Iris es una chica española, que reside en Madrid y estudia Periodismo en la Universidad. Agustín Pardella, uno de los protagonistas de "La Sociedad de la Nieve", despierta el interés de Iris más allá de su talento actoral. Lo que comenzó como una si...
—Siempre está bueno compartir momentos con los chicos. Y ahora vamos a disfrutar un poco más —dijo Agus.
Iris le devolvió la sonrisa.
—Sí, ha sido genial. ¿Dónde está tu habitación?
—Está una planta más arriba —respondió Agustín—. Esta vez no nos pusieron todas las habitaciones juntas. Normalmente, siempre nos ponen en el mismo pasillo, pero en estas fechas y en Madrid la disponibilidad está más complicada.
Iris asintió, mirando a su alrededor.
—Sí, es que Madrid está a full en esta época del año.
—Sí. Nos toca adaptarnos. Pero bueno, al menos estamos todos en el mismo hotel —dijo Agus. —Y no tengo compañero de habitación. Una vez me tocó con Jero que ronca como una motosierra.
—Bueno, esperemos que esta noche no te importe compartir la habitación —dijo sonriéndole.
—¡Por favor! Va a ser un placer compartir la habitación con vos —dijo Agustín, sonriendo.
—Voy a asegurarme de que no quieras compartir habitación con nadie más —dijo Iris, con tono provocativo.
—Me gustan los desafíos —respondió Agustín mientras salían del ascensor y se dirigían a su habitación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una vez llegaron a la habitación, Agus abrió la puerta y la dejó pasar primero. Él entró detrás de ella y cerró la puerta.
—Lo siento, no esperaba invitados —dijo, señalando hacia la cama deshecha y algunos objetos personales dispersos por ahí.
—No te preocupes, ya sé que el orden y tú no sois muy amigos —dice Iris, sin sorprenderse ante lo que ve.
Agus caminó hasta la cama y se sentó en el borde, haciéndole un gesto a Iris para que se acercara. Iris tenía muchas ganas de este momento con Agustín, pero inevitablemente estaba algo nerviosa. Agustín lo percibió y decidió colocar la mano de Iris encima de su entrepierna.
—Sólo relajáte, dejá que te guíe —susurró suavemente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
