Capítulo 9

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Malcolm salió de debajo de los rieles pero no podía ver nada por el humo, cuando se dirigio a la salida dos simios lo agarraron y llevaron hacia afuera, ululaban con intención de hacerle daño pero Ceasar los detuvo.

Ojos azules al ver al hombre, dejó a su hermano en brazos de su madre y se acercó a ellos.

Donde está... Amethyst? -dijo con voz ronca el adolescente-.

Yo... no lo sé... la explosión ocurrió y ella me empujo para salvarme pero... El no salió -dijo Malcolm mirando al suelo. El dolor y la ira comenzaron a consumir al chico-.

Tu dejaste que... muriera?! No la salvaste! -dijo muy enojado y con lagrimas en los ojos el simio, Ceasar lo detenía para que no atacará a Malcolm mientras el mismo miraba al suelo-.

Lo siento... no fue mi intención, intenté empujarla conmigo pero no lo logre -dijo Malcolm en voz baja mirando al suelo-.

Yo la... amaba! -le grito dolido y molesto el adolescente, llevándose sorpresa por parte de el hombre mas no de su padre-.

Mientras Ceasar detenía a el chico para que no lastimara a Malcolm el ulular de algunos simios se hizo presente. Ambos simios miraron y notaron a los simios mirando hacia unos escombros un poco altos, de allí. La adolescente de cabello blanco salió, tenía algunas heridas y cenizas en el cuerpo, ella estaba desnuda, pues su ropa se había quemado por el fuego.

La débil chica salió de los escombros y antes de que cayera al suelo desmayada, Ojos azules la sostuvo. La cargó y pego a su pecho.

Cornelia se acerco a su hijo y la ayudo con la chica. Ella estaba inconsiente por lo que fue fácil sacarle algunos trozos de metal en su cuerpo. Luego de dejarla recostada en el suelo, Ojos azules se quedo protegiendola mientras veía a su padre bajar por las escaleras y los simios levantaban sus manos y agschaban su cabeza hacia él.

Los simios comenzaron a salir, sabían que se acercaba la guerra y tenían que prepararse.



...
Hoy era un dia nublado, unas veloces piernas humanas y una respiración agitada se podía presencia al ver a una chica de cabello blanco correr por el bosque, escapando de algo.... no más bien alguien.

La chica saltó un tronco y junto cuando estaba apunto de llegar a una cueva algo saltó sobre ella. El grito de simio se hizo presente al igual que el de la chica que cubría su rostro.

Oye, no grites -dijo el simio de mirada azulada mirando a la chica de cabello blanco. Ella le sonrio-.

No es justo que siempre me ganes, así siente tengo yo que hacer lo que dices -el se quejo levantándose un poco para apoyarse sobre sus codos, el simio la miro a los ojos y rió antes de besar su mejilla-.

Algún día ganarás -él dijo con señas y luego se quito de sobre ella para ayudarla a levantarse-.

No es justo -ella dijo aún quejándose y caminando junto a él-.

Al llegar al campamento simio, vieron a los gorilas haciendo los nuevos arreglos en las defensas de los muros. Ella les sonrio y estos asintieron al verla. Ambos se adentraron hacia la casa más alta de todas. Al entrar Cornelius saltó en los brazos de Amethyst, tomándola por sorpresa y tirandola al suelo.

Cornelius! -ella dijo entre risas mientras el pequeños simio la abrazaba, ella se sento abrazando y el pequeño. La pareja de simios se asomó y les sonrieron a los recién llegados.

Cómo va en su entrenamiento? -dijo Ceasar mirando a su hijo y luego poniendo su mano en la cabeza de la morena-.

Cada día mejor, hoy casi llega a la cueva antes de que... la atajara -dijo con una sonrisa el simio adolescente. Ceasar sonrio orgulloso de ambos y luego Cornelia llamó a la chica-.

The Girl With White Hair/ Ojos Azules Donde viven las historias. Descúbrelo ahora