Capítulo 15

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⚠️Contenido maduro.

POV: Trueno
Si hace casi un año me hubieran dicho que estaría acariciando la cabeza de Nicole mientras ella duerme, me hubiera reído en su cara, pero acá estoy. Después de todo lo que pasamos, después de las idas y vueltas, no pensé que volveríamos a estar así de cerca. Ella está sobre mi pecho, su respiración suave, sus manos descansando contra mi buzo, y yo sigo pasando los dedos por su pelo, como si fuera lo más natural del mundo.

No puedo evitar pensar en todo lo que pasó entre nosotros. Nos separamos, nos alejamos, pero de alguna forma siempre volvemos. La veo así, tan tranquila, y no puedo creer que la haya dejado ir una vez. El muelle, la charla de antes... no sé cómo me mantuve tan calmado cuando me dijo que no estaba durmiendo bien, que estaba teniendo pesadillas. A veces quiero protegerla de todo, incluso de sí misma, pero sé que eso es imposible.

Siento que me estoy quedando dormido. No tenía la intención de hacerlo, pero el peso de su cuerpo contra el mío y la calidez de la habitación me están arrullando. Cierro los ojos, con el aroma de su pelo invadiendo mis sentidos, y en poco tiempo, me hundo en el sueño.

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El sonido de golpes en la puerta me hace despertar. Al principio, estoy desorientado. Parpadeo, tratando de enfocar mi vista, y entonces me doy cuenta de que todavía tengo a Nicki en mis brazos, completamente dormida. La habitación está tranquila, y solo los golpes en la puerta rompen el silencio.

—Nicki—susurro, tratando de no asustarla mientras la sacudo suavemente. Pero ella sigue profundamente dormida, su respiración aún tranquila.

—Nicki, despertate—repito un poco más fuerte.

Nada.

Resoplo, divertido y un poco desesperado. Es entonces cuando escucho la voz de Emi al otro lado de la puerta.

—¡Nicki, dale! ¡Ya es hora de irnos!

La sacudo de nuevo, esta vez con un poco más de insistencia.

—Nicki—le digo al oído, mi voz ahora firme. —Emi está tocando la puerta. Dice que ya es hora de irnos.

Ella frunce el ceño y se revuelve un poco en mis brazos antes de abrir los ojos lentamente. Parpadea, confundida al principio, hasta que se da cuenta de dónde está. Me mira, todavía medio dormida, con esos ojos que siempre logran desarmarme, y su expresión se suaviza.

Se queda mirándome a los ojos muy fijamente aun abrazada a mi, es algo que siempre hacía cuando estábamos juntos hace un tiempo se quedaba mirándome fijamente y repasaba cada detalle de mi cara hasta que terminaba en mis labios y se humedecía los de ella para luego mirar mis ojos otra vez.

—¿Qué pasó?—pregunta, con la voz ronca y pastosa por el sueño.

—Emi está afuera—le explico, acariciando su mejilla con el pulgar. —Dice que tenemos que irnos.

Nicki suspira y asiente, pero en lugar de levantarse, se acurruca más en mi pecho, buscando otro momento de paz. No puedo evitar sonreír, sabiendo que tampoco quiero que este rato termine. Pero no hay más tiempo.

—Vamos—le digo en tono suave, mientras le doy un beso en la frente. —Tenemos que levantarnos.

Hace un puchero adorable, que me dieron ganas de besárselo pero finalmente se incorpora, estirándose antes de levantarse de la cama, con movimientos lentos y cansados. La observo mientras se pasa las manos por el pelo, ya seco, desordenado. Aún medio dormida, se toma un segundo más para despertar del todo.

Me estiro un poco yo también y veo la hora dormimos algunas cuatro horas, justo cuando me pongo de pie, escucho an Emi golpear la puerta por tercera vez, ahora con más impaciencia.

Mamichula| Trueno | Nicki NicoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora