiene este cabrón... Supongo que ahora mismo tendré la cara del mismo color que su bañador.

Él solamente se ríe mientras ve mis intentos inútiles para escapar. Poco se habla de que prácticamente me está abrazando, MOJADO. Eso no es muy hetero de su parte.

— Venga, que luego no vas a querer salir. — dice entre risas.
— ¡Fang, te voy a cortar los putos brazos! —

Él ignora por completo todos mis gritos de socorro. En un momento, sus brazos dejan de rodearme, pero me agarra de la cintura.
Sí. Como habéis leído.
Pero para tirarme al puto agua.

¿En qué momento pensé que era buena idea venir?
Cuando saco la cabeza del agua (rojo como un tomate), veo que Fang ha vuelto a entrar y se está riendo junto a Colt y Bibi.

Hijos de puta... Seguro que parezco una rata mojada. Me echo el pelo hacia atrás como puedo.

De repente, siento como me empiezan a escocer los brazos. Mierda, el cloro del agua. Hago una mueca de dolor durante un par de segundos, pero recuerdo que estoy en público y lo oculto lo mejor que puedo. Me cago en Fang.

Narrador omnisciente:

Edgar y el resto de los presentes en el agua de la piscina se acercan y hablan sobre la vida, los líos amorosos... Cosas de jóvenes.
El pelinegro se coloca al lado de Bibi, quien a su vez, está al lado de Fang.
Viendo esto, ella decide que tiene que moverse de sitio, para que ellos dos estén juntos.

— Maisie, se te está deshaciendo la coleta, espera que te ayudo. — inventa la pelinegra, con una excusa para moverse de sitio, dejando a los protagonistas juntos.

Fang aprovechó para mirar si, como había pensado anteriormente, Edgar tenía algún tatuaje en la espalda. Resulta que no, solo llegaban hasta los hombros.
Mientras revisaba esto, se percató de que el pelinegro miraba regularmente sus antebrazos. Por pura curiosidad, dirigió su mirada ahí también, donde se encontró con los cortes en la pálida piel del contrario. Un escalofrío le recorrió la espalda y apartó la mirada, para no atraer más atención.

Ahora se sentía un poco mal por haberle tirado al agua, seguro que le dolía bastante. No quería preguntarle, porque sabría que le incomodaría, pero tampoco quería hacer como si nada.

Decidió no decir nada delante del resto y esperar a poder hablar con él un poco más tarde.

Narra Edgar:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Edgar:

Han pasado un par de horas y la mayoría estamos sentados en las toallas jugando a juegos de mesa y bebiendo. Chester y Colette parecen llevarse bien, me gusta que haga amigos nuevos. Brock y Colt llevan hablando un rato, tienen gustos en común.

Faltan Crow, Bull, Buster y Maisie. Han ido a bailar a un escenario que hay. El resto están hablando riéndose, pero yo estoy tumbado en mi toalla con mi móvil, intentando no pensar en que me arden los brazos por culpa del cloro.
Puto Fang.

Y mira, hablando del rey de Roma, por la puerta asoma. Se ha sentado en la toalla que hay a mi lado y me está mirando, sin decir nada.

— ¿Necesitas algo? — hablo con molestia. Que pesado, que se vaya a molestar a otro.
— De hecho, sí. ¿Te importaría cambiarme el vendaje de la mano? Está mojado. — me pregunta, girando la cabeza como un perro. — Tranquilo, he traído vendas, gasas y todas las cositas que usas. — Será gilipollas... ¿A quién se le ocurre meterse a una piscina con una herida abierta?
No, yo no cuento. No ha sido voluntario.

— ¿Me vas a hacer trabajar fuera de horario? Debería cobrarte por eso. — menciono. Él se ríe un poco ante mi comentario. Tiene una sonrisa muy bonita, y su risa tiene un sonido muy agradable. Incluso relajante.

Como sea, me incorporo y hago gestos con la mano para que me de los materiales. En cuanto lo hago, los deja en mi mano con cuidado. Levanto las cejas a modo de sorpresa.

En fin, le agarro la mano y le quito el vendaje mojado. Ew, que asco...

Hago lo de siempre. El resto no se da cuenta, les estoy dando la espalda. Noto la mirada de Fang recorrer mi cara y mi cuerpo en general. Otra vez, siento que me sonrojo.
Ahora que me doy cuenta, él tiene las manos más grandes que yo.

En fin, termino el vendaje en poco tiempo.
— ¿Feliz? — bromeó con ironía.
— Sí, gracias. — mueve un poco los dedos de la mano antes de darme otro rollo de vendas y el desinfectante que queda. Le miró con confusión.
— ¿Esto para qué es? — pregunto.

Fang señala mis brazos con las cejas. No lo dice verbalmente. Le miro con algo de sorpresa y un poco de miedo. Joder, por esto no voy a la piscina, parece que llevo un cartel en la frente que dice "Me corto los brazos".

Caminos cruzados  ⌗ ₎ ˊˎ-  (Edgar x Fang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora