Capítulo 6

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Su padre toca su cuello buscando pulso, y si tenía, gracias a qué Gabriel había recibido de su padre lecciones de primeros auxilios él había logrado salvar su vida por ese torniquete que él mismo se coloco.

Dejo un momento a Gabriel que todavía seguía inconsciente con su papá y voy a revisar la casa, todavía faltaba saber el paradero de Melissa. Subo con cuidado hacia el segundo piso y no conseguí nada, en la casa nada más estábamos nosotros tres.

Suspiro pensando si Melissa estará bien, ella es la única chica de todo el colegio que jamás se a burlado de mí, siempre me defiende y me trata con amabilidad, Gabriel siempre me decía que ella estaba enamorado de mí, cosa que nunca creí, no creo que una chica tan linda como ella le guste un chico como yo.

Vamos saliendo de la casa hacia la calle, el señor Robert llevaba a su hijo en su espalda, apenas íbamos saliendo nos encontramos con Dalton y su hermano Erik, otro idiota más. Escucho gritos provenientes del auto de Dalton, volteo y consigo a Melissa junto con la hermana de estos matones.

Melissa desesperada pedía ayuda pero Vanessa solo la golpeaba para que dejara de gritar. Voy hacia el carro con la intensión de ayuda a mi amiga, no pude hacerlo ya que Dalton se interpone en mi camino.

— Palidito, estás vivo — bufa el maldito — Todavía no me explico como pudiste sobrevivir después que te pasará mi camioneta por encima, de verdad que eres muy rarito.

— Suelta a Melissa — le digo con determinación.

— Por qué tendría que soltarla?, esa puta me va a servir para cuando salgan esas malditas cosas, así como hice con el hobbit de tu amigo.

La risa de ese idiota hace que me altere y lo apunto con el revólver que tenía en mis manos, por mi mente solo me pasaba la idea de vengarme de Dalton y todo sus maltratos.

— Palidito, está armado, cada vez me sorprendes más.

— No me tientes, porque sabes que lo haré.

— Entonces hazlo maldito estúpido, dispara si eres tan valiente — gruñe Dalton retándome que le dispare.

Estaba apunto de hacerlo cuando me interrumpe el señor Robert, él estaba preocupado por el estado de salud de su hijo y solo quería irse para poder atenderlo.

— Ya déjense de estúpidos jueguitos, mi hijo está mal, y tu grandísima escoria ni pienses que esto se va a quedar así, vas a lamentar haberte metido con mi hijo.

— ¿Usted es el padre de Gabriel? — pregunta Dalton con tono burlón — Así que usted es el culpable de haber criado a una marica.

— Maldito imbécil te voy a matar — gruñe el señor Robert acercándose a el chico que solo reía.

En ese momento la ira me invade y dejo salir un disparo de advertencia, pero como era mi primera vez utilizando un arma, esa bala paso a unos cuantos centímetros de Erik, los hermanos me miraron con asombro, ellos jamás pensaron que yo si era capaz de dispararles.

— Fenómeno, por poco matas a mi hermano — Vocifera Dalton muy molesto mientras viene hacia mí.

— Cálmate hermano — lo detiene Erik sujetándolo de su brazo — Deja que por está vez se escape de nosotros, déjalo ir.

— Que carajo estás diciendo, no voy a dejar ir a este mal nacido después de haberte disparado.

— Ya te dije que lo dejes ir — Grito Erick ya perdiendo la paciencia.

Los hermanos me quedan mirando con una cara de asesinos a punto de matar a alguien, camino junto a el padre de Gabriel mientras lo sigo apuntando a los dos. Me acerco a la camioneta y abro la puerta bajando a Melissa para llevármela.

— Me la vas a pagar Palidito — escucho decir a Dalton mientras que rápidamente nos íbamos.

No me sentía seguro, esos tipos eran reconocido por ser unos delincuentes, su hermano mayor Erick era como su padre ya que él fue quien cuido a sus dos hermanos menores después de la muerte de sus padres por asuntos de drogas cuando eran niños, no era normal que actuaran de esa manera, no me daba una buena espina que nos dejaran ir así de fácil.

Vamos caminando rápido, Gabriel estaba muy pálido se veía muy mal, Melissa estaba golpeada pero estaba bien, ella me voltea a ver con una expresión triste mientras que yo solo volteo hacia otro lado, siempre he tratado de evitar su mirada, no entiendo el porque lo hago.

El ruido de un auto acercándose muy rápido hace que volteemos todo de golpe, no podía ser cierto, era el imbécil de Dalton junto con sus hermanos, ya sabía que no se iban a quedar muy tranquilos después de lo sucedido. La camioneta venía muy deprisa llevándose los escombros que estaban en medio de la calle.

Salimos corriendo en un desespero por querer escapar de una muerte segura si nos atropellaban, el padre de Gabriel corría con su hijo en la espalda, por el peso de su hijo le costaba mucho hacerlo, me preocupo al ver con la dificultad que estaba corriendo.

Ya teniendo la camioneta cerca de nosotros, del bosque se escucha un fuerte rugido, haciendo que Dalton se detenga al igual que nosotros, nuestras miradas se dirigieron al bosque donde comenzaban a escucharse pasos fuertes acercarse mientras las aves revoloteaban de los arboles que caían sin ningún esfuerzo.

Esas cosas se estaban acercando a nosotros y no teníamos chance de correr para llegar a la casa de Gabriel, estábamos indefensos al frente de esa manada de criaturas que rápidamente salían del bosque.

— Por aquí — grita el señor Robert entrando a una de las casas que todavía quedaba en pie.

Melissa y yo corremos detrás de él para refugiarnos, detrás de nosotros también vienen los hermanos Miller, estaban asustados, jamás había visto a Dalton con tanto miedo y mucho menos al matón de su hermano Erik.

Entramos y tras cerrar la puerta esas cosas comienzan a correr por encima del techo, sus fuertes patas golpeaban tan duro la madera que el estruendo era enorme, Vanessa deja salir un grito de miedo mientras es callado por la mano de su hermano tapando su boca.

El grito de la chica hizo que de inmediato las bestias se dieran cuenta de que estábamos ahí, sentimos como varias se detuvieron encima del techo haciendo ruidos espeluznantes mientras bajaban por un lado de la pared.

Estamos los siete en medio de la sala de esa casa sin saber que hacer, de pronto escuchamos como una pared de la cocina es completamente demolida por esas criaturas, todos nos quedamos paralizados de miedo, mi respiración se agita al sentir que ya no teníamos escapatoria, estábamos rodeados, no teníamos a donde huir, mi mente se queda en blanco solo imaginándome lo peor ¿Ahora que haremos? estábamos en total desventaja frente a esos seres.


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