Enamorado

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  —Asi que peleaste con el prodigio Hyuga.

  —No peleé con él, Shisui —el mayor suspiro.

  —Deberías cuidar tus palabras. El clan Hyuga es uno de los clanes más importantes de Konoha. No puedes tomarlos a la ligera, menos a su líder.

  —Neji Hyuga. Sobrino de Hiashi Hyuga, el patriarca de su clan. Los rumores que rodean a ese clan son oscuros.

  —En el trabajo, escuché decir que la heredera del clan, ya está dando frutos a sus entrenamientos —una sonrisa se formó en su rostro blanco—. Me resulta entretenido ver cómo los Hyuga se olvidan de su antigua princesa.

  —Hmn —afirmó con un asentimiento. Chasqueó la lengua para ver hacia el cielo—. Me preocupa Hinata.

  —Siempre te preocupa Hina —Itachi le fulminó con la mirada al nombrarla de esa forma— ¡Tranquilo tranquilo! —agitaba sus brazos algo nervioso. Soltó un suspiro, aliviado de que su primo volviese a mirar el cielo que era acompañado por esas esponjosas nubes—. No deberías preocuparte por Hinata. Después de todo, allí nació.

  —Si hubieras estado allí —aun que no quisiera no podía evitar recordar aquel día. Hinata recibió una paliza por parte de Neji Hyuga—. Y como si no fuera suficiente —tomó aire al recordar los gritos—, vi, bueno, escuché —se corrigió—, el uso del sello del pájaro enjaulado.

  —Ese sello debe ser, realmente difícil de llevar —Itachi asintió.

  —Los gritos del chico eran fuertes, como si lo estuviesen matando.

  —Me imagino que el dolor es como si miles de agujas apuñalaran tu cerebro. Aún así, no descarto que los más afectados son sus ojos después de aplicar el sello.

  —Quizás —negó con la cabeza—. Cambiando de tema —Shisui agrandó las orejas, quería saber qué había despertado la curiosidad de su primo—. ¿Cómo va el golpe de estado? —el semblante de Shisui cambió a uno más serio.

  —Fugaku te mantuvo informado, ¿no es así? —Itachi asintió con la cabeza. Esto era una locura total. Una pequeña carcajada despreocupada de Shisui le alarmó. Shisui le dió palmaditas en el hombro mientras le ofrecía una sonrisa, tratando de calmarlo—. No te preocupes Tachi, yo me encargo de todo.

  —¿Seguro que puedes solo? Hablamos de estar en contra de todo el clan.

  —Ambos queremos evitar muchas muertes que podrían llevarse a cabo debido a este golpe de estado. Aún eres joven, déjame esto a mí.

Él ceño se le frunció. Shisui le estaba subestimando, ¿era eso? Bien sabía que no había nadie más poderoso que él, pero, no soportaría verlo cargar con todo aquello. Un mínimo error los llevaría a la ruina.

  —No quiero meter en el golpe de estado a Sasuke, mi madre o a Hinata —el mayor asintió, entendía su preocupación.

  —Tampoco me gustaría que te pasase algo a ti, Tachi.

Si, el vínculo que mantenían era grande. Uno que no se podía romper con facilidad, ni siquiera las más grandes y filosas tijeras podían cortar el lazo que los unía.

  —Tengo que ir a casa. Hinata volverá con mi madre esta vez.

  —No puede ser, ¿la dejaste sola solo para venir conmigo? Lo siento pero debo rechazar tus sentimientos, soy un hombre con gustos tradicionales.

  —No seas imbécil —la dió un pequeño golpe en el brazo. Shisui se lo sobó mientras reía.

  —Ve a casa, ya se hace de noche —la mano del muchacho se agitó para después desaparecer. Era rápido, mucho para su gusto. Acababa de volver a Konoha. La misión no fue tan difícil, rastrear era algo que disfrutaba. Era tranquilo y rápido. Le molestaba la idea de que hubiese un grupo de renegados allí afuera. Era peligroso.

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