Capítulo 10

360 20 3
                                    


POV: Nicki Nicole.

Mateo asintió, afirmando lo que acababa de decir. —Sí, estamos juntos. Pero no como tal. Queremos que las cosas fluyan y no queremos presionarnos. Todavía somos amigos y queremos que todo avance de manera natural.

Los chicos nos miraron con curiosidad, ansiosos por saber más.

—Entonces, ¿cómo va a ser esto? —preguntó Emi.

—Sí, ¿qué significa exactamente estar juntos pero todavía ser amigos? —añadió Lit, con una sonrisa intrigada.

Mateo y yo nos miramos antes de responder.

—Bueno, —empecé—, por ahora, seguimos siendo amigos. Queremos ver cómo van las cosas sin presionarnos demasiado. Creo que será así por un rato.

Mateo asintió en acuerdo. —Exacto. Queremos que todo fluya naturalmente y, si las cosas se dan, veremos cómo avanzamos. Pero por ahora, estamos bien como amigos.

—¿Qué tal si vamos a cenar más tarde en la noche?

Todos estuvieron de acuerdo y decidieron que irían a la playa a bañarse antes de la cena. Cada uno se fue a cambiar para el plan.

Cuando me puse mi traje de baño de dos piezas verde, estaba en mi habitación, frente al espejo. En ese momento, Mateo entró a la habitación y se quedó mirándome de arriba abajo. Noté su mirada a través del espejo y me volví hacia él.

—¿Qué pasa? —le pregunté, viendo que me observaba con atención.

Me di cuenta de que estaba mirando mi traje de baño y, al voltear completamente, vi que Mateo estaba sin camisa y con unos pantalones de baño que le llegaban arriba de la rodilla. Me quedé mirándolo, sorprendida por su presencia sin camiseta.

Mateo, con una sonrisa burlona, dijo:

—Tengo los ojos arriba, ¿sabes?

Se acercó a mí, y no pude evitar sonreír al ver su expresión juguetona mientras me miraba de cerca.

Cuando Mateo entró a la habitación y vio mi traje de baño verde, se quedó mirándome con admiración. así que le pregunté con una sonrisa traviesa:

—¿Tengo algo en la cara?

Mateo, divertido, se acercó más a mí y me abrazó por detrás, colocando sus manos en mi cintura. Me dio un beso en la mejilla y luego en el cuello, sus labios cálidos en mi piel.

—No, nada en la cara —respondió, riendo—. Solo estaba admirando lo bien que te queda ese bikini verde.

Me giré hacia él, todavía en sus brazos, y le pregunté con curiosidad:

—¿De verdad? Porque si ves algo, decime, ¿no?

Mateo me miró con una sonrisa. —No hay nada que ver. Solo que el verde te queda perfecto. Aunque, en realidad, no puedo dejar de pensar en lo mucho que me gustás.

Sonreí, sintiéndome halagada. —Gracias, Mateo. Me hacés sentir bien. No sé qué haría sin vos.

Mateo me abrazó un poco más fuerte y, en un tono juguetón, me dijo:

—Antes de que salgamos, quiero decirte algo.

Lo miré, intrigada. —¿Qué es?

Mateo me miró a los ojos, serio pero con una sonrisa en los labios. —Te amo.

Me quedé sorprendida, pero feliz. —Yo también te amo.

Mateo me rodeó con los brazos, disfrutando del momento. Luego, me levantó con una sonrisa y me dio un beso en los labios.

Mamichula| Trueno | Nicki NicoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora