Mi Pequeña... | Edward Cullen

|Capítulo 10| Vulturi

Saray miró el acantilado frente a ella, seguía en Forks y había logrando convencer a sus padres... Y a Edward, de salir con sus nuevos amigos. Seth y Lesh Clearwhater, a quienes venía conociendo y hablando con ellos hace tiempo, aprovechando de que su familia se quedaría en Forks por más tiempo pasando desapercibidos.

Saray salió de sus pensamientos cuando la voz de Leah la interrumpió. — ¡Ey! ¿En qué piensas? ¿Tanto miedo te dan las alturas? —bromeó Leah sonriendo divertida, empujando juguetonamente a Saray.

—No me dan miedo las alturas —se defendió Saray, aunque en realidad si le daban un poco de miedo pero no era en eso en lo que estaba pensando.

Leah rió entre dientes. —¿En serio? Porque te ves asustada. Si no lo estás tírate —desafió alzando las cejas con simpleza.

—Bien —suspiró Saray sonriendo levemente, mirando como las olas impactaban contra las rocas que estaban en el mar.

—¿En serio? —rió Leah mientras Saray se quitaba la polera y el pantalón, quedando en traje de baño.

—¿Te tirarás conmigo o te quedarás mirando? —se burló Saray con una sonrisa coqueta.

—Tonta... —rió Leah rodando los ojos mientas se quitaba el short y la polera, también quedando en traje de baño.

Cuando Saray se tiró el agua fría envolvió su cuerpo, las olas salvajes hacían que fuera difícil mantenerse a flote pero con la fuerza que tenía al ser mujer lobo pudo nadar. Estaba segura que siendo sólo humana habría tenido que nadar a una roca o pedirle ayuda a Leah. Miró con diversión como Leah nadaba hacia ella, en peores condiciones.

—Wow, sí que no sabes nadar —bromeó Saray sonriendo burlona.

—Por lo menos yo no nado como perro —se defendió Leah mirando mal a su amiga.

—Graciosa... —suspiró Saray tirandole agua, soltando una carcajada al ver como Leah tosía ya que se había tratado un poco de esa agua.

—Cuando estemos en la arena te aplastaré, mocosa —bufó Leah haciendo que Saray se riera entre dientes, nadando hacia la superficie al igual que la morena.

Horas después.

Saray regresó a su casa en su forma lobuna luego de pasar la tarde con Leah.
Al llegar sintió como alguien la empujaba, aún en su forma lobuna le gruñó mostrandole los dientes de forma defensiva pero se calmó al escuchar la risa de Kate y al pestañear verla frente a ella. Luego, miró como Edward a velocidad sobrenatural llegaba de haber estado cazando con Emmett y Jasper.

La cola de Saray se movió de forma feliz como la de un perro al ver a Edward, haciendo que Saray avergonzada le gruñera a su propia cola ya que demostraba lo feliz que estaba de ver a Edward ahí.

Los vampiros mirándola se rieron entre dientes, Edward sonrió divertido y se acercó a Saray, acariciando suavemente la cabeza de la loba, haciendo que ésta se relajara y se inclinara a su toque, recibiendo algunas burlas de Emmett y Kate, quienes se reían de la pareja mientras que Jasper entraba a la casa con una sonrisa divertida.

Días después...

Saray estaba practicando unas canciones en bajo con normalidad, los Cullen fingían estar haciendo cosas en la sala principal pero en realidad estaban mirándola o escuchando lo bien que tocaba, pero para no avergonzarla no le decían. Todo iba con normalidad hasta que Alice frenó en seco lo que hacía, llamando la atención de Saray, quien vió al instante que la duendecillo estaba teniendo una visión.

La pelirroja frunció ligeramente el ceño cuando vió como Edward se tensaba y le daba una mirada rápida a Carlisle antes de que Alice saliera de la visión.