12.

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—¡Mami!. —el grito de Ella me dejó aturdida y desperté asustada y sudando. —Despetate. —dijo con uno de su piecito derecho sobre mi abdomen.

Carajo fue una maldita pesadilla, una pesadilla que parecía muy real y que agradezco infinitamente que solo fue eso, y si quiero que solo sea eso tengo que hablar con Jennie.

Ayer después de salir del restaurante y hacer una parada a unas cuadras de aquí, cuando entre buscando a Jen no la encontraba y eso me comenzaba a preocupar hasta que la encontré dormida en la habitación de Ella, esa fue una imagen que hizo que olvidara todo lo que me dijo Fred momentos atrás. No las quería despertar y estaba demasiado cansada para irme a mi apartamento, regrese a la sala y me recosté en el sofá más grande para analizar mis opciones y las medidas que tomaría con respecto a Diana y sin darme cuenta me quedé profundamente dormida.

Y aquí desperté en el sofá con una inquieta Ella sobre mi cuerpo.

—¡Mami!. —volvió a decir.

—Si ¿Donde esta mamá?. —le pregunte porque el que me llame Mami no es normal. Pero su respuesta no fue la esperada solo levantó sus hombros sin saber dónde está.

—Mami tego hambe. —ok definitivamente no entiendo que está pasando exactamente pero sin duda tengo que hablar con Jennie cuanto antes.

Me levante con Ella en mis brazos y la lleve a la cocina, busque que prepararle y ya se probablemente donde esta Jennie, en el super. No tenía absolutamente nada, lo único que encontré fue un poco de leche y cereal.

—Ten princesa. —le tendí el plato frente a ella. —Voy un momento al sofá por mi celular ya regreso. —le avise aunque estaba más concentrada en el plato frente a ella.

Tome mi teléfono y antes de regresar con ella levante la vista a la ventana frente a mi y ahí estaba ella observando la casa desde detrás del árbol que está en la casa de enfrente, esto ya es extremo y lo mejor será denunciar su acoso.

—No crees que es muy temprano para despertarme un sábado… —a la segunda llamada respondió Min —Espero sea importante como para interrumpir mis horas de sueño.

—Si es importante Mingyu sino no te estaría llamando. —solté algo brusca por ver con mis propios ojos lo obsesionada que está Diana. —Tengo que hablar contigo necesito que me aconsejes y también… un poco de tu protección. —al decir eso inmediatamente escuché ruidos extraños del otro lado de la línea.

—¿Mi protección? ¿Estas en peligro?. —por la lejanía de su voz sabía que estaba en altavoz. —Dime donde estas y en menos de cinco minutos estoy contigo. —ahí estaba el Min que me proteje de todo.

—Tranquilo ahora mismo no estoy realmente en peligro, pero sino tomo una decisión si lo estaré.

—Bueno no importa si estas o no en peligro dime donde estás y ya mismo voy para allá. —como amo a este hombre que es como el hermano mayor que nunca tuve.

—Estoy en la casa de mis padres. —solté sin rodeos ya que el aún no sabe que Jennie y Ella son quienes la están rentando. —Toma tu tiempo aquí te espero.

Sin más corto la llamada, seguía observando a Diana que no se movía de su posición no quise acercarme a la ventana para no alertarla y se fuera, esto tiene que acabar pronto.

Regrese con Ella para que terminará su desayuno y cuando lo hizo lave su plato mientras ella iba a su habitación por sus juguetes y sin duda el que me hable nuevamente me hace feliz lo que me hace recordar que Jennie tenía razón solo era un simple berrinche.

Gatito 💘
¿Amor vas a tardar mucho?.
Min esta de camino.

Solo eso le escribí no quería que regresará con prisas y que algo le pasara en el camino. Mingyu llegó casi quince minutos después de que me corto la llamada.

La Mamá De Mi Alumna (Jenlisa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora