15.

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Cuándo desperté eran casi las dos de la tarde, me levante con mucho cuidado para evitar despertar a Jennie y poder traerle el desayuno a la cama. Llegué a la cocina y comencé a preparar todo, treinta minutos después ya tenía todo listo en una bandeja y volví al cuarto con ella.

— Jennie despierta. —me senté a su lado acariciando su mejilla con suavidad.

—No, otros cinco minutos. —escondió su rostro en la almohada.

—Vamos levántate para comer algo. —sin muchos ánimos se sentó en la cama con la intención de pararse para bajar. —Tranquila ya está todo aquí. —dije señalando la bandeja que deje sobre su cómoda.

Me senté a su lado y disfrutamos es unos waffles rellenos de nutella, un pequeño plato de fruta y un jugo de naranja.

—Gracias todo estaba delicioso. —dijo terminando su jugo. —Voy a darme un baño.

La vi levantarse de la cama con dirección al baño de esta, tomé la bandeja y fui a la cocina para dejar todo limpio al terminar me senté en la sala. Es mejor hablar ya, que esperar que pase más tiempo, es hora de la verdad.

—Hola. —dijo y si recién despierta se ve hermosa ya un poco arreglada me deja sin palabras. — Lisa quiero disculparme sé que querías estar conmigo pero se me salió fueron mis celos hablando y...

—Ya esta hecho no podemos hacer ya nada. —dije poniendo mi dedo índice sobre sus labios. —Además me encanta que Ella me diga mami. Por cierto ¿eso no te molesta?.

—Ella me dijo que te preguntara pero no me dio tiempo, solo comenzó a hacerlo.

— Jennie hay algo importante que tengo que decirte. —bien hora de tomar coraje.

—¿Que pasa?. —preguntó nerviosa.

—Yo debí decirte esto antes de iniciar nuestro noviazgo pero por cobarde y estúpida no lo hice.

— Lisa que pasa me estas asustando. —dijo tomando mis manos entre las suyas. —¿Estas enferma? ¿Es eso?.

—No, no estoy enferma. Yo... —carajo porque a estas alturas de mi vida vuelven las malditas inseguridades. —Yo soy una mujer...

—Eso ya lo sé. —dijo interrumpiendo mi discurso cero planeado. —Eso que tiene que ver.

—Ok lo voy a decir sin mas vueltas.

—Te lo agradecería.

—Soy una mujer intersexual. —dije soltando sus manos y bajando la cabeza. Sentí como se levantó de mi lado y de pronto soltó una audible carcajada. —¿Te parezco graciosa?. —pregunté molesta por su reacción.

—No es eso Lisa. —dijo después de burlarse en mi cara. Se acercó a mí y se sentó a horcajadas sobre mí. —Ya lo sabía, lo supe el primer día que me senté en tus piernas y lo confirme la primera noche que dormiste conmigo. —me dejó sin palabras no me esperaba el que ella ya tenía conocimiento de esto. —Pero luego volví a sentarme en tus piernas y parecía que había desaparecido acaso ¿lo escondes?. —otra vez baje la mirada ante esa pregunta. —No, no bajes la cara no tiene nada de malo.

—Si lo tiene, lo escondía porque tú una vez mencionaste que tú experiencia que un hombre, que es con el único que has estado y es el padre de Ella... había sido horrible y que fue repugnante ese momento. —susurre lo último, coloque mis manos en su cintura y me acerque a esconder mi rostro en su cuello.

—Pero eso no quiere decir nada. —comenzó a acariciar mi cabello tramitiendome esa tranquilidad que yo no tenía en ese momento. —El que con él haya sido horrible el sexo no significa nada.

La Mamá De Mi Alumna (Jenlisa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora