6~ Viaje hasta Danzig

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Mientras Morrison está sentado al lado del conductor del carruaje y Gunther está adentro de dicho carruaje este está estudiando la hoja con todas las letras que le enseñó Morrison la noche anterior.

-Y dime viejo hombre, ¿que tan lejos has llegado?- Morrison mira al conductor.

-Dime Karl, no me llamo ni "viejo" o "viejo hombre" y respondiendo a tu pregunta, sólo llegué hasta Prusia Occidental, ví Danzig un par de veces- dice mientras recuerda aquellas visitas.

-¿Cómo es Danzig?- Pregunta Morrison mientras mira el mapa.

-Es una gran ciudad portuaria, debo decir que es muy hermosa como ciudad... Sinceramente la más bonita, aunque puedes encontrar mucha gente que habla un idioma bastante curioso, le dicen polaco creo- el hombre intenta recordar si ese era el nombre.

-Creo que sé a qué te refieres, conocí una vez a una mujer llamada Sylvia, piel blanca, cabello negro, algo alta también y usa pantalones... ¿Alguna vez viste a una mujer usando pantalones?- Morrison recuerda como puede a Sylvia.

-¿Era bonita?- Karl pregunta curioso.

-Bueno, era rara... Pero que use pantalón resalta su trasero, vaya trasero...- Morrison recuerda perfectamente el trasero de Sylvia.

-¡Jajaja! ¿Algo bueno no crees?- Karl ríe con Morrison.

-Pero eso sí... La tipa tiene cierta forma de ser... Cómo te pases un poco vas a terminar con los dientes en la tierra- Morrison rasca su cuello mientras recuerda incómodo.

-Y sobre la niña que llevamos atrás, ¿qué hay de ella?- Karl voltea a ver a la carroza.

-Considero que estamos lo suficientemente lejos amigo Karl, lo que llevamos atrás no es una niña... Es el hijo de cierta mujer muy importante...- El buen ambiente se va.

-¿Que?...- Karl no tiene palabras.

-Tú estate tranquilo, nadie sabe ni como lo saqué o a donde me fuí, todo fué en silencio Karl, si te preocupas por tu familia lo haces innecesariamente, no hay nada que temer- Morrison bebe de una botella nueva de alcohol.

-Me estoy jugando el pellejo por ti... Mas te vale que mi familia no se vea afectada- Karl dice con un tono amenazante.

Trás ese tenso momento Morrison le pasa la botella de alcohol a Karl y siguen el viaje, las horas pasan y pasan mientras ven los bosques, ríos y colinas de Prusia Oriental, la tensión poco a poco se disipa mientras avanzan.

-Ya vamos como por la mitad del viaje, por cierto, ¿yo pregunté su nombre?- Karl pregunta a Morrison.

-Llamame Morrison, el niño que llevamos se llama Gunther- Morrison bebe de la botella.

-Morrison y Gunther... Nos veremos las caras hasta que lleguemos a Danzig- Karl dice mientras suelta una pequeña risa, algo nervioso aún por estar llevando a Gunther.

-Claro, buenos amigos...- Asiente Morrison.

-Si bien recuerdo Morrison en Danzig hay un transporte que podría llevarlos más rápido a vuestro destino, se llama tren- Karl explica a Morrison mientras comparten la botella de alcohol.

-¿Y cómo es este "tren"?- Pregunta curioso Morrison.

-Bueno, es una gran cosa de metal que se parece a un cilindro... Piensa en una lata larga con ruedas y muy ruidosa- explica como puede.

-Interesante... Lata larga con ruedas...- Morrison no cree esa descripción.

-Pues si no me cree es problema suyo, podré ser viejo pero sé lo que ví... Tengo tan sólo sesenta y nueve años- espolea a los caballos.

-Lo tengo que ver con mis propios ojos- dice Morrison mientras observa las grandes praderas de Prusia Oriental.

Luego de pasar horas y horas de viaje finalmente logran llegar a Prusia Occidental, estando a pocas horas de Danzig.

-Por cierto Morrison ¿a dónde se dirigen en realidad- Karl pregunta curioso.

-Nos dirigimos hacia Francia ya que me pagaron por ello, debo llevarme lejos al hijo de la bruja- Morrison observa algunos animales que van corriendo por ahí.

-¿Qué demente te pagaría por robarte el hijo de la bruja? Debes estar mal de la cabeza para hacer algo así sabiendo a quien le robas, ¿estás bien?- Karl está notablemente preocupado.

-Todo por el dulce dinero, además, yo también necesito comer... Y justamente hablando de comida...- Morrison siente como su barriga suena.

-Tengo algunas latas con comida por aquí- Karl busca debajo de su asiento y le da una lata a Morrison.

–¿De dónde sacas todo esto?– Morrison toma la lata de comida algo extrañado.

–Llevo un tiempo haciendo viajes largos, todos financiados por la iglesia del Salén por cierto, transporté mucha gente aunque nunca presté atención a ello– Karl intenta recordar si llevó a alguien importante alguna vez.

–¿Cuántas latas tienes? Ese muchacho debe estar más delgado que un perro sin hogar– piensa si compartir su lata de comida.

–Bueno... Traje cuatro latas, podría darte otra y estoy siendo demasiado amable– Karl da a Morrison una de sus latas de conserva.

–Se la daré cuando lleguemos a Danzig– Morrison guarda la lata en su túnica.

–Por cierto señor Morrison, le recomiendo enormemente comprar ropa en Danzig, es una órden de la iglesia no usar nuestra ropa fuera de Salén– Karl espolea a los caballos mientras Danzig se ve a lo lejos.

Luego de las últimas horas a las 7:32 de la noche el carruaje finalmente toca Danzig, la ciudad es inmensa y llena de gente, incluyendo un estilo variado entre gótico, renacentista y barroco.

–Así que esto es Danzig... Es enormemente diferente a Salén– Morrison está asombrado por lo extensa que es Danzig.

–Bueno señor Morrison, nuestro camino se separa aquí, buena suerte en tu largo viaje– Karl se sube en el carruaje y espera que Gunther salga para regresar por donde vino.

–Toma esto niño– Morrison le da la lata de conserva a Gunther.

–Está cerrada– Gunther mira a Morrison algo triste.

–tenla en la mano, luego la abriré, ahora hay que buscar otro tipo de ropa– Morrison busca tiendas de ropa.

En un callejón encuentran una pequeña tienda de ropa, Morrison entra con Gunther y habla con la señora a cargo.

–Disculpe usted, venimos de lejos y nos gustaría comprar ropa– Morrison saca el dinero que le dieron en Salén.

–Puedo ofrecerles un conjunto que podría quedarles– la señora saca una caja con un pantalón, cinturón, camisa, calcetines y zapatos, este conjunto es de adulto.

–¿Cuánto costaría todo esto? También necesito ropa el niño– Morrison mira la caja con la ropa.

–Setenta y cinco marcos por este conjunto y ropa para el niño– la señora busca ropa para niño.

–Me llevaré todo esto entonces– Morrison paga y luego de cambiarse en el vestidor caminan con Gunther en las calles de Danzig.

–Brandemburgo– Gunther mira a Morrison.

–Pues es correcto, de acá nos vamos a Brandemburgo Berlín, eso dice el mapa– Morrison mira el mapa mientras buscan una posada.

El par se dirige a una posada mientras Gunther explora toda la ciudad con su mirada.

Más allá del círculo de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora