Just a page on my history.
La suave luz del sol se coló por la rendija de su departamento despertandole lentamente. Abrió un ojo y luego otro. Un suspiro de alivio salió de sus labios al notarse solo en la cama aunque la figura de un acompañante se había quedado a su lado. No sabía ni que hora era pero, se incorporó con lentitud. Alejó el dolor en su cuello y arrastró su cuerpo resacado hasta la ducha fría. Las ojeras habían casi desaparecido de su rostro mas sus ojos se notaban cansados.
Ni siquiera recordaba haber llegado a casa.
Se encogió de hombros y bajó listo para prepararse un café bien cargado que alejase la resaca y lo pusiera a funcionar coherentemente. El cuerpo de Mingyu yacía en el sofá de su casa desparramado y con la camisa en el suelo. Se acercó a él moviendo sus pies recibiendo un gruñido a modo de respuesta.
-- Levántate de mi sofá, Kim – bufó Seungcheol -- ¿Qué pasó anoche?
-- Déjame dormir, Choi.
-- Llamaré a tu secretario si no levantas tu culo borracho de mi costoso sofá.
Tres malditos segundos después, el moreno se levantó mirándole con los ojos entrecerrados. Seungcheol no sabía porqué el moreno se ponía todo temeroso al mencionar al chico que mantenía su vida lo más ordenada posible y no estaba seguro de querer averiguarlo. Rodó los ojos sabiendo que era demasiado temprano para lidiar con los síntomas de la resaca de la noche anterior. El olor a café recíen hecho interrumpió la maraña de pensamientos que golpeaban su cabeza así que dispuesto a volverse un ser humano, dejó a su moreno amigo en la sala y se sirvió una buena taza de café negro. El amargo líquido bajó por su garganta elevando su cortisol pero convirtiendole en el Seungcheol que todos sus amigos conocían de pies a cabeza.
Tomó su tableta y con su café en mano abrió la puerta de la cocina permitiendo al aire fresco llenar su casa. Dejó los zapatos en la entrada de la cocina bajando descalzo hasta el lugar. Se apoyó en el borde separador de su casa y la cerca que conducía al lago trasero y simplemente respiró. Aire húmedo pero fresco alejó su posible dolor de cabeza aterrizandolo al ahora.
-- Me encanta este lugar – afirmó Mingyu acercandose descalzo tambien pero tomando asiento en uno de los sofás – Me gustaría tanto mudarme aquí.
-- Tu vida está en el bullicio de Londres amigo mío – bufó Seungcheol – Aunque si que te iría bien estar en este lado de Inglaterra al menos por un buen tiempo.
-- Lo pensaré..
Seungcheol asintió sin mirarle. Mingyu y él eran amigos desde la escuela secundaria. Ambos eran los únicos coreanos en su escuela aunque Mingyu sí había nacido y vivido en Corea del Sur hasta los 11 años. Nunca supo la razón exacta de la emigración de sus padres aunque si su memoria no le fallaba había sido por una infidelidad de su madre. A él no le importaba la verdad y, antes de que ambos se dieran cuenta, compartían hasta las habitaciones cuando la pijamada llegaba al final del mes. Él había ido por un lado más artístico mientras Mingyu era el CEO de una pequeña firma de abogados.
-- ¿Qué pasa contigo y tu secretario? -- preguntó Seungcheol tomando al moreno por sorpresa – Estás muy raro ultimamente.
-- Me acosté con él – confesó el moreno frunciendo el ceño – Ambos cruzamos la línea.
-- ¿Borrachos?
-- Más lúcidos no podíamos estar amigo – bufó el moreno – Literalmente, no habíamos bebido ni una gota y aún así... En fin, pasó lo que tenía que pasar y ahora stoy tratando de no llevarlo a mi oficina cada vez que lo tengo cerca demasiado.
-- ¿Tan mal?
-- Se sintió como mío, Seungcheol. Eso nunca me había pasado antes.
Era la verdad. De los dos, el más conquistador siempre había sido Mingyu aunque él no se quedaba detrás en ningún aspecto mas Mingyu se detuvo una vez aquel hombrecito había entrado a su vida dos años atras las conquistas se habían terminado. Decidió dejarlo a su propio juicio sabiendo que tarde o temprano le pediría consejo si lo necesitaba. Chocaron los cafés como si fueran vino y desviaron la conversación hacia las banalidades de sus vidas.
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Querencia IV: Us Again (Jeongcheol)
Romance"La sensación más hermosa de mi juventud fue cuando mis ojos ilusionados encontraron sorprendidos la mirada oscura más hermosa que hubiese visto. Si sientes mariposas en el estómago, los nervios a flor de piel que no logras ocultar y aunque te esfue...