Capítulo 9

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Abro lentamente mis ojos y mi vista es mareada y nublada, debe ser por ese fuerte golpe que recibí. Al tener mis ojos ya abiertos me doy cuenta que estoy en una habitación solo y  atado a la silla dónde me encuentro sentado.

— ¡Señor Robert, señora Carol! — grito desesperado al no poder zafarme de esa cuerda que amarraba mi cuerpo.

La puerta se abre y me deja ver al señor Robert entrar nervioso mientras me apunta con su revólver.

—¿Qué sucede señor Robert? ¿Por qué me apunta con su arma?.

—Lo siento Kailer, pero acaso ¿No recuerdas lo que pasó hace un momento?.

—No recuerdo mucho, solo se que discutía con Dalton y de pronto alguien me golpeó, eso es todo lo que recuerdo.

— ¡Eso es imposible!, por los momentos y por la seguridad de todos te quedarás amarrado en esta habitación.

—¿Por la seguridad de todos?, no entiendo nada. ¿Por qué dice eso?

—Después te lo explicaré, ahora saldré a decirles a los demás que ya despertaste.

—No, señor Robert, espere, de que rayos está hablando, no se vaya.

El señor Robert sale de la habitación dejándome solo y confundido, que pasaría para que me tuvieran atado y encerrado como si yo fuera alguien peligroso.

Ya habían pasado varias horas y la luz del día que se reflejaba en la ventana se había vuelto en la oscuridad de la noche. La puerta se abre pero está vez veo entrar a Melissa.

— Kailer, ¿Estás bien? — pregunta con un semblante preocupado, en sus manos sostenía un plato con un sándwich y un vaso con jugo.

—Melissa, ¿Qué rayos está pasando? ¿Por qué me tienen amarrado?.

—Kailer, no intentes soltarte te vas a lastimar — Melissa corre para tratar de evitar que la cuerda cortará mi piel en el intento que hacía por soltarme.

—Entonces dime, ¿Qué sucede?.

—Kailer, después que discutiste con Dalton tu cuerpo comenzó a cambiar de repente.

— ¿A cambiar?, no entiendo.

—Tu rostro, Kailer, tu rostro se parecía a lo de las bestias que salen del bosque, en tus manos habían garras enormes que asustaban, además tu fuerza era enorme, hiciste que de un solo golpe Dalton saliera volando por los aires.

—No recuerdo nada de lo que dices — frunzo mi ceño confundido de las palabras de la chica, de verdad que no recordaba nada de lo que ella decía.

—El señor Robert fue el que te golpeó, él lo tuvo que hacer ya que te mostrabas muy agresivo.

—No, no puede ser, es imposible que yo me pareciera a una de esas bestias, ya ustedes están enloqueciendo — sonrío incrédulo de lo que Melissa me estaba contando.

—No estamos locos, todos  vimos como tú rostro se transformaba. Kailer, estoy muy preocupada por ti, no estamos seguro que te sucedió, pero tenemos miedo de que nos lastimes.

—Melissa, ¿Tú  me temes?.

Los ojos de Melissa enseguida se humedece, ella estaba preocupada por mí y eso era más que evidente.

—Kailer, yo, yo no te temo.

—Entonces Suéltame.

—No puedo hacerlo, y si terminas lastimando a alguien.

—Yo nunca lastimaría a uno de ustedes, acaso me ves como un monstruo que te haría daño.

—No te veo así, yo te veo como un… — Melissa se queda en silencio con su mirada hacía el piso.

—¿Como me ves, dime? — ella sube su  mirada hacía mis ojos que la miran con intriga.

—Mejor olvida lo que te dije, te ayudaré pero prométeme que no vas a intentar matar a ninguno de nosotros.

—No soy un asesino, tal vez soy un perdedor, pero asesino no soy.

Melissa termina accediendo a mis súplicas y me libera de esas cuerdas que me ataban, salgo detrás de ella hacia la sala de la casa donde se encontraban los demás.

