Otoño. La estación cómoda dónde la preferencia de acurrucarse es mayor que la de salir a la calle, y aún así, Seungcheol arrastró a Jeonghan a una caminata matutina. Las temperaturas habían bajado finalmente y el sol que solía molestarles todo el tiempo dió paso a una mañana nublada. Manos entrelazadas y bromas voladoras caminaron hacia el lago cerca de la casa del fotógrafo disfrutando un poco de la naturaleza en su máximo esplendor. Algunas hojas de los árboles cercanos cubrieron el suelo de marrón y amarillo.
-- ¿Qué harás esta noche? -- preguntó Seungcheol empujando su hombro un poco -- ¿Hace cuanto tiempo no sales de casa?
-- Tenía que trabajar... -- justificó Jeonghan acurrucandose entre los brazos del hombre – Pero, no haré nada. No tengo una boda hasta noviembre y apenas empezaremos octubre, ¿por qué?
-- ¿Te gustaría salir conmigo? -- Jeonghan giró la cabeza interesado de más en la innvitación – Me preguntaba si querías ir conmigo a Trafalgar.
-- ¿Cómo una cita? -- Jeonghan parpadeó y asintió – Me encantaría ir.
-- ¡Genial! Podemos comer después y si quieres vemos una película.
Rió con fuerza entre los brazos de Seungcheol. Tenía una cita. Su primera cita en casi veinte años. Seungcheol besó su cabeza con cariño estrechandolo más a su cuerpo. Desde su confesión un par de días atrás no solo se sentía inmensamente feliz sino que la emoción solía mezclarse con la excitación por tener a Jeonghan cerca suyo y con las esperanzas de que finalmente había encontrado la pieza que le faltaba a su vida.
-- Oye Cheollie – Jeonghan llamó su atención -- ¿Alguna vez has tenido la sensación de que algo va a pasar y no sabes como afrontarlo?
Seungcheol asintió. Le había pasado más veces de la cuenta pero, había sido solo una vez la que no supo que hacer con el pequeño inconveniente. Apartó el recuerdo turbulento concentrandose en la corazonada de Jeonghan.
-- ¿Qué te preocupa, cariño?
-- La prensa no ha estallado en mi cara aún – comentó el hombre – Podría sonar un poco paranoico pero, conociendolos como lo hago, la fiesta me va a explotar en la cara.
-- No he lidiado nunca con ese tipo de atención así que no sé como calmar un poco tu ansiedad, sin embargo, si realmente explota ya veremos como se maneja. No tiene caso preocuparse por algo que no puedes controlar en este momento.
A Seungcheol no le faltaba razón y, aún sin desechar el temor de Jeonghan de ser descubierto/expuesto a la sociedad una vez más, pudo calmarle. Lo estrecó un poco más fuerte en su pecho deseando ser un espacio seguro en el que el otro pudiese apoyarse cuando las preocupaciones atormentasen su mente demasiado sin dejarle un pequeño espacio a la calma.
Volvieron a casa de Jeonghan a desayunar como era rutina para ambos. Aquella mañana, preparó un té verde para ambos compartiendolo en el jardín de este. De una manera u otra siempre había un buen tema de conversación que los sumía en horas y horas de una charla tan amena de la que era difícil despedirse.
Sin embargo, Seungcheol se despidió cerca del mediodía dejando a Jeonghan en casa con el suficiente tiempo como para terminar su trabajo en la web. Avanzar profesionalmente había sido una de las tantas metas que se había propuesto y que, hasta el momento, estaba cumpliendo al pie de la letra con excelencia. Desde la boda de Minyoung estaba recibiendo muchísimos comentarios positivos y algunas futuras novias comentaron su ansia de trabajar con él.
Decir que se había esmerado al máximo para hacer la boda de su mejor amiga más que íncreible era quedarse corto. Lo había dado todo sin llegar a ser repetitivo y el resultado se había visto en su totalidad. También ayudó que Seungcheol hubiera dominado la cámara de una manera brutal con cada fotografía siendo mejor que la anterior. Observó con atención los miles de detalles que habían quedado captados por el resto de su vida y que quedaban espectaculares en su nuevo sitio.
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Querencia IV: Us Again (Jeongcheol)
Romance"La sensación más hermosa de mi juventud fue cuando mis ojos ilusionados encontraron sorprendidos la mirada oscura más hermosa que hubiese visto. Si sientes mariposas en el estómago, los nervios a flor de piel que no logras ocultar y aunque te esfue...