III

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¡Capítulo gráfico (sangre, golpes, heridas..)!
Narra Edgar:

Aquí estoy, de nuevo. Los padres de Fang nos han llamado diciendo que su preciado hijo se había hecho un corte en la mano. Han dicho que era urgente, pero no me lo creo. Viniendo de un pijo, puede que se haya raspado la rodilla.

Como decía, Yun nos abre la puerta con cara de susto. Parece que haya visto un fantasma. Entramos y veo a Jia mirando muy preocupada la mano de Fang. Byron y yo nos acercamos para ver de cerca el problema.
Mi expresión cambia a una de sorpresa, no esperaba esto. Esta herida parece algo más seria de lo que me esperaba.

Aparto a mi padre del medio y saco de su maletín unas gasas para dárselas a Fang.

— Aprétalas con fuerza, vamos. — le indico. Él obedece, con una mueca de dolor en la cara. Después, empiezo a andar hacia la habitación de ayer, aquella con la camilla. Le abro la puerta y le dejo que pase primero. No cierro, ni que fuera a asesinarlo. Escucho los pasos de Byron acercarse a nosotros.

— Edgar, déjamelo a mí, es- —
— Sé curar heridas profundas mucho mejor que tú, créeme. — le interrumpo. Con agilidad, empiezo a sacar cosas del maletín y, de paso, le dedico una mirada asesina al viejo.

Noto su silencio. Sabe a lo que me refiero, lo sabe perfectamente porque sabe todo lo que ha hecho.

Centro toda mi atención en la mano de Fang. Levanto un poco las gasas que le he dado y me congelo durante un par de segundos. Estoy acostumbrado a la sangre y estas cosas, pero algunos recuerdos invaden mi mente. Un quejido de parte del pelimorado me hace volver a la realidad. Al levantar las gasas, veo un par de trozos de cristal que tengo que quitar.

— Fang, necesito que te quedes muy quieto. — le indico, haciendo contacto visual con él. Siento algo de pena, se ve que lo está pasando mal. — Tienes unos cristales que tengo que quitar antes de vendarte. No te muevas, ¿entendido? —
Fang asiente, sin desviar la mirada.

Agarro su mano con cuidado y la acerco un poco hacia mí. Con una pinza y mucho cuidado, quito los pedacitos de cristal que quedaban.
Al acabar, le desinfecto y pongo unos puntos adhesivos, no creo que sea necesario coserle. Le pongo gasas nuevas encima y, como siempre, envuelvo su mano en una venda.

Levanto la mirada y veo a Fang mirar el vendaje que le he hecho. Parece algo más relajado. Supongo que no es la primera vez que le pasa algo así. Puedo ver las cicatrices de sus hombros.

— Gracias... — murmura, sin mirarme.
— Voy a cambiarte el vendaje de ayer. Relaja el brazo ya. — cambio un poco el tema.

Quito la venda de ayer y veo que todo va bien. Le pongo una pomada que ayudará a que cicatrice más rápido y le pongo un apósito encima.

Guardo las cosas en el maletín y noto la mirada de este chaval en mí.

— Edgar, ¿estás bien? — cuestiona. No noto ironía en su tono.
— No es de tu incumbencia. — añado y le miro fríamente. Él desvía la mirada con molestia. Cierro el maletín y salgo de la habitación. Escucho que el sale detrás de mí, que pesado.

En cuanto Yun y Jia nos ven salir, corren hacia su hijo y le acribillan a preguntas. Me limito a andar hacia Byron y quedarme detrás de él.
Él me mira de reojo con un semblante oscuro. Evito su mirada.

Tras revisar el vendaje de Fang y darle algunas recomendaciones, nos vamos de una vez.

Tras revisar el vendaje de Fang y darle algunas recomendaciones, nos vamos de una vez

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Caminos cruzados  ⌗ ₎ ˊˎ-  (Edgar x Fang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora