Epílogo

212 19 10
                                    

Han pasado dos años desde que Midoba ha nacido para formar farte de la familia Bakugo Midoriya. Una hermosa que empieza a crecer y ser más grande. Los dos pobres padres aún no consiguen entrar en los rankings de héroes debido a tener que cuidar de la pequeña y cosas así.

Katsumi va a cumplir los cinco años y entrará a primaria, lo curioso es que aún no ha obtenido un don ni nada. Es extraño, y esto preocupa bastante a Izuku y Bakugo, aunque más al peliverde que no quiere que su hija pase por lo mismo que él.

—¿Y si no lo obtiene? —mirando el suelo, con su mano en la barbilla, pensando. A su lado su pareja observándolo, ambos ejerciendo de héroes patrullando por las calles.

—Quizás ya lo ha obtenido y no nos hemos dado cuenta, relájate —no quiere que esté preocupado, ahora ambos necesitas estar tranquilos. Katsumi no está, pero el pequeño sí, él no tiene que ir aún a infantil y tiene que ser cuidado; y no lo dejarán con alguien, prefieren tener que cargar con él para que tenga buena infancia sin poder ser buenos héroes, que dejar que alguien cualquiera lo haga por ellos y quite la magia.

—Pero... —Bakugo lo interrumpe con una sonrisa mientras este lo ve. Muerde su labio y vuelve a mirar el suelo—Espero que tenga un don.

—Lo tendrá —coloca mejor a Midoba en sus brazos para que no se caiga. Este mismo se aferra un poco más al pecho de su querido padre y no caerse; sabe caminar, pero prefiere estar entre los brazos de su padre.

—Papi, ¿a dónde vamos ahora? —le cuesta bastante formular palabras, pero lo hace bastante bien para ser de la edad que es.

—Vas con tu madre.

—¿Qué? —el nombrado al ver como ahora tiene en brazos a su hijo se queda mirando fijamente a su pareja. Ahora no podrá correr si algo pasa, pero bueno, igualmente es bastante bonito tenerlo entre brazos un rato. Juega con él mientras caminan. Lo extraño es que no está pasando nada por las calles.

Midoba acaba en el aire con las manos de su madre sujetándolo, lo ama mucho, pues claro que lo hace; pero Bakugo ama más que Izuku ver esa escena tan tierna—¿Tendremos otro?

Izuku vuelve a colocar sobre sus brazos a Midoba y mirar muy fijamente al rubio, desafiándolo y clavándole ajugas con ello—¿Hace dos años que hemos tenido el último y ya quieres otro? —suelta un suspiro resignado, no lo entiende.

—Es que si van a ser así todos, no me importaría tener más, ¿no te haría ilusión? —Izuku lo mira confundido pero a la vez sabiendo que tiene razón. Aún así, no cederá.

—Más adelante —o sí lo hará.

Suena el teléfono de Izuku haciendo que se altere. Deja en los brazos de Katsuki al hijo que tienen en común para contestar, parece importante, ya que a los contactos que considera relevante pone un tono de llamada diferente.

Al ver el nombre que aparece en la pantalla se asusta bastante.

—¿¡Mi hija está bien!? —ahora el rubio también se preocupa e intenta acercar su oreja al móvil que reposa sobre la de Izuku. Este mismo se encuentra agitado pensando lo peor, ¿y si a su hija le han hecho algo por no tener don?

En la otra línea de teléfono se escucha a un hombre, al parecer el tutor de su hija dispuesto a contestar.

—Sí y no. ¿Podría pasarse por aquí un momento? —ambos padres temen lo peor.

—¡Claro, deme unos minutos, enseguida estoy! —agitado y con respiraciones irregulares hace una señal a su novio para ir al colegio que también tiene infantil y así poder ver que pasa. Tienen miedo, ambos. ¿Qué habrá pasado para que los llamen? [...]

¿Desde cuándo? [ Bakudeku / Katsudeku ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora