8.

2.2K 213 5
                                    

Tener a Jennie entre mis brazos es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, probar sus labios es maravilloso y desde ahora puedo afirmar que se han vuelto mi adicción.

—¿Quieres desayunar?. —pregunto separando nuestros labios pero dejando pegadas nuestras frentes.

—Me encantaría... pero tenemos que hablar. —en cuanto termine de decir eso se escondió en mi cuello. —Jen...

—Lili.. —me interrumpió. —Quiero intentarlo contigo. Quiero que funcione.

—Tenía preparado todo para pedirte que fueras mi novia pero...

—Lo eche a perder todo por no controlar...

—No fue tu culpa, tu reacción fue normal al intentar protegerte. De cierta manera te entiendo. —dije sincera acariciando su cintura. — Diana sonó convincente en todo lo que dijo.

—Me dolió creer que estabas jugando conmigo. —solto acariciando mi mejilla.

—Nunca te haría algo así. Ni a ti ni a Ella... podría sonar loco pero ustedes son lo más importante que tengo.

—Hablando de ella ha estado muy triste y cada que la dejo en el colegio y no estabas para recibirla comenzaba con un berrinche para que no la dejará.

—Hoy lo vi y me duele lo que mi estupidez ocasionó. —dije bajando la mirada.

—No fue una estupidez, yo fui la que te lo pidió, la que te dijo que no te quería en nuestras vidas… yo te pedí que te fueras.

—Eso rompió mi corazón... pero dejando eso de lado no quiero hacerte sentir mal. —no era así como tenia planeado pedirle esto, pero las cosas no salieron como yo quería. —No quiero más malos entendidos, quiero que te sientas segura conmigo, quiero estar contigo como en estos momentos, pero sobre todo quiero estar en tu vida y en la de Ella. ¿Quieres ser mi novia?. —tenerla sentada a horcajadas sobre mi me pone sumamente nerviosa y mi discurso fue algo pobre.

—Estoy segura que lo que tenias preparado era hermoso y yo también quiero eso contigo. ¡Claro que sí quiero ser tu novia!. —terminó y nos fundimos en un beso que trasmitía lo que no decimos con palabras, un beso que representaba cariño, confianza, seguridad y amor. Un amor que comienza su historia de la cual espero que sea larga y duradera.

Durante el desayuno hablamos de su trabajo, de que aún conservo el mio y también lo feliz que se pondrá Ella al verme de vuelta. Pero también hablamos de un tema muy importante.

—Nini… —inicie pero me vi interrumpida por su hermosa voz.

—Me encanta como has decidido llamarme. —dijo sacándome una sonrisa.

—Sé que tal vez esto no te va a gustar pero me temo que deberá ser necesario por al menos un tiempo.

—¿De qué hablas?. —preguntó con curiosidad.

—Sobre nuestra relación, eres la madre de una de mis alumnas. —vi su cara al entender que lo teníamos que esconder. —No quiero ocultar lo que tenemos y si me preguntan no lo voy a negar… —lo que le iba a pedir ni tenía caso. —Al diablo…

—¿Que dices?. —me arrodillé a lado de su silla.

—No me importa nada. Ni siquiera perder mi trabajo y si tengo que dejar el colegio prefiero mil veces hacer eso… dejarlo que esconderte. —le dije mientras paseaba mis manos desde sus piernas hasta su cintura. —Te quiero y jamás te pediría algo así.

—También te quiero… te quiero y gracias, gracias por no querer esconderme porque yo tampoco quiero hacerlo, no quiero esconderte de nadie ni siquiera de mi hija y quiero que ella sea parte de esto. —no estoy segura si lo que me dice lo estoy entendiendo bien. —Si sé que dije que al principio solo seriamos tu y yo pero no quiero que Ella se prive de la felicidad que yo vivo a tu lado, quiero que ambas compartamos nuestro tiempo contigo.

La Mamá De Mi Alumna (Jenlisa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora