Agustín e Iris llegaron al hotel y se dirigieron hacia la recepción. Allí, encontraron a Matías, que estaba comprando algo en la maquinita.
—¡Che, qué onda! —saludó Matías con una sonrisa—. Estábamos esperando que llegaran. Todos están en la habitación de Pipe.
—¡Perfecto! —dijo Agustín—. Vamos para allá entonces.
Iris se limitó a sonreír y a saludar a Matías con la mano. Cuando llegaron, la puerta de la habitación estaba medio abierta y se escuchaban risas. Dentro, el resto del grupo ya estaban acomodados, haciendo tiempo mientras esperaban a Iris y Agus.
—¡Por fin! —exclamó Juani al ver a Agustín e Iris entrar.
—¡Ya era hora! Estábamos a punto de empezar sin ustedes —bromeó Paula.
—Re ambicioso querer empezar sin tener la comida acá —dijo Pipe con tono burlón, apropiándose de una de las cajas de pizza que acababan de llegar.
—La paciencia y Paula no se entienden ni a palos, parece —dijo Della, con una sonrisa traviesa.
—Bueno, bueno, acá está el pedido. Espero que les guste, porque nos deben una. Aunque, tranquilos, usamos la tarjeta que nos dio Jota para cubrir los gastos en España —dijo Pardella, levantando las cejas y mostrando el ticket.
—¡Qué capo! —dijo Santi, riéndose mientras se acercaba a agarrar una caja.
—¿Esa tarjeta sigue activa? Creía que solo era para la época del rodaje —intervino Emmanuel, mirando a Agustín.
—Ah, qué sé yo, la puse y funcionó —respondió Agustín riéndose.
—¡Que no se sorprenda Jota si ve un cargo de 20 pizzas! —dijo Juani, riéndose.
—De la próxima se encargan ustedes, ¿eh? —agregó Agustín, mirándolos a todos.
—Mejor que nos quede claro qué se puede y qué no con esa tarjeta —bromeó Andy.
—Si la tarjeta sigue activa, quizás deberíamos probar con algo más gourmet la próxima vez —dijo Simón, riéndose mientras buscaba cuál era su pizza.
—Pobre Jota, no sabe lo que se le viene —añadió Iris riéndose.
—Che, me siento re mal por Jota —dijo Fran, con una sonrisa culpable.
—No te preocupes, Fran —añadió Ramusio—, su cuenta bancaria no se va a ver resentida por esto.
—Más tarde le escribimos, che, no se hagan drama —dijo Agustín, relajado—. ¡A disfrutar!
—Peores cosas hemos hecho —añadió Jero, riéndose.
Iris y Agustín se unieron al grupo, acomodándose en la habitación mientras la conversación y las risas continuaban.
—Madre mía, Iris, te sorprendería lo locos que están estos pibes —comentó Pau a Iris.
—Menos mal que el personal no tenía ni idea de quiénes éramos —dijo Diego.
—De hecho, sí sabían que éramos actores —intervino Agustín—. Seguro que se imaginaban algo por Bayona y por las pintas que traíamos todos los días.
—Sí, es verdad. El maquillaje estaba tan bien hecho que a algunos ni siquiera los reconocimos al principio —dijo Paula.
Jero se sumó a la conversación.
—Che, el maquillaje estaba buenísimo, pero qué embole llevarlo todo el día. Me acuerdo de estar en la sala de maquillaje y sentir que la piel no daba más, se me hizo una tortura.
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más allá del deseo || agustin pardella
RomanceIris es una chica española, que reside en Madrid y estudia Periodismo en la Universidad. Agustín Pardella, uno de los protagonistas de "La Sociedad de la Nieve", despierta el interés de Iris más allá de su talento actoral. Lo que comenzó como una si...