Enseguida todos se asombraron al verme salir de la habitación, el cobarde de Dalton y su hermano lo primero que hicieron fue insultar a Melissa por haberme soltado.

—Señor Robert, déjeme estar aquí con ustedes mientras trato de enterder que fue lo que me sucedió, prometo no lastimar a nadie — Pronunció mientras camino hacia donde se encuentra el padre de mi amigo.

—Lo se hijo, se que estás igual de confundido como estamos nosotros, pero..

El señor Robert no termina de hablar ya que Erick deja soltar un disparo dándome justo en el brazo derecho.

El dolor enseguida invadió mi cuerpo tras el disparo, todos se quedaron atónitos por la actitud del idiota de Erick.

—Lárgate de aquí maldito fenómeno — gritaba Dalton también disparando hacía mí, pero está vez fue sin éxito pegando el balazo en la puerta.

Ahí me di cuenta que mi vida estaba en peligro y tenía que huir de ese par de imbéciles, salgo corriendo por la puerta de la cocina tratando de esquivar las balas.

Corría y corría en medio de la oscuridad por los jardines de las casas, sentía que ya los había dejado atrás, pero Dalton era muy atlético y en cuestión de segundos me alcanzó tumbándome al piso con una patada.

—Maldito, pensaste que podías huir de mí, te haré pagar por haberme golpeado — gruñe el chico dándome un fuerte golpe en el estómago.

Al instante llega Erick y también se abalanza sobre mí para golpearme, Las fuertes patadas y puñetazos que estaba recibiendo no me permitían levantarme, lo único que podía hacer era tratar de cubrirme con mis manos lo más que podía.

—Hermano, mata a este idiota — hablo Erick a Dalton.

— ¿Estás seguro?, ¿de verdad quieres que lo mate? — pregunta Dalton inseguro si lo hacía.

—Ya te dije que lo matarás, porque carajos estás dudando, solo sigue mi orden y acaba con ese mal nacido — vocifera Erick molesto.

Dalton me apunta mientras trato de levantarme sintiendo dolor en todo mi cuerpo, el dolor más intenso lo sentía en mi brazo producto de la herida de bala que tenía.

Nos quedamos en silencio los tres mirándonos fijamente, ellos ansiosos de dispararme y yo ansioso porque fallaran ese disparo, en eso Dalton se prepara a dispararme, pero para mí suerte el arma se encasquilla evitando que el chico accionará el arma contra mí.

En ese momento que los hermanos trataban  que el revólver funcionará sentí que era el momento de escapar de ellos, salgo corriendo dejando atrás los insultos que me gritaban al ver que escapaba, frente de mi estaba el temible bosque, pensé en entrar ahí ya que ese sería el único lugar que ellos no entrarían, eran un par de cobardes que jamás se meterían  en mitad de la noche a el bosque lleno de esas criaturas.

Voy corria sin parar , sin mirar hacia atrás, solo escuchaba las ramas secas que se quiebran al ser pisadas por mis pies, corro y corro a pesar que me dolía todo el cuerpo, lo que más me preocupa era la herida de mi brazo que no dejaba de sangrar, ya la perdida de sangre me estaba haciendo sentir mareado.

Mis pies ya torpes de lo débil que estaba tropiezan con unas raíces de un árbol haciéndome caer al suelo, mi respiración acelerada y mi corazón agitado me dificultaban respirar bien, me volteo en el suelo quedando mi vista frente a un cielo estrellado y una enorme luna, cierro mis ojos sintiendo la brisa fria de la noche en mi rostro. Estaba de verdad muy agotado de tanto correr.

De pronto siento que alguien me sujeta de mi sudadera y me arrastra por el suelo del bosque, por la oscuridad no podía ver quien era esa persona que me llevaba a rastras, ni a donde me llevaba, lo cierto es que no hice ningún intento por luchar ya que mi cuerpo estaba sin fuerzas y agotado, solo cerré mis ojos mientras mi cuerpo era llevado a algún lugar de ese oscuro y frío bosque.

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