-Acho por qué tienes que vestirte tu primero?- preguntó Vicky molesta.
-Por qué nuestro disfraz es sorpresa-hablé maquillándome.
-Ni se que es- habló mirándome esperado a que le dijera algo- al menos me puedes decir cómo maquillarme?- preguntó resignada al no obtener ninguna respuesta.
-ponte linda como siempre mami, haste un delineado oscuro- hablé besándola para meterme al baño luego de agarrar la bolsa escondida con nuestros disfraces.
Me puse las medias negras que se encontraban al fondo de la bolsa para luego sacar aquel body satinado con un pequeño pompón en la parte de atrás, acomodé el pequeño corbatín junto a los puños de camisa.
-Ponte tu ropa- dije sacando mi cabeza para mirarla, Vicky se encontraba acostada ya maquillada.
Tiré la bolsa con su disfraz antes de que pudiera verme y con pisca de burla cerré la puerta.-Que es esto?- la escuché preguntar confundida.
Sabía que era mi momento así que acomodé mis orejitas sobre mi cabeza y salí viendo a Vicky con aquella bata roja mientras jugaba con el sombrero de marinero.
-Taran- canturrie para que me viera, su boca se abrió grande para luego ser reemplazada por una sonrisa coqueta.
-Te ves muy rica mi amor- hablo mientras se acerca a mi lado. Tomó mi mano haciendo que gire.
-Victoria- grité cuando su mano se estampó en mi nalga. La sentí reír suave para luego sobar donde había golpeado. Comenzó a dejar besos en mi cuello que me hacían pequeñas cosquillas.
-Ya Vicky, debemos irnos- hablé tratando de alejarla antes de que la situación se volviera más intensa.-Aún hay tiempo- habló aun besándome esta vez bajaba por mi pecho, su agarre estaba firme en mi cintura.
Cerré los ojos dejándome llevar por lo que sus besos me provocaban, llevé mis manos a su rostro moviendo el cabello que caía sobre el.
-Victoria, bona se va a encabronar si no llegamos a su fiesta- dije entre pequeños jadeos sintiendo sus dedos jugar con mis pezones por arriba de la tela satinada.
-Dale mami ya sé que tú quieres- susurró sobre mis labios, mordiendolos luego de dejar un ardiente beso.
-Vicky- gemí cuando sentí el frío aire rosar mis pechos ahora desnudos. - La fiesta- recordé más para mi misma, pero las caricias de Victoria ya me habían envuelto.
Su lengua ahora jugaba con mi duro botón, mis manos bajaron la bata dejándola solo con aquel top negro y sus pantalones del mismo color.
Chillé cuando la sentí tirarme a la cama, mi vista se fue a sus regordetes muslos cuando se quitó el pantalón junto a su ropa interior.
-Subete sobre mi- pidió recostándose en la cama mientras abría ligeramente sus piernas.
Me acomodé entre sus piernas rozando nuestras partes, sus manos bajaron hasta mi zona aún cubierta con la tela, la cual fue movida hacia un lado dejándome expuesta.
-Ahora brincame conejita- el tono coqueto en su voz me encendió aún más.
Comencé con suaves movimientos juntando nuestra humedad, logrando suaves roces los cuales fueron aumentando logrando llenar la habitación de sonidos húmedos y gemidos.
-Date la vuelta mami- pidió Vicky, sus ojos ahora se encontraban negros por la lujuria.
En un rápido movimiento ahora me encontraba dándole la espalda, sus manos comenzaron a jugar con mis nalgas, las golpeaba y las acariciaba.
-más rápido mi amor- pidió jadeando.
Mis movimientos se volvieron cada vez más violentos, las manos de Victoria apretaban mi cadera con fuerza evitando que me aleje si quiera un milímetro. Nuestros gemidos necesitados llenaban la habitación.
-Si... que rico te mueves- gimió fuerte victoria al borde de su orgasmo. -Sigue- lloriqueo.
Su voz tan sensual me llevó al límite, tan solo me bastaron unos movimientos para encontrarme temblando sobre el cuerpo de mi novia. Sentí como tomaba mi cadera y me movía sobre ella alargando aún más mi orgasmo y logrando el de ella.
Bajo mi estaba una victoria con ojos cerrados y boca levemente abierta que aún soltaba suaves gemidos, Su pecho brillaba por el sudor y se movía rápido por la desordenada respiración,Cuando me acomodé sobre ella, me rodeó inmediatamente con sus brazos, su rostro se escondió en mi cuello y dejó un par de besos ahí.
-Vicky, bona debe estar enojado- hablé luego de un rato recordando la fiesta de Halloween que nuestro amigo había organizado.
-Sin cojones me tiene- soltó Vicky con un tono divertido- me estaba comiendo a mi conejita- ambas reímos con su ocurrencia.
Luego de bañarnos volvimos a arreglarnos y partimos a la dichosa fiesta donde nuestros amigos nos miraban con una cara divertida asumiendo lo que había pasado. Horas después nos dieron la misma mirada luego de salir de una de las habitaciones donde habíamos estado casi una hora.