Siempre he preferido huir, soy de esas personas que prefieren no romper el corazón, antes de arriesgar y ser valiente, pero nadie me advirtió que era demasiado tarde para eso. Ahora el dolor era inevitable, tampoco nadie predijo lo valiente que llegaría a ser o tal vez estúpida para poner mi corazón en riesgo, aún sabiendo que él lo destruiría en mil pedazos.
Así que decidí salir corriendo de la disco. ¿Has sentido una emoción tan fuerte y frívola que parece un balde de agua fría?. Eso sentí yo, la reacción del alcohol subió junto con los latidos de mi corazón, sentí un frío espeluznante recorrer mi cuerpo, pasando por mi estómago y saliendo por la boca dejando mis labios entreabiertos.
¡Él es mi novio Luka!. ¿ Porqué no dijo que tenía novia, porqué, o más bien, porqué debería haberlo dicho?. Si dejó sus intenciones claras desde un principio, que estúpida eres Becca, demasiado ingenua para estar a su altura.
Lo que pasó ayer no importó para él, las largas horas hablando no sirvieron de nada, el dolor de estómago de tanto reír no sirvió de nada, que equivocada estaba.
Pasé por al lado a Val corriendo, entre sollozos y sofocada.¿ Cómo es posible que este llorando? Yo no lloró, y menos por un imbécil, él no significo nada antes en la secundaria, y ahora no tiene porque ser diferente. No tengo motivos para sentirme así, entonces no puedo permitirlo.
Val salió detrás de mí, obviamente se dio cuenta de que algo estaba pasando:
—Dios que estúpida —suelto una risa sarcástica solo para aliviar mi pena.
—No es tu culpa Becca.
—Es cierto. Pero sigo siendo estúpida.
—Yo digo que eres una mujer soltera y puedes hacer lo que quieras. Así que olvida al idiota y ven a divertirte.
Valeria tenía razón, él no me debe explicaciones y yo a él tampoco.
El alcohol y la ira son dos ligas demasiado insanas, así que entré a la disco sonaba S & M de Rihanna. Patricia bailaba en medio de la disco de una manera tan sensual que juraría que bailaba para él, quien tenía una vista espectacular desde su asiento.
—Patricia —la agarro de la mano, llamando su atención. —Perdón fui a tomar aire tenía náuseas, el alcohol está haciendo efecto.
—¿Ya estás bien?
—Sí.
—Ven a bailar conmigo.
Es fácil dejarte llevar por la música mientras todo te da vueltas, pero no te importa nada. Y ahí estábamos Patricia y yo, bailando demasiado cerca como para no sentir su respiración, ella aprovechaba para tocar mis muslos, y yo agarré sus caderas mientras me deslizaba de un lado a otro suavemente. Al bajar lo veía a él, el placer en su mirada era algo tan obvio, sentía la necesidad de tocar mi cuerpo hasta llegar a mis pechos y seguir provocando esa mirada tensa que ardía, mientras yo la disfrutaba entre risas, baile y seducción.
—¿Te gusta mi novio cierto? — pregunta Patricia.
Me sentí tan tonta en ese momento, ¿Porque haces esto Becca?, ella no tiene la culpa de nada y no tienes porque llamar la atención de ese payaso, hay más peces en el mar.
—No me malinterpretes, me gusta el chico sentado a su lado.
—Vaya tú sí que sabes llamar la atención. Vente, te lo presento, es Raúl, un amigo.
—No espera —interrumpo.
—Tranquila, voy a hacer que parezca natural.
Vaya Becca, tú sí que sabes meterte en problemas.
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Inefable
RomansaSe supone que esto sería un relato erótico, y por momentos lo es. Pero por alguna extraña razón ella ganó esa apuesta y aquel chico narcisista se enamoro, ¿pero a q precio? Becca perdió su estabilidad emocional, los ataques de pánico no eran para el...