Estresada

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-María Victoria que es lo que pasa contigo?- Pregunte entrando a la habitación, ella se encontraba acostada en la cama con el rostro enterrado en una de las almohadas

La sentí suspirar para luego mirarme aún en la misma posición

-Estoy estresada- respondió- solo es eso-

Agradecida de saber lo que le pasaba me acerqué a ella, gateé por la cama hasta llegar al centro de esta, puse mis manos en sus hombros apretándolos un poco.

-No deseas que te de un masaje?- susurré en su oído con un tono un tanto coqueto.

-Ay si, por favor- habló suave.

Rápidamente fui a buscar un aceite de masaje para volver a la cama donde ahora Victoria se encontraba solo con su ropa interior. Me subí sobre su tracero acomodando mis piernas a cada lado de su cadera.

Solté una risa cuando Vicky pegó un pequeño saltito cuando eche el aceite en su espalda.

-Ta frío- se quejó.

Pasaba mis manos por su espalda masajeándola suavemente, apretaba sus hombros cuando encontraba pequeños nudos en ellos.

-Se siente bien rico- gimió haciéndome sentir cosas en el estómago.

Cada vez que masajeaba su espalda soltaba pequeños gemidos que me hacían pensar en otra cosa.

Continué con el movimiento de mis manos sobre su espalda hasta que el aceite se absorbió

-Listo- dije dejando un beso en la unión de su cuello y hombro- Y si sigues tensa te puedo quitar el estrés de otra forma- susurré

-encerio'- pregunto girando su rostro para mirarme- muéstrame- sonrió coqueta

Se dio la vuelta quedando sobre su espalda mientras yo aún seguía sobre ella, sus ojos brillantes y esa sonrisa coqueta me alentaron a seguir con mi plan.

Me acerqué a sus labios para dejar un beso en ellos, continué dejando un camino de ellos por su cuello hasta su pecho, donde tiré de su bra con una de mis manos subiéndolo un poco para dejar expuestos sus pechos.

-me encantan- susurré mientras los amasaba suavemente. Sin evitarlo me acerqué a uno para pasar mi lengua sintiendo la dureza de su pezon en mi lengua. Continué con esta acción en ambos pechos para volver a bajar por el cuerpo de mi novia.

-me da cosquillas- rio suave cuando bese en interior de sus muslos.

Con un rápido movimiento quite sus boxers dejándola desnuda frente a mi. Tome una de sus piernas y la acomodé sobre mi hombro acercando mi rostro a su brillante carne.

-No sabes cuánto muero por probarte mi amor- solté para luego hundirme en su centro.

Lamí recolectando su humedad en mi lengua gimiendo en satisfacción bajo por mi garganta.
Mi lengua recorría sus pliegues, jugueteando en su entrada para luego concentrarse en su clitoris palpitante.

-que rico se siente mami- lloriqueo victoria tomándome por el pelo acercándome más a ella como si eso fuese posible.

Metí mi lengua sintiendo su caliente interior y como su sabor era cada segundo más intenso.
Los gemidos de Victoria junto al sonido húmedo de mis lamidas llenaban el cuarto, los rayos del sol que empezaba a esconderse daban un brillo increíble en el cuerpo de mi novia.

-Eres preciosa mi amor-separé mi rostro unos segundos de su centro para admirarla mejor.

Victoria era mi diosa.

Volví a juntar mi boca ahora concentrándome en su clitoris mientras uno de mis dedos se introducía en su interior haciéndola gemir fuerte.

Poco a poco las embestidas con mis dedos se volvían más rápidas y profundas, sentía mis nudillos chocar con su borde mientras dos de mis dedos danzaban en el interior.

-Ya casi- gemía una Victoria desesperada por llegar a su orgasmo.

Su interior apretaba mis dedos cada vez más.

-Así mami- lloriqueo la pelirroja cuando aumente más mis movimientos.

Sentí los espasmos de su interior y sus piernas temblando al igual que el resto de su cuerpo y como su sabor llenaba mi boca escurriendo por mi mentón.

Lamí hasta tomar la última gota de su esencia.

-Sabes delicioso bebita- la bese cuando me separé de ella haciendo que se pruebe desde mi boca.

-me comiste muy rico- habló con la voz temblorosa pero con una sonrisa.

-Iré a prepararte un baño si?- habló luego de un rato en el que estuvimos abrazadas y besándonos suavemente.

La vi asentir lento, su cuerpo estaba totalmente relajado, tanto que cuando salí del baño ella estaba casi dormida. La tome en mis brazos llevándola hasta la bañera con agua caliente.

Me adentré con ella luego de quitar mi ropa, en el baño continuamos acariciandonos y diciéndonos cuánto nos amábamos.

One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora