Luka
—¡Lo que has hecho es imperdonable!
—Lo se y aceptaré cualquier castigo
—¡¿Ni siquiera pides disculpas eh?! —nunca había visto al profesor Bashester tan ofuscado —Al menos dime porque lo has hecho.
—Mi compañera Becca, es buena estudiante lo juro y sé que ha descuido los estudios... Pero sus notas han aumentado. No quería que suspendiera el año por Inglés.
—Sí, tienes razón se esta esforzando. Deberías creer más en ella, no entregarle un fraude.
Quede en silencio ante los regaños de Bashester, él confío en mi y le pagué de la peor manera.
—Solo tengo una pregunta —prosiguió —¿Porque ella?
—No lo entiendo
—Si lo entiendes Luka, primero la redacción "My boyfriend Luka" y ahora esto... Si sabes a lo que me refiero, puedes tener la chica que sea ¿Porque una ex drogadicta?
—¡Porque la quiera a ella y a usted no le interesa mi vida personal!
[...]
No se en que momento se nublo mi juicio y acabé gritándole al profesor Bashester, la irá me consumió cuando digo ex drogadicta. Las personas prejuiciosas y superficiales, que etiquetan el problema en vez de darle solución, son la verdadera mierda de este mundo.
Y yo se que ella no es una ex drogadicta, solo paso algo. Me pregunto que le sucedió a la niña que conocía.
...
—¿Porque no me dejas llevarte de la mano?
—No me gusta —contesto roja en vergüenza.
—¿Acaso no somos novios? ¡Los novios se toman de la mano en público! —no lo comprendía y solo esbozaba caras de disgusto y enfado, mientras intentaba agarrarla de la mano a la fuerza.
—¡Dije que no, Luka!
—Eres un tempano de hielo Becca.
—Pues yo soy así... Y si no me quieres así... —respondio cruzando los brazos, mirándome a los ojos y haciendo pucheros. Siempre a sido la peor de los rebeldes.
—No te atrevas a continuar esa frase, yo no quiero a otra. Tú eres mi tempano de hielo pero yo te derrito.
Sonreí recordando a la niña que hacía pucheros, mientras limpiaba el tercer piso del instituto. Ahora soy el nuevo compañero de limpieza de Axel, ese es mi castigo. Por lo menos el tiene quien lo ayude.
—Este es mi piso —hablo una voz femenina, que reconocía sobre las voces de cualquier multitud.
—¿Perdón? —me volteé hacia Becca para responderle.
—¿Qué es lo que no entiendes?, el profesor de Inglés dijo que me correspondía el tercer piso. —volvía a tener brazos cruzados, como aquella vez que no me quiso dar la mano. Así que como esa vez sabía que no iba a ceder.
—Supongo que es un error, a mi me ha dicho lo mismo. Vamos a preguntarle.
—No es necesario —respondio el profesor bajando las escaleras del cuarto piso. —El primer y el segundo piso son de Axel, que ha tenido la falta más grave y en el cuarto piso ahí otro estudiante en castigo.
—Pero son dos pisos para él y solo lo ayuda Val. —responde Becca.
—Con más razón se quedarán los dos aquí —metiste la pata pequeña
—Profesor no creo que Becca merezca un castigo —comento
—Ni yo —responde Becca, aún con los brazos cruzados y en voz baja, dándome una mirada de reojo.
—Yo sí, así que disfruten del tiempo juntos —dicho esto, el profesor me giño un ojo, mientras esbozaba una sonrisa y siguió su camino hacía el segundo piso. Yo quedé anonadado y Becca me miraba fijo esperando una explicación. Imagino que sus intensiones eran buenas pero acababa de meterme en problemas.
—Estoy esperando
—No se porque lo ha hecho y no te debo explicaciones
—Mju, te creo —respondió sarcástica
Becca disfrutaba mirando desde una terraza, en un extremo del tercer piso y yo estaba ofuscado pasando el trapero, en la otra esquina de la misma.
Sonó una notificación en su teléfono y comenzó a reír mientras lo veía, lo que agravó mi humor de mierda.
—¡¿Viniste a reírte o a limpiar?!
—Limpiare la otra mitad así que apurate
—¿Porque no coges el otro trapero, si estás tan apurada de verme la cara?
—Porque Brayan vendrá a ayudarme así que lo espero
Mi sangre comenzó a hervir en ese momento, llevaba una semana aguantandome los celos, así que exploté. Caminé con pasos largos hacia ella, pasando las manos por mi rostro hasta quedar a centímetros de Becca.
—¡Va a venir a enseñarte los mismos trucos de magia que yo te enseño! —reclame mirándola a los ojos y por mi incomodidad, seguramente estoy rojo de irá.
—Eso a tí no te importa, imbécil —respondió desafiante dando un paso delante, quedando aún más cerca.
—¿A sí?
—Sí
Jale su cintura y la bese con desespero, sentí como suspiraba profundo antes de enterrar sus dedos en mi pelo y rodear mi cuello. Nuestros labios se movían con furia. Apreté aún más mi agarre y sujete su cuello, haciendo que se detuviera para mirarme a los ojos.
—Ya te lo he dicho, eres mía.
Continúe besándola, pero Becca me separó con un empujón.
—No soy tuya maldita sea.
Volví a jalarla del brazo y apreté su cuello nuevamente mientras ella sujetaba mi muñeca.
—Si lo eres, desde la primera vez que me enamoré de ti, desde siempre
—Ya no mas —respondió mirándo mis labios, delantandose a si misma.
—¿Por eso me deseas tanto como yo a ti pequeña?
—Eso no importa. Yo no juego con los sentimientos de los demás, ni ofrezco esperanza en vano igual que tú —sus ojos se cristalizaron y sentí como algo en mí se quebraba, así que la dejé marcharse.
Becca agarró su mochila y bajo las escaleras con prisa dejándome a solas. Lo siento pequeña no era mi intención jugar contigo, simplemente no quiero dejarte atravesar mis barreras, porque solo tú puedes hacerlo. Aunque ya para eso es tarde, ya jodiste mis planes Becca.

ESTÁS LEYENDO
Inefable
Любовные романыSe supone que esto sería un relato erótico, y por momentos lo es. Pero por alguna extraña razón ella ganó esa apuesta y aquel chico narcisista se enamoro. ¿Pero a qué precio? Becca perdió su estabilidad emocional, los ataques de pánico no eran para...